Es noticia
La aldea gala del alcalde Guarido: "Hemos desdramatizado el comunismo en Castilla y León"
  1. España
Muy crítico con Alberto Garzón

La aldea gala del alcalde Guarido: "Hemos desdramatizado el comunismo en Castilla y León"

Zamora, tal vez la capital de provincias más conservadora del país, tiene un alcalde comunista desde hace 8 años. "IU es respetada y querida, a diferencia de Podemos", afirma. Ese desmarque es clave para entender su éxito

Foto: Francisco Guarido toma posesión como alcalde de Zamora. (EFE)
Francisco Guarido toma posesión como alcalde de Zamora. (EFE)

El alcalde Francisco Guarido (Zamora, 1958) recuerda como si fuera ayer la primera vez que alzó el puño en el balcón del Ayuntamiento zamorano, feudo histórico del PP durante dos décadas: “Parece mentira que hayan pasado ya ocho años desde que logramos ganar la única capital de provincia en España”. No lo conseguían desde los tiempos de Julio Anguita en Córdoba. El actual regidor, que va a cumplir 65 años, ha ido creciendo en Zamora desde 1999, cuando se presentó como concejal y entró por los pelos, con el 5,1% de los votos".

Tras un largo periplo en la oposición, en las municipales de 2015 el PP se hizo con 10 concejales, IU con 8 y el PSOE, 5. Guarido se erigió en alcalde con el apoyo de los socialistas y, cuatro años después, tocó el cielo con un 48% de los votos y 14 ediles. Una mayoría absoluta que le ha permitido gobernar sin ataduras. A apenas cinco días del 28-M, las encuestas vaticinan que revalidará el consistorio.

Foto: Imagen de archivo de la Semana Santa de Zamora. (EFE/Montesinos)

El caso Guarido es único en el país y las claves para entender el fenómeno son numerosas. Empecemos por esta escena tan particular de dos señores explicando un jueves cualquiera en Zamora por qué le votan:

- “Yo siempre he sido del PP, pero nuestro alcalde comunista es de los buenos, del comunismo bueno”.

- “A mí la izquierda no me gusta, pero él hace las cosas bien… pues mira, al comunista lo que es del comunista”.

Guarido asegura estar acostumbrado a este tipo de situaciones: “Una de las cosas de las que más orgulloso me siento es de haber desdramatizado el término comunista en Castilla y León, así como las siglas de IU, que nos vean como gente normal y los ciudadanos no se asusten”.

El alcalde, que comenzó su trayectoria política en el movimiento libertario, a través del sindicato CNT, en la década de 1970, explica que este panorama era impensable cuando empezó: “Los términos políticos ya no se tiran a la cabeza como si fueran piedras, me gusta que hayamos logrado que sean democráticos y nos definan para bien”.

placeholder Francisco Guarido, el único alcalde de IU en una capital de provincia. (EFE/Mariam A. Montesinos)
Francisco Guarido, el único alcalde de IU en una capital de provincia. (EFE/Mariam A. Montesinos)

El regidor zamorano atribuye parte de su cercanía a la gente estos años por primar la pedagogía, como por ejemplo con la revista que reparten desde el año 99, algo que posibilita información a pie de calle: “Era una revista que colocábamos en los buzones cada dos meses y en ella contábamos lo que estábamos haciendo, ya fuera en la oposición o más tarde en el gobierno”. Aquellos 33.000 ejemplares marcan un antes y un después, en ellas no aparecían las caras de nadie sino muchos gráficos, datos precisos y objetivos.

Aunque el alcalde insiste en la importancia de las siglas que representa IU y se limita a resaltar que “nota el cariño de la gente”, lo cierto es que su nombre resuena por encima de ellas, y esa es una de las características que explican su éxito.

Para el politólogo Eduardo Bayón, la figura de Guarido es la principal razón de su triunfo: “Las siglas de IU se quedan en un segundo plano cuando hay un líder muy particular que siempre ha marcado su camino a pesar de lo que pudiera molestar, incluso siendo crítico con Alberto Garzón”. Otro motivo es su dilatada trayectoria. Según Bayón, el alcalde de Zamora es una figura parecida a la de Abel Caballero en Vigo, alguien capaz de ensanchar el espacio político de su propio partido: “Hizo un trabajo grande ya que desde que empezó como concejal en 1999, él era el único representante de IU hasta ahora... hay un crecimiento sostenido en el tiempo".

Por su parte, Lluis Orriols, doctor en ciencias políticas y profesor de la Universidad Carlos III, insiste en que las siglas nunca dejan de operar: “La etiqueta de los partidos siempre es decisiva para orientarse, pero en las municipales se crean microclimas donde los ciudadanos disponen de información cercana del candidato”. Orriols lo resume así: “El éxito no es tanto que las siglas desaparezcan, sino que los ciudadanos votan la marca Guarido, no porque sea de IU, sino a pesar de ello”.

Críticas de la oposición

El PP y su candidato a la Alcaldía de Zamora, Jesús María Prada Saavedra, le achaca gobernar “con mano de hierro” y “sin consenso ni diálogo”. Además, le critican que haya incumplido el compromiso más importante que adquirió cuando fue elegido: que sólo estaría ocho años como alcalde. “Ha faltado a su palabra, no tiene credibilidad”, lamentan.

Para los populares, el proyecto de Guarido está agotado después de ocho años de gobierno y ponen de ejemplo que no ha sacado adelante ninguno de los grandes proyectos para la ciudadanía, como por ejemplo la sede de la Policía local en el antiguo Banco de España, el Parque de Bomberos, o la rehabilitación del Mercado de Abastos o el puente de piedra sobre el río Duero. “Los proyectos los incluye ahora en su programa electoral sin rubor alguno”, remachan.

La oposición le recrimina continuamente su actitud. El PP, de hecho, le achaca gobernar "con mano de hierro" y "sin consenso ni diálogo"

Según Saavedra y su equipo, Guarido lleva a cabo una “política de improvisación y falta de previsión continúa” que no tiene más recorrido. “Las únicas grúas que actualmente se ven en la ciudad son de obras de proyectos que financia y ejecuta mayoritariamente la Junta de Castilla y León como son las del nuevo Conservatorio de Música o el nuevo Centro Cívico de los que tanto presume”, zanjan.

Ciudadanos tampoco alaba su gestión, que considera “demasiado conservadora”, asegurando que ha gestionado la ciudad como “una mera comunidad de propietarios”. El grupo municipal le lanza un dardo directo: “No tenemos ni un solo polígono industrial de verdad, donde poder ubicar naves de grandes dimensiones. Nos falta suelo industrial y logístico, urge crearlo”.

Rebaja de sueldo

Pese a las críticas, la marca Guarido se sustenta por su aparente desapego al cargo y sus ganas de delegar, algo que no termina haciendo aunque se comprometió a ello cuando fue elegido y aseguró que, tras ocho años, ya no se volvería a presentar. Guarido, que ha repetido hasta la saciedad que no quiere volver a ser alcalde, se sacude las culpas: “Las renovaciones son difíciles cuando se consiguen éxitos. Quiero delegar, pero me han empujado a que repita, así que lo hago por deber ético”.

Según Lluis Orriols, el político que quiere irse, se va: “Al renegar del poder limpia su imagen y así se desmarca del politiqueo y de lo que cansa al ciudadano”. En este sentido, Orriols asegura que esta postura favorece la cercanía y por tanto la confianza: “Un alcalde que no quiere serlo es un alcalde que está diciendo ‘me preocupo más por mis vecinos que por el poder’, y eso crea hegemonía”.

placeholder (Foto: EC)
(Foto: EC)

A Guarido no le gusta que le llamen el alcalde sin ganas. Y tal vez por eso sorprendiera con una rebaja de su sueldo. El regidor zamorano es el alcalde de una capital que menos cobra, según datos oficiales de Hacienda. De hecho, cuando llegó a la alcaldía, hace ya 8 años, la primera decisión que tomó Francisco Guarido fue rebajar un 40% el sueldo de alcalde, ya que su antecesora, Rosa Valdeón, percibía unos 60.000 euros anuales, y así cobrar lo mismo que un concejal con dedicación exclusiva. En concreto, Guarido ingresa ahora 35.787 euros anuales frente a los 45.900 del alcalde de Benavente, o los 40.000 del de Toro, y da 300 euros mensuales a su partido.

El regidor zamorano era conserje de instituto antes de meterse en política y explica que el sueldo es una forma de estar libre de ataduras: “Es importante estéticamente de cara a la gente”.

Orriols destaca la simpatía, la comunicación o incluso el aspecto físico como factores de voto. Guarido se erige como uno más del pueblo. Una ciudadana le recriminó no llevar corbata y él respondió así: “No se es más alcalde por llevar corbata, el hábito no hace al monje, ni la chaqueta al político”, remachó, ganándose el aplauso de mucha gente.

Decisión de Alberto Garzón

Además de la ética, Guarido repite a menudo otra palabra: la credibilidad. Amparándose en ella, defiende que nunca han sido partidarios de una coalición con Podemos y lamenta la decisión de Alberto Garzón, que tilda de “error nacional”. La rama de Guarido es contraria desde siempre a la línea de trabajo del ministro de Consumo, partidario de confluir con formaciones como Podemos.

A su juicio, la absorción de su partido en la formación morada ha provocado que muchos jóvenes desconozcan Izquierda Unida. “Nosotros tenemos credibilidad, somos un grupo respetado y querido, a diferencia de Podemos”, sentencia. Según Guarido, Podemos “no solo no suma, sino que resta”, y pone de ejemplo los resultados de las elecciones de 2015, en las que solo obtuvieron un 0,2% de apoyo.

La defensa de IU como actor propio e independiente le libera, como afirma el politólogo Lluís Orriols: “Cuando se desmarca de Unidas Podemos lo hace de la línea oficial, y por tanto está diciendo que no se le juzgue por otro prisma que no sea su persona, porque él es distinto. Sabe que Podemos genera rechazo y por tanto busca crear una marca personal donde se acomoda a las preferencias de los ciudadanos que tantos años llevan eligiéndole”. Y remacha: “A nivel nacional esta estrategia es mucho más complicada, pero las citas electorales locales permiten explotar esto”.

El alcalde zamorano reivindica la militancia tradicional como sustento de los partidos políticos. “Podemos tiene una militancia efímera, online, ni siquiera se conocen entre ellos, nosotros hacemos nuestras asambleas y detrás hay una ideología concreta, no algo difuso”.

Fuentes de Podemos aseguran que IU no ha querido sentarse a negociar con ellos en ningún momento y aseguran que muestra “inquina” hacia su formación: “Nos han tratado con un menosprecio absoluto. Igual es el momento de recordarle a Guarido que si en 2015 fue elegido alcalde fue gracias a la ola que Podemos levantó con los llamados Ayuntamientos del Cambio y de la que él siempre renegó, aunque luego se aprovechara de ello”, remachan.

En Podemos no se explican el éxito de Guarido y argumentan que solo ha dado “una mano de barniz” a la ciudad y las políticas que consideran “realmente de izquierdas” han brillado por su ausencia. Guarido prefiere no entrar en discusiones y se limita a decir que las dos fuerzas políticas carecen de la misma concepción ideológica y, por tanto, es imposible la unión. Este desmarque es clave para entender sus dos legislaturas y su posible reelección, como vaticinan todas las encuestas, ya que el alcalde de Zamora no depende de nadie más que de él mismo.

Clave de la gestión

El politólogo Bayón matiza la idea de que Zamora sea conservadora: “En las principales ciudades zamoranas gobierna la izquierda, como el PSOE en Benavente, no es un fuero conservador”. El alcalde destaca orgulloso haber eliminado la deuda de Zamora con los bancos, que superaba los 27 millones de euros, y lograr cerrar 2022 con un superávit de 7 millones. También de su lucha contra la corrupción. "Hubo que levantar muchas alfombras”, asegura. El alcalde denunció por corrupción a sus propios funcionarios, algo no habitual en política. Hace referencia al Caso Raga, que destapa varios delitos de malversación de caudales públicos, falsedad documental, blanqueo de capitales y fraude, en torno al contrato de los entornos verdes de la capital zamorana.

La aldea gala de IU en Zamora resiste, pero Guarido reconoce que espera un relevo pronto: “Es ley de vida, uno de los concejales deberá dar el paso tarde o temprano, este será mi último mandato si revalido”.

El alcalde Francisco Guarido (Zamora, 1958) recuerda como si fuera ayer la primera vez que alzó el puño en el balcón del Ayuntamiento zamorano, feudo histórico del PP durante dos décadas: “Parece mentira que hayan pasado ya ocho años desde que logramos ganar la única capital de provincia en España”. No lo conseguían desde los tiempos de Julio Anguita en Córdoba. El actual regidor, que va a cumplir 65 años, ha ido creciendo en Zamora desde 1999, cuando se presentó como concejal y entró por los pelos, con el 5,1% de los votos".

Zamora Noticias de Castilla y León
El redactor recomienda