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El feudo de Otegi donde Vox dejó vía libre al PP para "desalojar" a Bildu: "Son asesinos"
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BATALLA EN DURANGO

El feudo de Otegi donde Vox dejó vía libre al PP para "desalojar" a Bildu: "Son asesinos"

La división del voto en la derecha y la desaparición del PP en 2019 inclinó la balanza a favor de los abertzales radicales. El alcalde Carlos García ficha para su lista a MAR y secunda el discurso crítico de Ayuso: "ETA es parte de Bildu"

Foto: Presentación de la candidatura de Carlos García, candidato del PP en Durango, junto al jefe de gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez. (EFE/Luis Tejido)
Presentación de la candidatura de Carlos García, candidato del PP en Durango, junto al jefe de gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez. (EFE/Luis Tejido)

El Partido Popular consiguió cerrar 184 listas en el País Vasco para las elecciones del 28-M, un número que representa una leve mejoría respecto a 2019 y que contrasta con las 14 que ha conseguido atar Vox en la "patria chica" de Santiago Abascal. Un caso peculiar es el de la localidad vizcaína de Durango, donde la formación ultraconservadora ha renunciado a repetir el equipo que sí defendió en 2019. La maniobra facilita aglutinar todo el voto de la derecha en torno a una misma papeleta y le permite soñar con "desalojar" del gobierno municipal a EH Bildu, que ostenta el poder gracias a un acuerdo con Podemos. Hace cuatro años, el PP se quedó a 66 apoyos de lograr representación. Un solo concejal habría inclinado la balanza en favor del PNV en el municipio, donde además reside el lendakari Iñigo Urkullu. Vox se quedó fuera, con un apoyo residual del 0,72%. Si esos 111 sufragios hubiesen ido íntegras a la bolsa de los populares, los abertzales radicales habrían restado esta localidad de su lista de victorias.

Es la espina que tiene clavada Carlos García, el bilbaíno que ahora encabeza la lista del PP en Durango. Sobre todo porque él vivió en sus propias carnes un escenario similar, aunque con un desenlace completamente distinto. En 2011 irrumpió como único concejal en el Ayuntamiento de Elorrio, un resultado suficiente como para ceder la alcaldía al PNV y arrebatársela a EH Bildu. En 2019, la falta de representación de los populares entregó Durango por primera vez a los herederos de Batasuna. Y el PP también por primera vez se quedó fuera del consistorio, en parte por la división del voto conservador. "Hemos aprendido de nuestros errores", relata el candidato, que agradece la "generosidad" a los de Abascal por haberle dejado vía libre sin que haya mediado siquiera acuerdo previo entre las dos fuerzas. Ahora se lanza a por un objetivo más personal que político.

Foto: Alberto Núñez Feijóo y Carlos Iturgaiz. (EFE/Miguel Toña)

El PP ha situado la recuperación de Durango como uno de los símbolos de su resistencia en País Vasco, donde tan solo cuenta con 55 ediles, 15 de ellos en Vizcaya. Llegaron a ser segunda fuerza política en una localidad marcada por el terror de ETA. Pero de aquello hace ya más de 20 años. "Cuando mataron a [Jesús Mari] Pedrosa, comenzó una lenta pero inexorable decadencia del PP por la estigmatización a la que se nos ha sometido durante décadas", relata el candidato popular. El concejal fue asesinado a tiros por la banda terrorista el 14 de junio del 2000 tras recibir múltiples amenazas. "Aquella noche, cuando fuimos a velar a nuestro compañero, unos enfermos de odio comenzaron a gritar por las calles. 'ETA, mátalos a todos', decían. Aún se me hiela la sangre", recuerda García con la voz entrecortada.

La memoria de Pedrosa, como la de otros "compañeros" asesinados por ETA en este mismo municipio, es lo que dice armarle de valor para tratar de reflotar la marca popular en este municipio vizcaíno. En su cabeza aún resuena una de las últimas citas del exconcejal del PP que se quedó grabada antes del atentado. "No sé si iré al cielo o al infierno. Procuraré ir al cielo, pero de lo que sí estoy seguro es que no me voy de Durango", relató Pedrosa en una entrevista con Carlos Herrera en 1997. García ha armado una lista cargada de simbolismo para tratar de arrebatar a Bildu —previo acuerdo con PNV y PSOE— la alcaldía municipal, a los que mete sin titubeos en el mismo saco "de los asesinos" que acabaron con la vida del exedil duranguense.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente del gobierno de Aragón, Javier Lamban (d). (EFE/Javier Cebollada)

Hace unas semanas, Carlos García hizo una llamada a Madrid. El receptor fue Miguel Ángel Rodríguez, conocido como MAR y jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, al que le pidió "el favor" de que cerrase su lista en Durango. "Le pedí permiso a la presidenta, y acepté encantado", relata el dirigente. Una semana después, acudió al municipio vasco para respaldar al candidato, "molestar a los enemigos de la libertad" y pronunciar un encendido discurso en el que llegó a aseverar que Euskadi "está alejándose de Occidente". Durante años, los populares vascos han tenido que pedir ayuda a dirigentes del resto de España para completar listas en Euskadi. Este año, además de Rodríguez, la propia Isabel Díaz Ayuso cierra la lista del PP en Bilbao, ciudad a la que acudirá este mismo sábado para dar un discurso en el Palacio Euskalduna, a pocos metros del escenario en el que ETA asesinó a un agente de la Ertzaintza.

La dirigente madrileña ha vuelto a copar titulares esta semana por una nueva pugna interna con la dirección de Génova, ahora encabezada por Alberto Núñez Feijóo. Al hilo de la polémica por la inclusión de etarras en las listas de EH Bildu, Ayuso prendió la mecha por contradecir al líder nacional e instar a la ilegalización del partido de Otegi a través de la aplicación de la ley de partidos, pese a que la cúpula nacional ya había dado portazo a una posibilidad que ven inviable jurídicamente. No fue la única contradicción interna. Mientras Ayuso habla de ETA en presente y afirma que "sigue viva" y "está en el poder", en alusión a EH Bildu, Feijóo se refiere al terrorismo como un episodio del pasado.

García: "En un lado estamos las personas, y en el otro, los asesinos y los terroristas"

La Puerta del Sol, y en concreto el asesor de cabecera de Ayuso, ha encontrado un aliado en Durango en esta cuestión. "Bildu no es un partido democrático. Antes, Bildu era una parte de ETA. Ahora ETA es una parte de Bildu", opina Carlos García, que también ha sentido el aliento del terror en la nuca. El alcaldable bilbaíno se define como un "firme defensor" de la ilegalización de los abertzales radicales, y apuesta por "explorar hasta el último resquicio" legal para intentar esa vía, en línea con la postura que defiende Díaz Ayuso. Asegura respetar el criterio de la dirección de Feijóo, pero reitera que los de Otegi "no pueden participar en democracia en igualdad de condiciones de los que fueron perseguidos".

"En un lado estamos las personas, y en el otro asesinos y terroristas", despacha sin medias tintas el dirigente popular. Y esa es su principal motivación de cara al 28-M. De los cuatro concejales que obtuvo el PP en 1999 y 2003, se pasó a tres en 2007, a dos en 2011, a uno en 2015, y a la desaparición completa en 2019. Los trackings internos auguran a García un escenario optimista, y da por seguro superar la barrera del 5% que le garantiza al menos un concejal, y "ahora vamos a por el segundo". No dudará en ceder sus votos al PNV para garantizar la salida de Bildu, su objetivo primordial.

En la lista de García aparecen otros nombres conocidos por su vinculación con las víctimas de ETA o la lucha antiterrorista, como Daniel Portero, presidente de la asociación Dignidad y Justicia y diputado en la Asamblea de Madrid; Edurne Uriarte, diputada nacional y víctima en el año 2000 de un atentado fallido de ETA; Juan José Gastañazatorre, el concejal del PP más veterano de Euskadi con 32 años de servicio; o el veterano colaborador de Rajoy, Juan Carlos Vera.

El Partido Popular consiguió cerrar 184 listas en el País Vasco para las elecciones del 28-M, un número que representa una leve mejoría respecto a 2019 y que contrasta con las 14 que ha conseguido atar Vox en la "patria chica" de Santiago Abascal. Un caso peculiar es el de la localidad vizcaína de Durango, donde la formación ultraconservadora ha renunciado a repetir el equipo que sí defendió en 2019. La maniobra facilita aglutinar todo el voto de la derecha en torno a una misma papeleta y le permite soñar con "desalojar" del gobierno municipal a EH Bildu, que ostenta el poder gracias a un acuerdo con Podemos. Hace cuatro años, el PP se quedó a 66 apoyos de lograr representación. Un solo concejal habría inclinado la balanza en favor del PNV en el municipio, donde además reside el lendakari Iñigo Urkullu. Vox se quedó fuera, con un apoyo residual del 0,72%. Si esos 111 sufragios hubiesen ido íntegras a la bolsa de los populares, los abertzales radicales habrían restado esta localidad de su lista de victorias.

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