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El debate de la gestación subrogada fractura a los partidos y provoca la primera dimisión
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VIENTRES DE ALQUILER

El debate de la gestación subrogada fractura a los partidos y provoca la primera dimisión

Un cargo del PSOE balear renuncia por beneficiarse de esta práctica, que divide al PP y tensa a la izquierda y las fuerzas nacionalistas. Cs se queda solo en la defensa nítida de la legalización y forzará un debate en el Congreso

Foto: Hemiciclo del Congreso de los Diputados. (EFE/J.J. Guillén)
Hemiciclo del Congreso de los Diputados. (EFE/J.J. Guillén)
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En el debate de la gestación subrogada, no es todo blanco o negro. Hay toda una gama de grises. Y no solo divide prácticamente a partes iguales a la sociedad española, que no atiende en este caso a la ideología para posicionarse a favor o en contra. También fractura internamente a partidos de todo signo, independientemente del posicionamiento que con mayor o menor contundencia expresan en público. La polémica, que ha resurgido esta semana por el caso de Ana Obregón —ha sido madre gracias a esta técnica a sus 68 años en Miami—, ha caído como un meteorito en la clase política, provocando la primera dimisión: un cargo del PSOE balear presentó este jueves su renuncia tras conocerse que era padre por esta operación. La salida se produjo después de que los socialistas repudiasen el caso de la actriz y fijasen una postura nítidamente contraria a los vientres de alquiler.

Es el primer caso práctico de que la realidad en el seno de los partidos va mucho más allá de los argumentarios oficiales. Solo Ciudadanos es capaz de surfear la ola de la gestación subrogada con una postura unánime, que ha defendido desde sus inicios: la legalización de esta práctica bajo unos parámetros, como el altruismo o que el progenitor subrogante esté entre los 25 y los 45 años. En el resto de formaciones, el abanico de matices es infinito. Por ejemplo, en el PP, conviven dos visiones abiertamente enfrentadas que dividen al propio grupo parlamentario. Diferentes diputados consultados esgrimen posturas contrapuestas: a favor de su legalización en diferentes supuestos o en contra de su práctica sin ninguna excepción.

Foto: Rueda de prensa tras la reunión de la Mesa del Congreso.

Aunque este enfrentamiento viene de lejos, en su día el PP optó por el voto en contra al proyecto de ley que Albert Rivera intentó aprobar en las Cortes en 2017 para convertir la gestación subrogada en una realidad regulada en España. La dirección popular, entonces liderada por Mariano Rajoy, negó la petición de algunos cargos del partido de permitir la libertad de voto, por ser una cuestión de carácter ético que, además, no aparece recogida en el programa del PP. La corriente favorable, encabezada por el actual portavoz en el Senado, Javier Maroto, no logró llegar a un acuerdo con el sector proclive a la prohibición total de los vientres de alquiler en el último congreso ordinario del partido, por lo que los estatutos solo recogen una posición ambigua y un compromiso: abrir un debate interno en el futuro para tomar partido por una u otra postura. Pero nunca llegó a abordarse.

Esta semana, el alcance de la polémica de Ana Obregón llevó a Feijóo a dar un paso al frente. Según fuentes de su entorno, el presidente del PP se abre a permitir la gestación subrogada en España, siempre que no conlleve una contraprestación económica. Hace siete años, el líder popular fue uno de los dirigentes que apoyaron a Javier Maroto en su posición, junto a Juanma Moreno o Cristina Cifuentes. Pero solo 24 horas después, y ante la amenaza de reabrir viejas heridas en plena carrera electoral, el jefe de la oposición matizó públicamente que, pese a la necesidad de abrir un debate sobre esta cuestión, no será el PP quien lleve la iniciativa. Se hará, pero "no ahora".

Foto: La expresidenta de Ciudadanos y portavoz en el Congreso, Inés Arrimadas. (EFE/Fernando Villar)

Ciudadanos ha aprovechado esa coyuntura para tratar de coger algo de oxígeno de cara a las elecciones, e intentar atraer a un nicho de votantes ante la indefinición enque se mueven otras fuerzas políticas. De hecho, el retorno de la gestación subrogada al foco mediático ha servido de pegamento a una formación que también se desangraba por las pugnas internas. Este jueves, los naranjas volvieron a registrar su ley en el Congreso para legalizar esta práctica. En la foto, aparecieron la nueva presidenta de Ciudadanos, Patricia Guasp, y el resto del grupo parlamentario. Inés Arrimadas y Edmundo Bal, hasta ahora enfrentados, estaban codo con codo.

Los naranjas asumen que la iniciativa no se debatirá hasta el siguiente periodo de sesiones, ya que no gozan de cupo para su debate en pleno. Pero todo apunta a que, cuando la norma llegue, pondrá en un brete a buena parte del arco parlamentario por las dudas y las tensiones internas. Vox, por ejemplo, está en contra de la legalización de los vientres de alquiler, tal y como se desprende de sus estatutos. Pero también optan por la prudencia y evitan confrontar con personas que, como Ana Obregón, hayan tomado esta decisión "en circunstancias concretas". "No tenemos una posición sobre la gestación subrogada en madres de 68 años. No tenemos una posición tomada al respecto", reiteró el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros.

La cuestión tensa aún más a los partidos nacionalistas, en los que Ciudadanos encontró unos extraños compañeros de viaje cuando intentó aprobar su ley en 2017. "Ser padre o madre no es un derecho", declaró Gabriel Rufián esta semana. Su partido, no obstante, se mostró en su día partidario de la iniciativa de Albert Rivera. El entonces portavoz de los republicanos, Joan Tardà, exigió una regularización para que esta cuestión no se convirtiese en una "actuación de barra libre" y puso en valor el modelo canadiense. Carles Campuzano, entonces portavoz del PDeCAT y hoy conseller en la Generalitat, pidió avanzar en un marco legal para evitar la inseguridad jurídica. El PNV tampoco se opuso entonces al proyecto de ley de Ciudadanos, si bien optó por una prudencia que conserva actualmente. Evitan rechazar frontalmente la legalización, pero pasan de puntillas sobre el tema exigiendo "un debate en profundidad, serio y riguroso".

La izquierda, en contra, pero con matices

El PSOE tampoco está a salvo de una cuestión que tensa a todos los partidos. En su caso, el debate interno se centraba eminentemente en el endurecimiento o no de la ley para prohibir la nacionalización de niños nacidos en el extranjero mediante un vientre de alquiler, una práctica que se ha venido realizando por españoles fuera de España pese a ser una práctica ilegal desde hace casi dos décadas. En 2015, en unas entrevistas del programa La Sexta Columna a líderes de diferentes partidos, Meritxell Batet apostó por regular la gestación subrogada en España para "proteger al menor". Y en su último congreso federal, los socialistas debatieron precisamente sobre esta cuestión para ilegalizar también la inscripción de niños nacidos en el extranjero, pero finalmente no se plasmó en las resoluciones. En la actualidad, ni PSOE ni Podemos contemplan abrir nuevas vías legislativas.

En las últimas horas, los morados ratificaron su rechazo frontal a los vientres de alquiler, y pidieron "abrir el debate" para impedir que siga realizándose en España a través de terceros países. Pero en la izquierda también hay un abanico de matices. En el mismo programa de La Sexta mencionado anteriormente, Carolina Bescansa, fundadora de Podemos, se mostró partidaria de la regulación de la gestación subrogada. Solo Alberto Garzón, de Izquierda Unida, manifestó un rotundo no a la posibilidad de regulación.

Podemos tenía menos de dos años de vida en 2015, y formalmente no tuvo estructura organizativa hasta finales de 2014. El partido abrió un periodo de reflexión al respecto en noviembre de 2017. La diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid Beatriz Gimeno explicó unos meses antes en El País que, en efecto, el partido no tenía una "posición clara" respecto a la gestación subrogada y que había personas proclives a permitir una regulación en casos concretos. Ese debate culminó con una posición firme de la Secretaría de Feminismos en febrero de 2018. Entonces, resolvieron mantener la prohibición de los vientres de alquiler, y defendieron emprender una revisión de las leyes sobre adopciones y procesos adoptivos.

Foto: Según el artículo 10 de la Ley 14/2006 sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida, no está permitida la gestación por sustitución. (iStock)

Este jueves, con la polémica aún candente, el portavoz de Más País en el Congreso, Íñigo Errejón, se desmarcó de la postura esgrimida por Podemos —y también de Yolanda Díaz— y se abrió a debatir sobre la gestación no "mercantilizada". Manifestó no tener "problema con los comportamientos altruistas", y solo cargó contra "los comportamientos mercantilizados". Desde su formación, admiten recelos ante los vientres de alquiler y niegan tener una postura cerrada. "Ser madres y padres no es un derecho, es un deseo. La maternidad subrogada es problemática, porque pone sobre la mesa un modelo liberal en el que quien tiene diner puede llegar a comprar bebés, y esto se convierte en un trabajo para mujeres sin recursos", advierten.

España, dividida

Esas diferencias internas esgrimidas por los partidos no son más que un reflejo de la propia sociedad española. Según una encuesta publicada por Metroscopia —cuyo trabajo de campo data de 2020—, no hay un consenso mayoritario respecto a la gestación subrogada en España: el 49% se declara a favor de su regulación, mientras que el 48% está en contra. En el cruce por variables políticas, los votantes de fuerzas nacionalistas como ERC, JxCAT, la CUP, PNV, Bildu o BNG son los que apuestan mayoritariamente por la regularización de los vientres de alquiler —69% a favor frente al 31% en contra—.

Foto: Entrevista a Elena Valenciano. (Isabel Blanco)

En cuanto a los bloques derecha-izquierda, los porcentajes de proclives y detractores están más igualados. En el caso de la izquierda, el 49% de los electores son favorables a regularizar esta práctica, pero el 56% opina que "mercantiliza el cuerpo de las mujeres", una cifra que cae hasta el 46% en el caso de votantes de PP, Vox y Ciudadanos. Importante destacar que el 40% de los entrevistados que votaron al PSOE o a Unidas Podemos en las últimas elecciones generales considera que en este tipo de prácticas la mujer gestante "debería poder percibir una compensación económica".

En el debate de la gestación subrogada, no es todo blanco o negro. Hay toda una gama de grises. Y no solo divide prácticamente a partes iguales a la sociedad española, que no atiende en este caso a la ideología para posicionarse a favor o en contra. También fractura internamente a partidos de todo signo, independientemente del posicionamiento que con mayor o menor contundencia expresan en público. La polémica, que ha resurgido esta semana por el caso de Ana Obregón —ha sido madre gracias a esta técnica a sus 68 años en Miami—, ha caído como un meteorito en la clase política, provocando la primera dimisión: un cargo del PSOE balear presentó este jueves su renuncia tras conocerse que era padre por esta operación. La salida se produjo después de que los socialistas repudiasen el caso de la actriz y fijasen una postura nítidamente contraria a los vientres de alquiler.

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