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Sánchez rehuirá a Tamames y apuntará su artillería contra la dupla Feijóo-Abascal
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MOCIÓN DE CENSURA

Sánchez rehuirá a Tamames y apuntará su artillería contra la dupla Feijóo-Abascal

"El debate es con el grupo proponente", justifican fuentes de la Moncloa, para añadir que "quien la presenta es Santiago Abascal". No se quiere desviar el foco de Vox, a quien buscan retratar como aliado indispensable del PP

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene en una sesión de control en el Senado junto a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. (EFE/Mariscal)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene en una sesión de control en el Senado junto a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. (EFE/Mariscal)

El único elemento que descoloca a la Moncloa de la moción de censura de Vox es el candidato. El independiente Ramón Tamames, reputado catedrático de economía de 89 años y exdirigente del PCE. Desde el Gobierno, han insistido en trasladar el mensaje de "respeto" al candidato, pero con la intención de dejarlo en un plano secundario al entender que se trata solo de un "candidato interpuesto". No se quiere desviar el foco de Vox, a quien buscan retratar como aliado indispensable del PP. Las intervenciones con la mayor carga política se pretenden así centrar en la respuesta que darán el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, a Santiago Abascal. El líder de Vox se encargará de abrir el debate para defender la moción.

El hecho de que la estrategia de la Moncloa pase por que hagan tándem Sánchez y Díaz, esta segunda como líder de Unidas Podemos, es ya un mensaje de refuerzo de la coalición, a presente y futuro tras las próximas elecciones, frente a lo que en Ferraz denominan la "coalición PP-Vox". "El debate es con el grupo proponente, es con Vox", justifican fuentes de la Moncloa, para añadir que "quien la presenta es Santiago Abascal". Habrá también respuesta al candidato, pero sin una confrontación directa, esquivando su protagonismo, y después de haber centrado toda la artillería en la respuesta a Abascal.

Fuentes de la Moncloa insisten en la necesidad de tomarse en serio la moción de censura, pese a que no dan los números para salir adelante. "Respetamos un instrumento constitucional de esta entidad", aseguran estas mismas fuentes, al tiempo que deslizan su rechazo a la propuesta de Podemos de que solo intervengan ministras en este debate parlamentario: "No hay que frivolizar".

El objetivo de ligar a Feijóo con Abascal, para intentar alejar al líder del PP de la moderación y desvestir su perfil como hombre de Estado o más pactista y transversal que su predecesor, tiene, sin embargo, una fisura a la hora de escenificarlo. El gallego no estará presente en el Congreso durante el debate de la moción, a la que podría asistir por tener asiento en el Senado. En la Moncloa lo califican como una "falta de valentía" y lo acusan de "no dar la cara". Pese a ello, la estrategia en el plano discursivo no se mueve ni un ápice.

Foto: Ramón Tamames, candidato a la presidencia del Gobierno. (EFE/Javier Lizón)

El mensaje en el que viene insistiendo el Ejecutivo y que volvía a trasladar este martes la portavoz, Isabel Rodríguez, es que el líder del PP "ata su futuro político a la ultraderecha". En rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, adelantado un día por la moción, calificaba la abstención anunciada por el PP como una clarificación de "las capitulaciones matrimoniales de ambas formaciones".

"No deja de ser importante viniendo de alguien que dijo ser moderado", enfatizó Rodríguez, para recordar en esta línea que su primera decisión tras tomar las riendas del PP hace algo más de un año fue "conformar en Castilla y León" un Gobierno de coalición con Vox. En "esa senda de apoyos" seguiría de cara a las próximas elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. Los socialistas buscan alejar a Alberto Núñez Feijóo de la moderación para frenar el trasvase de votantes y movilizar a su electorado. De ahí su asidero en la abstención del PP para arrinconarlo a la derecha del tablero con Vox, en lugar de votar en contra, como hizo Pablo Casado en la primera moción de censura de Vox en 2020.

Foto: Ramón Tamames. (Alejandro Martínez Vélez)

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya aprovechaba su intervención en el comité federal del PSOE el pasado sábado para trazar esta misma línea de puntos. "El PP de Feijóo se ha acercado a Vox. En su primer año, ha firmado un acuerdo de gobierno con la ultraderecha en Castilla y León, y ahora pasa del no a la abstención. La razón es muy simple: el proyecto de Feijóo pasa por reeditar gobiernos con la ultraderecha allá donde sumen. Esto es evidente", trasladaba a los suyos durante su primera intervención en abierto. "No cabe llamarse a engaño", añadía, para asegurar que "las relaciones entre la derecha y la ultraderecha no son las mismas desde hace un año". "De la colisión en tiempos de Casado pasamos a la colusión en tiempos de Feijóo", concluía.

Sánchez también anticipó algunas líneas de lo que entienden en el Gobierno como confrontar modelos. "El plan de Vox en esta moción de censura", si saliera delante, empezará por "la anulación de la reforma de las pensiones", además de intentar derogar medidas como la reforma laboral, frenar la subida del SMI o el impuesto a las grandes eléctricas y a la banca, además del de solidaridad a las grandes fortunas. "Creo que se entiende muy claramente por qué la derecha y la ultraderecha exigen y reclaman cada día elecciones anticipadas y quiénes están detrás de esa reclamación de verdad", trasladó tras dibujar a la derecha como sinónimo de "recortes" y brazo político de los "poderes económicos".

"Nosotros vamos a colocar nuestro mensaje", trasladan igualmente desde Ferraz. Antes de que se filtrase su discurso, que en la Moncloa evitan valorar en esta estrategia de dejar al candidato en un segundo plano, en la cúpula del partido ya vaticinaban que si Tamames no entraba al detalle de las políticas de Vox, "lo vamos a hacer nosotros".

Se evitan riesgos, huyendo de un cara a cara frontal con el prestigioso economista, que desde el PCE más aperturista participó activamente en la Transición, y se centran en atacar a la "derecha y ultraderecha". El exceso de confianza no deja de entrañar peligros, y los socialistas trasladan que se toman en serio esta moción de censura, censurando los "chascarrillos" respecto a la edad del candidato o las posiciones que la minusvaloran.

El único elemento que descoloca a la Moncloa de la moción de censura de Vox es el candidato. El independiente Ramón Tamames, reputado catedrático de economía de 89 años y exdirigente del PCE. Desde el Gobierno, han insistido en trasladar el mensaje de "respeto" al candidato, pero con la intención de dejarlo en un plano secundario al entender que se trata solo de un "candidato interpuesto". No se quiere desviar el foco de Vox, a quien buscan retratar como aliado indispensable del PP. Las intervenciones con la mayor carga política se pretenden así centrar en la respuesta que darán el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, a Santiago Abascal. El líder de Vox se encargará de abrir el debate para defender la moción.

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