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El vuelo sin motor que pudo acabar en accidente: Vox respira tras el trance de Tamames
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MOCIÓN DE CENSURA

El vuelo sin motor que pudo acabar en accidente: Vox respira tras el trance de Tamames

Los de Abascal cierran el debate con la sensación de haber salvado los muebles tras semanas de descontrol e incertidumbre: "Estamos mejor que hace tres días"

Foto: El profesor Ramón Tamames (i), junto al líder de Vox, Santiago Abascal (d). (EFE/Chema Moya)
El profesor Ramón Tamames (i), junto al líder de Vox, Santiago Abascal (d). (EFE/Chema Moya)

"Les doy las gracias por acogerme en esta casa con una amistad que aprecio mucho". Fueron las palabras que empleó Ramón Tamames para cerrar el segundo y último día del debate de una inédita moción de censura que ha tensado las filas de Vox. Las expectativas de que los de Santiago Abascal pudiesen conseguir todos los objetivos que se marcaron inicialmente con su plan eran "muy bajas" y, una vez finalizada la sesión, lo que recorría el partido era una satisfacción mezclada con el alivio de haber esquivado los "riesgos" de una operación que ya se les había puesto cuesta arriba por el verso libre que había demostrado un candidato a priori incontrolable. "Todos estábamos expectantes por la posibilidad de que Tamames hiciese uso de algunos de sus discursos especiales", comenta un diputado de la formación.

Una vez finalizado el debate de la sexta moción de censura de la democracia, Vox se felicitaba por un resultado que le permite calmar la "inquietud" que había podido extenderse, tanto entre sus electores como en sus filas, por la idoneidad de un candidato que ha ido enmendando algunos de los pilares más básicos del argumentario del partido ultraconservador gracias a la tournée mediática que protagonizó en las semanas previas. No obstante, y pese a que algunos grupos intentaron resaltar esas diferencias desde la tribuna de oradores, Tamames realizó una defensa cerrada del partido proponente y se abstuvo de las consideraciones que más podían tensar a los de Santiago Abascal, sentado justo a la izquierda del candidato.

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal, interviene durante el debate de la moción de censura. (EFE/Chema Moya) Opinión
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Fuentes del grupo parlamentario reconocen que el nerviosismo se extendió cuando Pedro Sánchez instó al catedrático a hablar sobre temas como Cataluña o el cambio climático, dos cuestiones espinosas en las que se encuentra en las antípodas de lo que plantea Vox. No entró en la primera cuestión, porque "hoy no toca" —declaró en una entrevista para El Mundo que España era una "nación de naciones"—, aunque en la segunda sí lanzó un dardo a los de Abascal por su postura sobre la "realidad" del clima. Tamames no se salió del guion en su intervención inicial, pactada entre ambas partes. Pero lo que inquietaba a los ultraconsevadores eran las alusiones que pudiese hacer el economista en el turno de réplica, donde no existían corsés previos.

El candidato mostró también una cierta connivencia con algunos de los socios habituales del Gobierno. De la CUP destacó, por ejemplo, que tiene "puntos interesantes sobre Cataluña". De Errejón subrayó la "amistad" que tuvo con su padre y le pidió "mayor racionalidad". Y no entró al choque con fuerzas como Bildu, de la que solo recalcó que "no puede coincidir" con su posición separatista. En el entorno de Tamames, aseguran que el dirigente no recibió influencia alguna por parte de Abascal en ninguna de las réplicas y que más bien sus colaboradores intentaron pasar notas durante el debate al profesor a través de un ujier para aconsejarle sobre cómo edificar sus respuestas, tanto al Gobierno como al resto de grupos. "No hizo falta, lo improvisó todo", aseguran.

Foto: El profesor Ramón Tamames durante el debate de la moción de censura de Vox contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados. (EFE/Kiko Huesca)

No obstante, la espontaneidad de Ramón Tamames no pareció afectar a un partido que sale de su segunda moción de censura con la sensación de haber salvado los muebles dentro de una operación de alto riesgo. Fuentes de la dirección evitan echar las campanas al vuelo respecto a que el "éxito" de la iniciativa, como lo califican los más optimistas, pueda traducirse en rédito electoral. En un principio, Vox planteó su alianza con el exdirigente del PCE como una oportunidad para calar en esferas de votantes conservadores que nunca habían elegido al partido de Abascal, especialmente entre los sectores de la población más mayor, que suele atraer el PP. Buscaban también coger impulso frente a los populares y retratar a Feijóo por su decisión de ponerse de perfil ante los planteamientos del profesor Tamames; una posición que, a su juicio, "no entienden muchos votantes".

Pero al término del debate, el mensaje se había matizado. Diferentes fuentes de la cúpula del partido apuntan que aún "es muy pronto" para saber si la operación puede provocar o no que se ensanche la bolsa de potenciales votantes, ya que, en todo caso, "la moción no se ha presentado por electoralismo". El diagnóstico es más bien conformista. "Puede que hayamos ganado algunos votos, la sensación es positiva. Pero estamos mejor que hace tres días", suscriben. Vox no salió a hombros de su propia moción, pero tampoco lo hizo por la puerta de atrás.

Foto: El exdiputado de Ciudadanos, Pablo Cambronero (EFE/Chema Moya)

La valoración que hacen en el PP al concluir la moción de censura también difiere de la tesis que sobrevolaba el partido cuando la situación con Tamames comenzó a descontrolarse. Si entonces Génova creía que la operación asestaría un duro golpe a Vox de cara a las urnas, ahora matizan también su discurso y consideran que el debate no moverá un solo voto, ni a favor ni en contra. "No hemos perdido nada, pero tampoco hemos ganado", consideran fuentes parlamentarias de los populares. Lo que sí reprochan en el primer partido de la oposición es la "oportunidad de oro" que brindó Vox a la izquierda para presentar su tique electoral, en alusión al tándem que exhibieron Pedro Sánchez y Yolanda Díaz y que, a su juicio, puede movilizar a su elector rival.

En cualquier caso, los de Abascal respiran tranquilos tras el cierre de una operación en la que llegaron a asomarse al abismo. La sensación de incomodidad comenzó a crecer en las últimas semanas, en que el partido tuvo que hacer equilibrios con nervios de acero para mantener a flote la moción encabezada por Ramón Tamames, después de que en múltiples medios de comunicación el exdirigente comunista declarase su "estima" hacia Pedro Sánchez o rechazase abiertamente los duros apelativos con los que la formación ultraconservadora suele dirigirse al Gobierno. El descontrol llegó a su cota máxima cuando se filtró a los medios el contenido íntegro del discurso que el candidato llevaba semanas preparando. El pánico escénico oscureció una bancada verde que, finalmente, logró sobreponerse al vértigo.

"Les doy las gracias por acogerme en esta casa con una amistad que aprecio mucho". Fueron las palabras que empleó Ramón Tamames para cerrar el segundo y último día del debate de una inédita moción de censura que ha tensado las filas de Vox. Las expectativas de que los de Santiago Abascal pudiesen conseguir todos los objetivos que se marcaron inicialmente con su plan eran "muy bajas" y, una vez finalizada la sesión, lo que recorría el partido era una satisfacción mezclada con el alivio de haber esquivado los "riesgos" de una operación que ya se les había puesto cuesta arriba por el verso libre que había demostrado un candidato a priori incontrolable. "Todos estábamos expectantes por la posibilidad de que Tamames hiciese uso de algunos de sus discursos especiales", comenta un diputado de la formación.

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