Conceden un permiso de salida a un preso etarra porque el perdón a sus víctimas "no es necesario"

El etarra Gorka Martínez Ahedo, condenado por el asesinato de un guardia civil, saldrá tres días de permiso de prisión gracias a un auto de la Audiencia Nacional que argumenta que la ausencia de petición de perdón expreso a sus víctimas no es motivo para denegarle la salida. “Un contacto frecuente y ordenado con el exterior de la prisión mejora su situación anímica y contribuirá a la asunción de sus responsabilidades”, vaticina el auto firmado por el juez José Ricardo de Prada, al que ha tenido acceso El Confidencial.

“Debe de tenerse en cuenta —dice— que en el plano de la estricta legalidad, el requisito de la petición expresa de perdón a las víctimas de su delito, como es sabido, no es un requisito necesario para los permisos”. Afirma que, según la Ley General Penitenciaria, el perdón expreso es, si acaso, “una forma entre las posibles de acreditar el abandono de los fines y medios terroristas y de colaboración con las autoridades, pero no es el único medio”. Asegura, por tanto, que hay otros mecanismos como los informes técnicos penitenciarios.

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Este terrorista ha estado defendido en este procedimiento por el histórico abogado de presos de ETA y ex interno de la organización Txema Matanzas. Esta persona es, según desveló El Mundo, vocal en la Junta Electoral Provincial de Álava a propuesta de EH Bildu. Su cliente, Martínez Ahedo fue detenido en 2002 en Francia y dos años después la justicia española le impuso 32 años de prisión por participar en el asesinato del cabo primero del Instituto Armado José Benigno Villalobos, el 28 de abril de 1994, en Vizcaya. En 2003, la Audiencia Nacional le condenó a otros 48 años de cárcel por abrir fuego junto a otros dos etarras contra varios guardias civiles que estaban junto a una garita de vigilancia. No lograron su objetivo de acabar con sus vidas. Gorka Martínez Ahedo terminará de cumplir condena el 31 de julio de 2028.

Ahora la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional le otorga este permiso de salida y con ello contradice la negativa de la Fiscalía y del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria, que le exigió en diciembre un perdón expreso a los familiares de su víctima. La Junta de Tratamiento de la cárcel vizcaína de Basauri había dado el visto bueno a su salida de forma unánime en septiembre del año pasado. Esta junta la componen los trabajadores de la prisión, desde octubre de 2021 bajo la competencia del Gobierno vasco.

"A todas aquellas personas"

El juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, analizó el presunto escrito de arrepentimiento de este interno de ETA, redactado el 20 de abril de 2022, unos meses antes de empezar este proceso. La conclusión del primer magistrado es que tan solo incluía una alusión genérica. “A todas aquellas personas a las que he causado daño”, se dirigía el terrorista. El juez de Vigilancia Penitenciaria apelaba precisamente al criterio de la Audiencia Nacional que, según destacó, “exige de forma expresa y concreta el perdón a las víctimas como elemento indicador de que el tratamiento penitenciario está siendo eficaz”.

Sin embargo, la Sección Primera de la Audiencia Nacional ha revisado esa decisión y tiene otro punto de vista. Aprecia en el texto del etarra “el expreso arrepentimiento de su pasado terrorista, su reconocimiento del daño causado, petición de disculpas a las víctimas, pesar por sus actos y arrepentimiento por no haberlo hecho explícito antes y haber alargado con ello el dolor de las víctimas”. A su entender, el permiso debe ser autorizado.

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Entre los motivos para concederle la salida, el auto indica que el interno se encuentra próximo a entrar en la cuarta parte de su condena. Añade que ya ha disfrutado de otras salidas sin incidentes. Sobre el argumento de la falta de perdón expreso a las víctimas, el juez De Prada dice que es “absolutamente opinable que no se haya producido en los textos remitidos por el interno”, sostiene que se le está exigiendo al etarra “una específica fórmula de perdón” e incluso compara la “visión sacramental del perdón” frente a una “visión reflexiva y razonada del valor del perdón”.

La Sección Primera se apoya también en las conclusiones del psicólogo de la cárcel, según el cual, Gorka Martínez Ahedo reconoce la comisión del delito “y asume la responsabilidad personal: “Ha ido evolucionando desde una lectura más general y sociopolítica a una más personal y humanizada, reflexionando de manera profunda sobre las consecuencias dañinas que sus acciones han tenido sobre las víctimas, con capacidad de empatía”. El auto, dictado el 17 de abril, también le otorga relevancia al criterio de los miembros de la Junta de Tratamiento de la cárcel, que trabajan de manera próxima y diaria con el etarra.

Voto particular discrepante

Esta resolución, sin embargo, no ha dejado conformes a los tres jueces que integran el tribunal y cuenta con un voto particular discrepante firmado por el magistrado Francisco Javier Vieira Morante. Comienza recordando que el preso suma unas penas que sumadas ascienden a más de 100 años, aunque se fijara en 30 años el límite máximo de cumplimiento de condena. Echa en falta que, en los informes remitidos por los profesionales de la cárcel, “nada se expresa sobre la desvinculación del interno del entorno de la banda criminal de la que formó parte”.

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“A más de cinco años vista del cumplimiento total de la condena, no resulta urgente la preparación de la vida en libertad del interno. Y si tenemos en cuenta además la especial naturaleza de los delitos por los que cumple condena y que en los informes se cifra en un 50% las variables de riesgo, resulta improcedente la concesión de este permiso”, zanja el juez discrepante.