Es noticia
"Después del ictus, a mi madre le vendieron una estatua de Tutankamón por 3.000 euros"
  1. España
LA VENTA A DOMICILIO EXPLOTA LA DEMENCIA

"Después del ictus, a mi madre le vendieron una estatua de Tutankamón por 3.000 euros"

Agentes comerciales aprovechan la vulnerabilidad de algunos ancianos para venderles cosas que no necesitan, lo que les genera una importante deuda que a menudo no pueden asumir

Foto: Se habla de la existencia de un Excel con personas vulnerables como objetivo. (iStock)
Se habla de la existencia de un Excel con personas vulnerables como objetivo. (iStock)

Pilar Galve fue una maestra de primaria con inquietudes. Una vez se jubiló, y a pesar de haber sufrido dos ictus, pasaba sus mañanas estudiando italiano en la universidad de mayores y, por las tardes, acudía a un pequeño cinestudio al lado de su casa para revisar los clásicos.

En lo que Pilar nunca había mostrado interés es en los deportes. Por eso su hija se extrañó al comprobar que había contratado el paquete televisivo completo de fútbol que ofrece una popular operadora por más de cien euros al mes. "Mi madre siempre fue una persona muy austera, poco dada a los gastos superfluos. No entendía para qué quería ver los deportes en la televisión, cuando jamás había mostrado interés en ellos", explica a El Confidencial su hija, Beatriz Navarro.

placeholder El busto de Tutankamón que le vendieron a Pilar Galve. (Skel-Art)
El busto de Tutankamón que le vendieron a Pilar Galve. (Skel-Art)

Tirando del hilo, Navarro encontró monstruos. Descubrió que su madre, con un 68% de minusvalía cognitiva, había comprado decenas de objetos que ni siquiera había sacado de su embalaje. En los últimos meses, Pilar se había hecho con un filtrador de aire por valor de 2.400 euros, una televisión enorme que guardaba dentro de un armario, un exprimidor de 400 euros, una aspiradora de 800 e incluso varios recetarios a 300 euros la unidad para un robot de cocina que ni siquiera poseía.

"Le pregunté que por qué tenía todas esas cosas y me dijo que iban comerciales a vendérselo a su casa y que le daba pena decirles que no, que ellos también estaban trabajando", resume su hija. Pilar le explicó que aparecían agentes a diario por su casa ofreciéndole productos de diversa índole, siempre ofreciendo pagar en cómodos plazos, y que solo tenía que responder a un SMS que le enviaban para formalizar el contrato de compra.

Pilar falleció el mes pasado. Cuando Beatriz se dispuso a regularizar sus cuentas, vio que su madre había gastado más de 12.000 euros

"Incluso le colocaron un busto de Tutankamón por valor de 2.400 euros, más un certificado de autenticidad de 50 euros, y un colchón con un conjunto de almohadas que no tenía dónde poner, porque su colchón estaba en buen estado", lamenta su hija. Incluso una editorial le vendió dos veces el mismo libro en cuestión de semanas: "Lo peor es que mi madre, después del ictus, ya no podía leer".

Pilar falleció el mes pasado. Cuando Beatriz se dispuso a regularizar sus cuentas, vio que su madre había gastado más de 12.000 euros en productos que no estaba utilizando, y que estaría pagando cuotas de financiación hasta 2026. En ese momento empezó una batalla que dura hasta hoy por deshacerse de los bienes y servicios que Pilar había contratado sin ser plenamente consciente.

"Le vendieron dos veces el mismo libro: mi madre ni siquiera podía leer"

El principal problema con el que se ha encontrado Beatriz Navarro es la alarma de la casa, que su madre contrató sin informar a la familia. "Esto es especialmente raro, porque mi madre no vivía en una zona peligrosa de Valencia ni había mostrado síntomas de preocupación por la seguridad", dice su hija. "Vamos, así te lo digo: instalar una alarma iba contra la ideología de mi madre, nunca lo habría hecho en plenas facultades".

Para darse de baja, la empresa de seguridad le pidió el password de su madre, una clave que solo conocía ella y que sirve, entre otras cosas, para desactivarla en caso de activación errónea. "Obviamente, yo no tengo esa palabra ni se la puedo pedir a mi madre, que ya falleció", dice Navarro. Sin ese dato, la empresa de seguridad deriva a Navarro de un departamento a otro: unos le dicen que ya está tramitada su baja, otros que se lo piense, porque el equipo de seguridad solo funciona con la conexión de una operadora que también está intentando dar de baja, de modo que se quedará con un dispositivo inservible que no le reembolsarán.

Tras más de diez llamadas, todavía no ha conseguido dar de baja la alarma de su madre. "Es desesperante", afirma Beatriz Navarro. "No puede ser que los comerciales se aprovechen de la vulnerabilidad de los mayores sin que pase nada. Un agente me llegó a admitir que circulan listas de personas mayores a los que pueden colocar sus productos sin más, y yo me lo creo, porque a mi casa no viene nunca un vendedor, pero a la de mi madre llegué a contabilizar más de cien llamadas en tres meses".

Un timo en auge

El caso de Pilar Galve es solo uno de los miles que se registran anualmente. Después del confinamiento, se ha popularizado este tipo de timos, de aspecto legal, que sufren los ancianos. Los comerciales se aprovechan de que son personas solas y explotan su necesidad de contacto social para venderles todo tipo de productos. A menudo, los compradores ni siquiera recuerdan al comercial, tan solo les llega un producto financiado a cargo de su cuenta bancaria. Los generadores de ozono, así como los robots limpiadores y las colecciones de libros, son los productos que más se utilizan para cometer el fraude.

Hace unas semanas fue detenido uno de estos agentes en Oviedo por vender varios de estos productos, incluso ante la negativa de los compradores, que no recordaban haber cerrado el acuerdo. "Estos vendedores les imponen un contrato desde el desconocimiento, el engaño y la coacción, para obtener el compromiso de compra que generalmente supera el precio real de los mismos", escribió la Guardia Civil en su informe.

"Se investiga la existencia de una lista de personas vulnerables a las que timar"

Las autoridades investigan la existencia de una serie de archivos de Excel que se comparten entre los vendedores y en los que figuran datos de ancianos de todo el país, como su edad, sus números de cuenta bancaria y que son actualizados regularmente para registrar cualquier cambio, en especial en los números de teléfono.

Más allá de las implicaciones legales, Rubén Sánchez, de la asociación de consumidores Facua, recuerda que los afectados pueden hacer uso de la cláusula de desistimiento de los contratos. "Se puede ejecutar hasta 15 días después de la compra pero, si no viene especificado en el contrato, es posible desistir de la compra incluso muchos meses después".

Sin embargo, no solo basta con controlar las visitas que reciben los mayores de la familia. Eladio M., un jubilado de Madrid de 73 años, ha perdido 104.000 euros en solo tres semanas. Todos sus ahorros, más un préstamo de 10.000 euros que está pagando. Eladio contactó por internet con una mujer, de ascendencia griega, que le invitó a invertir en la web Capital.biz, con sede en Bielorrusia. Según grabaciones a las que ha podido acceder este medio, la mujer, que se hace llamar Carolina, le prometió que con una inversión a cortísimo plazo en criptomonedas, obtendría en torno a un 20% de rentabilidad. "Cariño, es un dinero que se quedará para tus hijos, te lo van a agradecer muchísimo", le dijo la agente al anciano.

Eladio M. perdió más de 100.000 euros en tres semanas de diciembre

"Mi padre se divorció hace poco tiempo y, desde entonces, está pasando por una depresión severa que le ha llevado a abusar del alcohol. En ocasiones es una persona normal y otras veces ni le reconozco", dice Esteban, uno de sus hijos. De este modo, Eladio se embarcó en una vorágine de transferencias bancarias sin saber qué estaba comprando: por la mañana 7.000, a mediodía otros 15.000 euros y al finalizar la jornada enviaba otros 8.000 euros a Bielorrusia. Lo hizo a través de sus dos bancos de toda la vida, que en ningún momento se pusieron en contacto con él para preguntarle por la naturaleza de esas operaciones.

Foto: The Grefg, Gerard Piqué e Ibai Llanos, fundadores de la King's League. (King's League)

"Yo esto no lo puedo entender", relata su hijo, "¿cómo puede ser que dos bancos comerciales y muy conocidos no paren esto? ¿Un jubilado español haciendo decenas de traspasos a Bielorrusia no levanta sospechas? Uno de ellos, en alguna ocasión, anuló alguna transferencia porque le saltaron las alarmas, pero permitió las demás. El otro, directamente lo permitió todo y ahora nos dice que no tiene forma de recuperar el dinero".

Dos meses después, la familia de Eladio ha denunciado la situación a la policía y están a la espera de novedades. Su padre ni siquiera tiene un documento que certifique la supuesta inversión en criptomonedas y la web, a través de la que invirtió los ahorros de toda una vida, ha desaparecido.

Pilar Galve fue una maestra de primaria con inquietudes. Una vez se jubiló, y a pesar de haber sufrido dos ictus, pasaba sus mañanas estudiando italiano en la universidad de mayores y, por las tardes, acudía a un pequeño cinestudio al lado de su casa para revisar los clásicos.

Tercera Edad
El redactor recomienda