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Sánchez oculta a Podemos medidas del Consejo de Ministros que reserva para sus mítines
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INICIATIVAS DE IGUALDAD Y VIVIENDA

Sánchez oculta a Podemos medidas del Consejo de Ministros que reserva para sus mítines

El PSOE arrebata a sus socios las banderas sociales y reduce su margen de beneficio por formar parte de la coalición de Gobierno, tanto en protagonismo como en los resultados que exhibir ante su electorado

Foto: Los ministros reunidos en Consejo. (EFE/Fernando Calvo)
Los ministros reunidos en Consejo. (EFE/Fernando Calvo)
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El Gobierno afronta la recta de la legislatura sin romperse, pero con los socialistas dejando a la parte morada cada vez más aislada de las decisiones del Consejo de Ministros. Un tripartito de facto, por la división en el espacio de Unidas Podemos, y con una de sus patas fuera de la interlocución habitual y sin recibir la información más elemental de la gestión del día a día. El distanciamiento entre los socios por la reforma del solo sí es sí y el ánimo de acaparar las banderas sociales está haciendo que el PSOE oculte a Podemos leyes que deben aprobarse en el órgano colegiado del Ejecutivo. Hasta el punto de que fuentes del segundo partido de la coalición reconocen que se enteraron a través de un mitin de Pedro Sánchez que se iban a aprobar el plan de la Sareb para destinar 50.000 viviendas al alquiler social. Se trata, además, de una propuesta que ellos ya habían realizado y hasta presentado en el Congreso, aunque recibió el voto en contra de los socialistas.

La ley de paridad en las empresas, que el presidente del Gobierno anunció en un mitin del PSOE a las puertas del 8-M, también se ocultó a Podemos. El Ministerio de Igualdad, responsable de estas políticas, no conocía la intención de los socialistas de llevar la norma al Consejo de Ministros y no participó así en su elaboración. Primero se evitó que el texto pasase por el denominado "consejillo", la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios, para que quedase fuera del radar de los morados. Un órgano en el que se define el índice de asuntos que pasan luego por el órgano colegiado para su aprobación. Después, se trasladó al departamento de Montero una idea vaga de la iniciativa, comunicándosele la intención de anunciarla en un acto de partido. "Nos avisaron el viernes de que lo anunciaba el presidente el domingo", aseguran fuentes del Ministerio. Finalmente, se dio a conocer tras el Consejo de Ministros que la aprobó sin la presencia de la ministra de Igualdad.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el lendakari, Iñigo Urkullu, durante un acto en Ermua el pasado verano. (EFE/Javier Zorrilla)

Al Consejo de Ministros de la siguiente semana a la aprobación de esta ley, el PSOE llevó un decreto sobre la formación militar de la infanta Leonor que sus socios desconocieron hasta el momento de la reunión. Se utilizó el mismo procedimiento: mantenerlos al margen de su desarrollo y evitar su paso previo por la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios, donde tienen presencia cargos morados, para ocultarlo. Los asuntos considerados de Estado siempre estuvieron fuera de la capacidad de intervención de Unidas Podemos, aunque en los primeros compases de la legislatura se mantenía informados a los socios de estos asuntos, al menos para pactar las discrepancias en la comunicación pública. Una práctica que fue abonándose hasta desaparecer tras el choque por el envío de armamento militar a Ucrania.

A la espera de que pasen por el Consejo de Ministros, desde Podemos aseguran que también desconocían previamente los anuncios de Sánchez en sede parlamentaria sobre movilización de vivienda pública. Tanto el paquete de 43.000 nuevas viviendas financiadas con 4.000 millones de euros de los fondos europeos, que anunció en su última comparecencia en el Congreso, como el de 20.000 en suelos del ministerio de Defensa que anunció el pasado martes en el Senado. La ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, calificó el primer anuncio de "preelectoral" y trató de reivindicar su influencia: "Para que se cumplan estos anuncios preelectorales del PSOE, Unidas Podemos tiene que seguir gobernando con fuerza para que realmente se cumplan".

La respuesta da cuenta de las distancias y sobre todo de la pelea por las banderas sociales, desde el feminismo a la vivienda. El objetivo del PSOE está siendo arrinconar a la parte morada del Gobierno, que representan Ione Belarra e Irene Montero, fuera del foco compartido y dejarla sin banderas que capitalizar durante este ciclo electoral. Una tendencia que se intensificará durante presidencia de turno del Consejo Europeo, en la precampaña de las generales. Del espacio de Unidas Podemos solo la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz tiene reservado un papel importante por Moncloa y, por tanto, foco y banderas para desbloquear acuerdos relacionados con las prioridades del semestre europeo.

Que el PSOE sitúe la vivienda como su eje de campaña y que ERC y Bildu hayan puesto su sello deja en un plano secundario a Podemos

El protagonismo de Podemos en la ley de la vivienda, por otra parte, está quedando igualmente minimizado a pesar de tratarse de unas de las medidas que empujaron incluir en el programa de gobierno y que posteriormente vincularon al pacto de presupuestos. El despliegue del PSOE situando la vivienda como su principal eje de campaña y el hecho de que ERC y EH Bildu hayan puesto su sello a la norma en el papel y ante las cámaras, dejó en un plano secundario a Podemos.

El PSOE busca asimismo reservarse la bandera de las medidas anticrisis. Actualmente, se están explorando diferentes medidas para combatir la inflación en los alimentos. Los morados están al margen y las propuestas que han lanzado en este sentido han sido rechazadas tanto en público como en privado. Ya con el anterior decreto anticrisis, las medidas previstas de aprobar no se debatieron con Unidas Podemos hasta el último momento, evitando así que pudiesen abanderarlas.

El foco mediático al sector morado ya viene negándose durante las últimas semanas de forma reiterada. La ministra de Igualdad no se sentó en la mesa de rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del 8-M ni Ione Belarra hizo lo propio cuando se aprobó a finales de marzo la norma estrella de su departamento, la ley de Familias. Los morados han trasladado sus quejas, sin apenas eco. Preguntada por esta cuestión, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, asumía que se trata de una decisión que corresponde únicamente al secretario de Estado de Comunicación, aunque destacando que el Gobierno de coalición trabaja de forma "colegiada".

Tanto PSOE como Unidas Podemos descartan una ruptura del Ejecutivo pese a esta situación

La coalición se mantiene por inercia y con una rivalidad que entierra la posibilidad de coordinación en numerosos aspectos de la gestión cotidiana. Desde el PSOE se suele destacar su posición de "hermano mayor" para tomar decisiones a las que se opone el socio minoritario, como la reforma de la ley del solo sí es sí, aunque en campaña están estirando esta posición de fuerza para cerrar el paso a los morados. Se reduce así el margen de beneficio de Podemos por formar parte de la coalición de Gobierno, tanto en protagonismo como en la cuenta de resultados que exhibir.

Tanto PSOE como Unidas Podemos descartan una ruptura del Ejecutivo pese a esta situación, aunque los primeros siembran dudas sobre la continuidad de sus socios tras el 28-M. Fuentes socialistas del Ejecutivo entienden que Irene Montero e Ione Belarra podrían dejar la coalición si tras las elecciones su partido no llega a un acuerdo de coalición con la plataforma Sumar, que lidera Yolanda Díaz y en la que están integrados los otros dos ministros de este espacio, el de Consumo y líder de IU, Alberto Garzón, y el ministro de Universidades, Joan Subirats, perteneciente a los comunes de Ada Colau. "No lo descartamos", indica un ministro socialista, argumentando que si Podemos y Sumar no concurren juntos a las elecciones generales, los morados pueden tratar de diferenciarse de este espacio con un discurso más rupturista desde fuera del Ejecutivo.

El Gobierno afronta la recta de la legislatura sin romperse, pero con los socialistas dejando a la parte morada cada vez más aislada de las decisiones del Consejo de Ministros. Un tripartito de facto, por la división en el espacio de Unidas Podemos, y con una de sus patas fuera de la interlocución habitual y sin recibir la información más elemental de la gestión del día a día. El distanciamiento entre los socios por la reforma del solo sí es sí y el ánimo de acaparar las banderas sociales está haciendo que el PSOE oculte a Podemos leyes que deben aprobarse en el órgano colegiado del Ejecutivo. Hasta el punto de que fuentes del segundo partido de la coalición reconocen que se enteraron a través de un mitin de Pedro Sánchez que se iban a aprobar el plan de la Sareb para destinar 50.000 viviendas al alquiler social. Se trata, además, de una propuesta que ellos ya habían realizado y hasta presentado en el Congreso, aunque recibió el voto en contra de los socialistas.

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