Tamames acusa al Congreso de volver "a las dos Españas" tras un tenso debate: "Peor que en el 36"

La voz de Ramón Tamames se entrecortaba por el choque de sus papeles con el micrófono. Pero el catedrático ha dejado algunos mensajes nítidos en su turno de réplica a los grupos parlamentarios dentro de una moción de censura inédita que llega a su fin. El catedrático se ha mostrado sorprendido por la "exacerbación" y el tono empleado por algunos diputados en un tenso debate —"esto no es una sesión parlamentaria, es un mitin preparatorio del 28-M"—, y ha lamentado la ausencia de "puntos de coincidencia", sustituidos a su juicio por un ataque frontal a los "principios fundamentales de convivencia", creando "una situación de amigo-enemigo" que recuerda, según el veterano político, a "las dos Españas". Pero "no las de Goya", añadía. Sino "peores que las del 36".

Ha sido una de las conclusiones de un candidato a la presidencia del Gobierno que se ha soliviantado en una de sus últimas intervenciones en la Cámara Baja. "Esto es un mitin de lo más espurio", lanzaba, interrumpido en ocasiones por el aplauso cerrado de la bancada de Vox, que asistía no sin cierta tensión a un discurso del que no tenían el control. "Un cabeza de moción de censura no tiene por qué entrar en las luchas intestinas del Congreso, no me esperaba esto", incidía Tamames, que se detenía a censurar especialmente la encendida intervención del portavoz del PSOE, Patxi López. "Era preocupante, él estaba a punto del infarto. No es manera de recibir a nadie, menos a un candidato", señalaba.

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Ramón Tamames no ha querido pasar por alto el clima de crispación en el que vive el Congreso de los Diputados y que dista mucho, según ha recalcado, del ambiente que se respiraba cuando él ocupó uno de los asientos de la Cámara como diputado —entre el 77 y el 82 y entre el 86 y el 89—, "en un momento en que teníamos que demostrar que la democracia funcionaba". "Me he encontrado con una situación en la que el deseo de anular al candidato era más absoluta que el estuche de cortesía que deberíamos tener en una convivencia pública", subrayaba.

El economista ha replicado también algunas de las acusaciones lanzadas especialmente por el Ejecutivo, por ejemplo en lo relativo a los "vacíos" del discurso de Ramón Tamames respecto a las mujeres. El profesor salió al paso reivindicando como referente a Isabel la Católica, que "tenía más poder que el Rey", y acusaba a la izquierda de "utilizar a las mujeres como moneda de cambio" en la política actual. "Tenemos hoy más violaciones que antes de toda esta oleada feminista", añadía, entre los vítores de la bancada de Vox y el rechazo de la del Gobierno. "No mueva la cabeza, señor presidente. Tienen ustedes el síndrome de la Moncloa, porque siempre piensan que lo están haciendo muy bien", censuraba.

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El exdirigente comunista ha respondido con brevedad a los intervinientes en la moción, parándose, por ejemplo, en EH Bildu —con los que "no coincido" por "razones obvias"—; en el BNG —"el separatismo en Galicia no tiene sentido"—, o en el PNV, a los que ha censurado que piensen que el País Vasco "todavía está oprimido", al tiempo que criticaba algunas de las transferencias del Estado a esta región. A Compromís ha pedido "no hablar tan alto", y ha recordado la "amistad" que tuvo con el padre de Íñigo Errejón, a cuyo dirigente ha recomendado una mayor "racionalidad política". Tuvo buenas palabras para otros portavoces, como Tomás Guitarte, José María Mazón o Carlos García Adanero.

Tamames se ha dirigido a Inés Arrimadas para reivindicar el legado de Albert Rivera, "uno de mis invitados en casa", al que ha definido como un "intento importante de Ciudadanos que se malogró". El profesor ha enviado un recado al Partido Popular, negando en este caso que la moción sea un "error", como ha aseverado Cuca Gamarra durante su turno de intervención, aunque ha agradecido el tono y las "palabras de afecto" a la portavoz popular. Y se dirigía en último lugar a Patxi López, al que ha recomendado una "mayor tranquilidad". "Se excita usted demasiado", añadía.

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"¡A moro muerto, gran lanzada!", reiteraba el candidato, para censurar cómo a su juicio el Gobierno se ha desquitado contra él en lugar de buscar propuestas o "soluciones" para España. En este punto, Tamames ha censurado que portavoces como el de ERC, Gabriel Rufián, hicieran uso de apelativos como "fascistas" o "franquistas" para referirse a Vox. "El franquismo es historia", zanjaba el economista. "No se puede hacer historia desde el BOE (...). Hoy ser antifranquista no tiene ningún mérito", añadía.

Pese a la crítica de las formas y el fondo de las intervenciones de sus contrincantes en la Cámara Baja, Ramón Tamames ha querido despedirse agradeciendo la labor de todos los diputados, especialmente a Vox, por haberle brindado una experiencia que, aseguró, "será imborrable en lo poco que me queda de actividad en esta vida". "Quiero decirle a todos los diputados que, a pesar de los dimes y diretes, les agradezco haber hablado de cosas importantes, mezclada con la lucha política". Aunque aseguró que no intervendría más, el dirigente quiso responder a la intervención de cierre del presidente del Gobierno, con lo que fue Ramón Tamames el que concluyó el debate.

Sus últimas palabras en el debate de la moción las dirigió directamente a Pedro Sánchez, al que recomendó evitarse "repartir títulos de derechas de izquierdas" o de "fascistas y demócratas", criticando en este punto el excesivo "personalismo" del jefe del Ejecutivo. "A pesar de sus enunciaciones, que decían que había entrado en la caverna de la derecha, me he sentido libre para hacer o decir lo que creía oportuno y racional", concluía.