Bomberos de Asturias convocan una huelga "a la japonesa" en plena ola de incendios en la región

Asturias arde. El monte prendió hace días, pero la situación se descontroló a partir del miércoles. El fuego se extendió con rapidez a lo largo del Principado de Asturias y la emergencia ascendió a fase 2. Según fuentes del Servicio de Emergencias de la región (SEPA), en este momento se han desplegado en torno a 700 efectivos de bomberos, Protección Civil, Cruz Roja y Guardia Civil que trabajan en las labores de extinción de los incendios, cuyas primeras hipótesis apuntan a que han sido provocados. 91 focos se mantienen activos en la cordillera cantábrica, lo que ha reabierto la denuncia de la falta de medios. Este lunes arranca una huelga con servicios mínimos que, paradójicamente, supera el número de profesionales habituales. Será una especie de "huelga a la japonesa" en plena crisis en la región.

La salvaje oleada de llamas se produce tres días antes del inicio del paro de bomberos del Principado. Su estrategia es peculiar. A sabiendas de la falta de operarios con las que cuentan, han convocado una huelga oficial para iniciar este lunes 3 de abril. El Boletín Oficial del Principado de Asturias publicó este viernes los servicios mínimos. La portavoz del comité de huelga, Nati Canto, explica a este diario que dichas prestaciones son superiores a las dotaciones habituales. Una vuelta de tuerca para demostrar que les faltan recursos. "En Somiedo, por ejemplo, los mínimos establecidos son de dos personas y ahí solo hay un bombero trabajando". Se trata de una huelga "a la japonesa". "Lo que planteamos es que estamos por debajo de los servicios mínimos todo el año. Hay interinos a los que no están llamando. Llevo 25 años trabajando como bombera en Asturias y esta vez no se ha reaccionado bien".

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Esta huelga es la última iniciativa de todas las acciones que se han llevado a cabo. Los efectivos del SEPA acamparon durante semanas frente a la sede de la Administración para pedir soluciones: aumentar la plantilla, cubrir las plazas vacantes, eliminar el puesto de ayudante de bombero y mejorar la organización. "Estamos en precario y necesitamos orden con los turnos". Además, en el Principado no existe la especialidad de bomberos forestales, sino que los profesionales de Asturias trabajan tanto en el monte como en suelo urbano.

Los profesionales detallan que llevaban meses avisando la problemática y que, en lugar de solo avisar a la UME, también es necesario reforzar sus servicios. "No sabemos qué más tiene qué pasar", detalló en una manifestación en Oviedo el 1 de marzo Alberto Martínez, delegado del sindicato CSI en el SEPA a Europa Press. Se cumplió la profecía: se ha necesitado solicitar personal de otras regiones para paliar los incendios.

"Esto no deja de ser un atentado terrorista. Los que han hecho esto no merecen otro nombre", dijo Adrián Barbón, presidente del Principado, en una visita este viernes a una de las zonas más afectadas, en Valdés. El dirigente socialista, además, defendió que la gravedad de la situación es de tal envergadura, que no se resolvería solo ampliando la plantilla. No obstante, las previsiones de los profesionales que llevan horas trabajando a pie de calle son esperanzadoras: este sábado se pronostican lluvia, lo que podría favorecer la extinción de algunas llamas.

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Mucho viento y poca lluvia

Las principales hipótesis apuntan a que los incendios han sido intencionados, pero hay otros factores climatológicos que pudieron afectar a la rápida propagación del fuego. "Lleva un mes sin llover —dice una vecina a este medio que puede ver las llamas desde su ventana— y el viento que hace no es normal". Alejandro Vallina, bombero del sindicato CSIF en Oviedo, explica a este periódico la dificultad para controlar las llamas. "Si hay un viento como hoy, es imposible controlas el fuego", añade. El problema es que, durante los meses de febrero y marzo, la vegetación asturiana está seca. Eso, unido con el viento caliente del oeste, desencadena una situación "extremadamente peligrosa", en palabras de este bombero.

El viento impidió que los bomberos de refuerzo pudiesen desplazarse en helicóptero

Es precisamente el viento el que ha dificultado las labores de extinción. Las fuertes rachas han impedido que algunos bomberos de la Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) puedan trasladarse desde otras zonas del territorio nacional en helicóptero. Cuando la situación de emergencia entró en fase 2, el Principado solicitó refuerzos a otros efectivos. En la región no existe una figura específica de bombero forestal, sino que los profesionales del territorio actúan indistintamente en emergencias urbanas y forestales.

¿Qué ocurre? Que el fuego se volvió incontrolable. A la zona se han desplazado en torno a 120 efectivos de la Unidad Militar de Emergencia (UME) y bomberos de la BRIF, que dependen del Gobierno central. De estos últimos están participando los de la base de Asturias, Ourense y Soria. Desde Galicia han partido este viernes 17 efectivos vía terrestre porque el viento impedía trasladarse en helicóptero.

Vallina explica que, desde su punto de vista, faltan bomberos: "Hay más vehículos que personal, y los que apagamos los fuegos somos los bomberos". Este profesional estuvo la noche de jueves trabajando en Oviedo. La situación estaba calmada a media noche. "Luego, a la una de la mañana, empezaron las llamas", señala, "nos dedicamos a evitar que se quemaran las casas". En el operativo participaron 14 bomberos. "Había viviendas que tenían a 20 metros llamas de seis metros de alto. El personal que hay es muy justo".

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Otras zonas afectadas son Tineo, Villayón, Allande, Aller y Belmonte de Miranda. La UME —que participa bajo las órdenes de la dirección de extinción— participó la noche del jueves desde la cola del incendio hasta la cola del flanco derecho, sobre la carretera AS-351. También se han realizado defensas de puntos sensibles en Navelgas, Longrey, Paredes y Meras. 375 personas han sido desplazadas de sus viviendas y hay 9 colegios cerrados.