Sánchez riega los 'martes electorales' con una lluvia de millones superior a la del escudo social

Mitin de fin de semana, anuncio sorpresa de una medida social del Gobierno y posterior aprobación en el Consejo de Ministros. Esta es la fórmula que viene empleando el presidente del Ejecutivo y líder de los socialistas, Pedro Sánchez, en el camino al 28-M y que, según fuentes de la Moncloa, seguirá estirando hasta el último fin de semana de campaña. Hasta la fecha, las medidas anunciadas suponen una movilización millonaria que supera con creces los 10.000 millones destinados al actual paquete anticrisis para hacer frente a las consecuencias económicas por la guerra de Ucrania.

Solo en el Consejo de Ministros de este martes, está previsto aprobar tres de las medidas que centraron los mítines de Sánchez entre el viernes y el domingo de la pasada semana: una partida de 560 millones de euros para que los alumnos de primaria y secundaria estudien programación y robótica en la escuela, una línea de avales para financiar hasta el 20% de la hipoteca a jóvenes y familias y la subvención de los billetes de Interrail y de AVE a los jóvenes de entre 18 y 30 años durante este verano.

Sánchez inauguró los martes electorales del Consejo de Ministros cuando restaban todavía 100 días para el 28-M. Durante un mitin en Zaragoza con el candidato a revalidar la presidencia de Aragón, Javier Lambán, y la candidata del PSOE a la alcaldía de la capital, Lola Ranera, anunció que llevaría al próximo Consejo de Ministros la distribución a las CCAA de una partida de más de 2.500 millones de euros para becas. "La mayor partida en becas de la historia de nuestra democracia", recalcó entonces comparando estas cifras, que ya estaban incluidas en los actuales presupuestos, con las del anterior Ejecutivo del PP.

Unas semanas después, aprovechó un mitin con motivo del 8-M para anunciar que el siguiente Consejo de Ministros aprobaría una ley de paridad en las empresas y más recientemente comenzó a poner el foco en políticas de vivienda como eje de campaña. Durante su intervención en la convención municipal del PSOE, anunció un plan para movilizar hasta 50.000 viviendas de la Sareb y destinarlas a alquiler asequible. Aparte de los avales para la hipoteca anunciados este fin de semana, el resto de anuncios en esta materia, como una línea del ICO de 4.000 millones para la promoción de viviendas con alquileres asequibles y la compra de terrenos de Defensa por valor de 500 millones para el mismo fin, los realizó durante sus últimas intervenciones en el Congreso y el Senado, respectivamente.

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Entre medias, una partida de 1.300 millones para crear 45.000 nuevas plazas de FP bilingüe, anunciada por Sánchez en un mitin en Pamplona, la rebaja de 1.807 millones de euros en el IRPF a 800.000 agricultores y ganaderos, el aumento de la partida para los viajes del Imserso hasta 300 millones o inversiones en diferentes infraestructuras por diferentes puntos de España.

Si desde el Ejecutivo entienden que esta estrategia de anuncios electorales y posterior aprobación en el Consejo de Ministros les está funcionando, por lo que prevén mantenerla hasta el final de la campaña, fuentes de Ferraz destacan el beneficio de la segmentación de sus medidas. Sobre todo en jóvenes, que es la bolsa de su electorado afín más desmovilizada y que pretenden captar con medidas como el fomento del alquiler asequible o los bonos para el Interrail, pero también en los mayores, insistiendo en la subida de las pensiones, o las mujeres, con las medidas en materia de igualdad.

"Tenemos que seguir gobernando"

La estrategia recuerda a los "viernes sociales", como bautizó el propio equipo de Sánchez los consejos de ministros de la precampaña de las generales de 2019. Entonces, las reuniones del órgano colegiado se celebraban los viernes, en lugar de los martes, como viene sucediendo desde el inicio de esta legislatura, y el PP llegó a denunciar a la Junta Electoral Central (JEC) su uso electoralista. La JEC concluyó que no se estaba vulnerando la ley electoral. Concretamente, los apartados 2 y 3 del artículo 50 de la Loreg, a los que aludía la denuncia del PP y que prohíben desde la convocatoria de elecciones "cualquier acto organizado o financiado, directa o indirectamente, por los poderes públicos que contenga alusiones a las realizaciones o a los logros obtenidos" así como "realizar cualquier acto de inauguración de obras o servicios públicos".

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Fuentes de la Moncloa niegan que la fórmula que están utilizando vulnere la ley y zanjan que durante estas semanas de campaña "el Gobierno tiene que seguir gobernando". Lo que sí ha hecho la JEC la pasada semana, a denuncias del PP por vulneración del mismo artículo de la Loreg, es abrir un expediente sancionador a la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, tras dos avisos previos, por hacer declaraciones "electoralistas" en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en la Moncloa.

Algunos de estos anuncios incluso fueron tildados de "electoralismo" por parte de la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra. En su mayoría, se realizaron sin comunicarse previamente al socio minoritario, en una disputa por la autoría de las banderas sociales en la coalición, lo que ha generado tensiones internas y hasta críticas de los morados, despreciando algunas de las iniciativas. Este está siendo el caso del aval del ICO para los jóvenes que no puedan acceder a una hipoteca.

Desde Podemos, sus portavoces Pablo Fernández y María Teresa Pérez la calificaron directamente de "infamia", mientras que la ministra Belarra acusó en su cuenta de Twitter a su socio de coalición de proponer "una medida para financiar la entrada de la hipoteca que ya hicieron Botín y el PP, y que fracasó en Reino Unido", para concluir que "en cuanto no depende de Podemos, las propuestas del PSOE en vivienda son contrarias al interés general". "No podemos demonizar la compra en este país, porque hay muchas personas que quieren acceder a ella", se defendía la ministra de Transportes, Raquel Sánchez. Fuentes de la dirección del partido enmarcaban estas críticas en una suerte de "ataque de celos" de sus socios, al centrar entre sus prioridades la política de vivienda, que es una de las tradicionales banderas de Podemos.