Un sector del PP pide un congreso ideológico antes de las generales para abordar la gestación subrogada

El debate sobre la maternidad subrogada ha irrumpido en la agenda de los partidos, dando un giro a los argumentarios y dejando en evidencia las carencias en las posiciones. En el caso del PP, ha sido el propio Alberto Núñez Feijóo el que ha fijado postura: “En España, la gestación subrogada es ilegal, pero hay españoles que lo están haciendo en el extranjero y registrando a sus hijos en nuestro país. Hay que debatirlo, pero no es el principal problema que tenemos ahora en España”. Entre los populares, se comparte mayoritariamente el análisis del líder en cuanto a que hay que abordar el asunto. Las discrepancias, más allá del fondo, que las hay, también están en las formas.

Cuando hace ahora un año el gallego cogió el control del partido en el congreso de Sevilla, se optó por orillar el debate ideológico. Desde 2017, no se ha celebrado ningún cónclave que aborde asuntos como la subrogada, el aborto o la eutanasia, que en mayor o menor medida confrontan las diferentes almas del PP. “Para fijar posición en estos temas debe hacerse en una ponencia ideológica o de estatutos”, asegura un diputado popular, que se posiciona dentro del sector que aboga por la celebración de un congreso donde poner negro sobre blanco el cuerpo ideológico del partido.

El ala que apuesta por “abordar sin complejos” estos asuntos son los próximos al expresidente José María Aznar. Consultados por este medio, lamentan que no se atendiese la demanda de la diputada Cayetana Álvarez de Toledo para aprovechar la llegada de la nueva dirección y definir la posición “estratégica e ideológica”, como expresó en la Junta Directiva Nacional en la que se cerró la etapa de Pablo Casado en marzo de 2022. La maternidad subrogada es una cuestión que, según reconocen desde el partido, “no divide tanto como el aborto”, pero se asume que es un tema “complejo”.

Entre los diputados, había este jueves debate sobre si era adecuado “bordear” la polémica, como había hecho el líder del PP, o, de cara al programa electoral, tener un debate en profundidad. Los hay a favor de regular y otros que rechazan de plano el “cosificar a las mujeres”. Algunos de los consultados ven una oportunidad de aproximarse a la sociedad, que, según sus cálculos, está abierta mayoritariamente a que se regulen los llamados vientres de alquiler en nuestro país. “La calle va más rápido que los políticos”, coinciden los que se muestran más favorables a dar cobertura a este tipo de técnicas. La posición que marcan es recurrir a expertos para tener clara una normativa que dé cobertura a aquellos que necesitan recurrir a este método, pero que a la vez combata las llamadas “granjas de mujeres” que operan mediante mafias en los países del este.

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Génova no está dispuesta a abrir ahora el melón ideológico. Feijóo ya ha emplazado a los suyos a después de las generales para celebrar un congreso. En esto coinciden la cúpula y los barones, que ponen el acento en la cercanía de las citas electorales. “Sería un suicidio”, argumentan los que defienden mantener la “ambigüedad”, y recuerdan que en un programa electoral no hace falta entrar a “fondo” en estas cuestiones, sino dar “líneas generales”. De hecho, la propia Isabel Díaz Ayuso, que anunció cuando tomó los mandos del PP madrileño que haría una convención ideológica, optó por varias jornadas temáticas para evitar confrontar con Feijóo, que desde el primer momento dio la orden de posponer el debate de ideas y centrarse en ganar las elecciones.

Entre los que piden “claridad y firmeza” en la defensa de los principios, se alerta de que de la “tibieza” de Mariano Rajoy surgió Vox. “Están haciendo un programa para que les pueda votar un socialista”, critican desde el temor a repetir errores que “ahuyenten a nuestros votantes”.

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Por ahora, se han ido sorteando las polémicas. Cuando se aprobó la nueva ley del aborto, el líder popular sorprendió a una parte de su parroquia al declarar que la interrupción voluntaria del embarazo era “un derecho que tiene la mujer, pero no fundamental”. En la ponencia ideológica de 2017, se recogía expresamente que no es “un derecho”, por lo que habría que introducir cambios a futuro. La única garantía que hay en estos momentos es que si el PP llega a la Moncloa hará cambios normativos para que las menores de 16 años no puedan abortar sin consentimiento paterno, como en su día hizo Mariano Rajoy con el texto de José Luis Rodríguez Zapatero.

Feijóo tiene como consigna de partido centrar la oposición en la economía y en las polémicas del Gobierno. Desde las pugnas entre los socios de coalición hasta los escándalos del Tito Berni o el cese del coronel Diego Pérez de los Cobos, anulado por el Tribunal Supremo. Este planteamiento choca de lleno, como no podía ser de otra forma, con los intereses de la Moncloa, que ha visto que desde que se renovó el Tribunal Constitucional y bajo la presidencia de Cándido Conde-Pumpido se han ido avalando sus leyes ideológicas de cara a la contienda electoral. Ayer mismo se publicó la sentencia del tribunal de garantías sobre la eutanasia, en que rechaza que el derecho a la vida tenga “carácter absoluto” y la ampara en el derecho a la autodeterminación. Ahora le tocará posicionarse a Feijóo en otro asunto con aristas en sus filas.