Ferraz maneja el escenario de un cambio de liderazgo en el PP tras el 28-M y señala a Ayuso

Si en Génova se busca enfocar el 28-M como un plebiscito contra Pedro Sánchez, en Ferraz intentan zafarse devolviendo el ataque a modo de bumerán. "Valoramos como opción que Feijóo no llegue a diciembre", responden desde el PSOE, al tiempo que suben la apuesta deslizando que Isabel Díaz Ayuso daría un paso al frente para sustituirlo si los resultados de las próximas elecciones municipales y autonómicas se quedan lejos de las expectativas de los populares. "El 28-M puede ser definitivo", concluyen las mismas fuentes. Este fue el análisis de la última reunión del comité electoral de los socialistas, que se complementó con encuestas sobre la evolución de la valoración de Alberto Núñez Feijóo tras un año al frente del partido y la interpretación de la última entrevista en prensa de la presidenta madrileña, en la que el diario El Mundo titulaba: "Realmente no tengo rivales en Madrid, compito contra Sánchez".

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Según el documento interno que sirvió como base para el análisis del comité electoral de los socialistas, al que ha tenido acceso este diario, "las apariciones en prensa de Isabel Díaz Ayuso en días señalados solo pueden interpretarse como un aviso a navegantes por esta situación errática de Feijóo". En Ferraz refuerzan esta tesis con encuestas tanto privadas como del CIS sobre la "evolución del Alberto Núñez Feijóo en su primer año al frente del Partido Popular", con la que arranca el mencionado documento, fijándose más en los datos de valoración, confianza entre el electorado y preferencia como presidente que en la intención de voto.

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"La sensación general es la de un líder que no ha encajado, cuyas dificultades diarias en el discurso y análisis de la realidad suponen un lastre para la marca PP, y que esto está calando en la sociedad española, como demuestran los datos", sostienen. Los datos del último barómetro del CIS reflejan la caída de un punto en valoración media, 12 en grado de confianza y seis en preferencia como presidente del Gobierno.

"Feijóo arrancó su mandato al frente del PP con una nota de 5,2 en el barómetro de abril de 2022 y ha perdido más de nueve décimas en este año, situándose en un 4,28 en el barómetro de marzo de 2023"; "obtiene en marzo un indicador de confianza del 26.,4% (mucha o bastante confianza), que son 12,3 puntos menos que en el barómetro de abril de 2022", y "obtuvo una preferencia máxima como presidente del 20,8 en el barómetro de julio y baja en el CIS de marzo a sus peores valores desde que dirige el Partido Popular, en concreto en el 15%, casi seis puntos menos que en julio de 2022". La evolución negativa recogida por el CIS, se argumenta, "es replicada por la inmensa mayoría de encuestadoras privadas".

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Los socialistas se lanzan a asegurar a partir del cruce de estos datos con los supuestos movimientos internos en el PP que "tenemos constancia de que todo esto está generando una preocupación importante en la sede de la calle Génova, y en territorios del Partido Popular". No es la primera vez que el PSOE abona esta tesis. Ya el pasado mes de enero, en una reunión extraordinaria de la ejecutiva a la que asistieron también los ministros socialistas, se trasladó entre las conclusiones que "estamos preparados para un posible cambio de liderazgo en el Partido Popular tras las elecciones autonómicas y municipales".

Entonces ya se abundaba en la hipótesis de que "si el resultado que prevé el adversario político no se produce, presidentes como Moreno Bonilla o Ayuso podrían ser un recambio que solicitasen muchas voces en el PP". La vicesecretaria general del partido y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, reforzó esta tesis al afirmar tras aquel encuentro en Ferraz que las peticiones de un adelanto electoral realizadas por Feijóo "responden a que probablemente tiene el cronómetro puesto en marcha". En esta línea, añadía que "ellos mismos se han impuesto que las municipales son un plebiscito, pero para nosotros la pregunta no es quién lidera el PP porque es más de lo mismo".

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Ferraz busca alejar el foco nacional de los comicios municipales y autonómicos, mientras que los populares intentan acercarlo. De ahí que los primeros, como contraargumento, traten de abonar la hipótesis de que Alberto Núñez Feijóo no será el candidato de Génova para las generales si el PP pierde las municipales frente al PSOE.

Como ya se hizo en el ensayo general de la moción de censura de Vox, los socialistas centran sus esfuerzos en que la campaña del 28-M se centre en contraponer modelos con el bloque de la derecha, principalmente en materia económica y de respuesta a las situaciones de crisis, así como apuntar directamente a Feijóo para desgastar su imagen de moderación y hombre de Estado capaz de llegar a acuerdos. También de mostrar al líder de los populares como un líder "tutelado", débil y sin autonomía.

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El doble objetivo de fondo es movilizar a sus votantes y revertir los trasvases electorales a las filas populares (que llegaron a superar el medio millón, según el observatorio electoral de El Confidencial de finales de año). Según fuentes de la dirección socialista, vienen detectando una mayor movilización entre los suyos desde "hace semanas", mientras que el freno de los trasvases al PP habría tenido su punto de inflexión en la moción de censura. Desde entonces, según sus encuestas internas, están observando una subida de puntos, al tiempo que caerían los populares.