Montero e Iglesias denuncian ahora que el PP quiere ilegalizar a Podemos

Podemos denuncia ahora que el PP quiere ilegalizarlos, en la recta final de una campaña a cara de perro. "Cualquier día va a proponer nuestra ilegalización, si no, al tiempo", porque el Partido Popular "no soporta" que se le ponga frente al espejo de su "corrupción", alertó este lunes la número dos del partido y ministra de Igualdad, Irene Montero, en un acto de su partido en Euskadi.

Con Podemos endureciendo discurso y redoblando los dardos a sus competidores y enemigos para hacerse hueco en la agenda de la campaña al 28-M, en la que, según las encuestas, se juegan su supervivencia institucional en varias CCAA, la ministra de Igualdad ha pasado de hablar de la lona con el rostro del hermano de Isabel Díaz Ayuso, desplegada por su partido en Madrid, a alertar de que el PP "no es capaz de hacer juego limpio". Y a desmarcarse del resto de fuerzas de izquierdas, lo que Ione Belarra bautizó el domingo como "izquierda cuqui", afirmando que "la corrupción del PP nunca va a poder contar con nuestro silencio". La propia Montero se ha referido estos días al Partido Socialista y a Compromís, otrora aliado de los morados y hoy alineado con el Sumar de Yolanda Díaz, como "partidos de centro". Hoy redoblan, también, su estrategia de arrastrar a Tomás Díaz Ayuso al centro de la campaña para cargar contra el PP.

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Es un paso más en la línea esbozada por la secretaria general morada el domingo, y un paso más en la teoría del "golpe de Estado" de la "derecha madrileñizada" del que alertó el sábado Iglesias, en un mitin de su partido en Palma de Mallorca. Según el exvicepresidente del Gobierno, hay "un plan perfectamente definido" por la derecha política, con "una parte" de la "derecha judicial" y mediática, sobre "cómo articular el poder". Pasaría por "intentar llegar a sumar lo suficiente en las próximas elecciones generales [a finales de año], y, a partir de ahí, ilegalizar partidos políticos". "No les va a temblar el pulso", "la derecha española lleva el golpismo en sus genes y en su ADN", advirtió Iglesias este lunes desde las ondas de RAC1.

A su juicio, esto es "lo que significa ETA en esta campaña"; un "proyecto de la derecha" que pasa por "ilegalizar a Bildu, a los independentistas catalanes y, si es necesario, a los de Podemos también". Los morados, que inicialmente destacaron que Bildu era un partido "democrático" y evitaron posicionarse sobre la inclusión de 44 etarras en sus listas en Euskadi y Navarra, sí acabaron avalando las críticas de sus candidatos en Euskadi, y celebraron la renuncia de los siete condenados por delitos de sangre a tomar posesión, de resultar elegidos. Las críticas del partido conservador y la polémica desatada estos días, según Más Madrid, obedecen a que el PP y sus candidatos al 28-M no quieren hablar de Madrid; según Podemos, evidencia la existencia de este "plan perfectamente definido" para acabar con sus rivales políticos.

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Más allá del PP, la estrategia de presentarse como la fuerza "valiente", clave para impulsar políticas de izquierdas, pone el foco también en el PSOE. Tras los recientes anuncios de Pedro Sánchez, en este caso sobre sanidad —varias medidas son recicladas o ya habían sido acordadas—, Montero pedía ir "más allá de los anuncios que estamos viendo estos días", para insistir en la importancia de "cuidar lo público" y de derogar la Ley 15/1997, considerada el origen de las privatizaciones y externalizaciones sanitarias.

"Ojalá siempre estuviéramos gobernando en campaña electoral con el PSOE", ironizaba la ministra de Igualdad este lunes. La ley de equidad, conocida como ley Darias, lleva casi un año bloqueada en el Congreso de los Diputados, y desde el ala socialista del Ejecutivo han trasladado a los grupos parlamentarios que planean reactivarla tras el 28-M. El problema es que, a juicio de los morados, la norma no cierra por completo la puerta a nuevas externalizaciones o privatizaciones, y esto impide que el PSOE pueda dar sus votos por descontados.

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Este es solo uno de los muchos frentes que la coalición deberá afrontar en plena resaca del 28-M. Antes, los socios echan el resto en la recta final de la campaña electoral, en la que Podemos ha decretado un cese de las hostilidades más obvias contra la vicepresidenta segunda. Montero y Belarra lideran la campaña morada, mientras Díaz lleva su propia agenda y marca sus propios mensajes, muy distintos a los de las ministras de Podemos, en fondo y forma. Díaz, eso sí, criticó en un acto electoral en Extremadura, el domingo, que la sanidad pública se defiende "todos los días, no solo con anuncios electorales".

Las propuestas son similares, los estilos casi antagónicos, y es uno de los puntos en los que el partido de Belarra hace un mayor hincapié en su carrera hacia las urnas, para distinguirse del resto de fuerzas. Podemos se presenta bajo el asedio de poderes políticos, económicos, judiciales y mediáticos, mientras que IU, compañera de tique electoral en 10 de 12 CCAA, se centra más en vender los logros de la coalición que lidera Sánchez.