Hablan árbitros descendidos en la era Negreira: "Que el golfo pague por lo que ha hecho"
Excolegiados de Primera División explican que el CTA recibía informes con una nota y a final de Liga se decía quién bajaba. Piden que se investiguen los hechos hasta el final
La Fiscalía acusa de un presunto delito de corrupción al Barça por pagar durante casi dos décadas al vicepresidente de los árbitros españoles José María Enriquez Negreira. Los investigadores sostienen que lo hacía para lograr arbitrajes favorables aprovechando que el número dos del Comité Técnico Arbitral (CTA) tenía capacidad para asignar los árbitros que pitaban cada jornada, así como los ascensos y descensos de colegiados al acabar cada temporada. El Confidencial ha hablado con varios árbitros que descendieron a Segunda en la era Negreira (1993-2018).
Manuel Pérez Lima, Alfonso Pino Zamorano y Julián Rodríguez Santiago explican que existían unos informes por cada partido con puntuaciones que llegaban a la junta directiva. Al acabar el año, se hacía un baremo general donde se decidía quién bajaba. Negreira era el encargado de comunicarlo personalmente por teléfono. Si bien no tienen pruebas para enmarcar su descenso en la trama investigada, piden que se investigue hasta el final.
Manuel Pérez Lima
Manuel Pérez Lima (La Orotava, Tenerife, 1968) ascendió a Primera División en 2005 y pitó decenas de partidos tras una dilatada carrera en las categorías inferiores. El CTA decidió su descenso dos temporadas después. “Me resulta todo extraño, esta golfería la tendrán que investigar. Que salga a la luz y que el golfo este pague por lo que ha hecho, porque ha hecho daño a muchos profesionales”, dice el excolegiado canario, preocupado por la imagen que se proyecta ahora sobre el estamento arbitral tras el escándalo. Pérez Lima, en la actualidad, es osteópata y ofrece conferencias sobre el juego limpio y su experiencia en los estadios.
“Yo me he quedado muy sorprendido y dolido. Es duro, porque hacemos un trabajo enorme, mucho esfuerzo, mucho sufrimiento, entrenamiento, viajes, muchas lágrimas, muchas ilusiones, y ahora oyes esto de una de las personas que están en el Comité y se te cae todo. Piensas: ‘Qué golfo, qué golfo’. Yo creo en la honestidad de todos los compañeros y cuando ves esto te llevas una decepción muy grande. Ahora vas por la calle y todo el mundo te señala. ¿Cómo alguien puede hacer eso y jugar con la honestidad de tantos árbitros?”, comenta.
Una de las informaciones publicadas por este periódico dice que Hacienda sospecha de que Enríquez Negreira hizo grandes retiradas en efectivo y se teme que pudiera usarlas para pagar a terceros, es decir, repartir el dinero que le daba el Barça entre más personas. Fueron más de siete millones de euros entre 2001 y 2018. El árbitro Pérez Lima desconoce cuáles son los servicios que el vicepresidente del CTA podría ofrecer, pero él niega haber recibido nunca una orden sobre favorecer a un equipo concreto en el césped: “Tú imagínate que me llaman para decirme que tengo que hacer esto, lo mando a la mierda”.
El exárbitro canario confirma la dinámica que se seguía para decidir los árbitros que suben o bajan de categoría: “Hay mucho humo en el tema de ascensos y descensos, pero en líneas generales existen unos informes por partido que después se valoran y al final sube uno o sube otro, pero no hay una clasificación”. “Teníamos tres o cuatro reuniones al año. Negreira era uno de los encargados de llevarte a una habituación y te daban una puntuación y te decía en lo que tenías que mejorar. El otro encargado era Franco Martínez. El trato con nosotros era profesional y correcto, al menos conmigo”, recuerda.
Confirma que luego era la persona que llamaba a los árbitros para darles la buena noticia de un ascenso o para comunicarles que bajaban de categoría. Recrea así cómo eran esas llamadas: "Te dicen que has hecho un buen trabajo, has estado bien, pero esto es muy difícil. Te meten un poco la pirula, pero te explican que alguien tiene que descender, que te has quedado ahí por una milésima y que si quieres puedes ir al Comité a ver los informes. Si tenía peso [Negreira] o no lo tenía, creo que nadie lo sabe, lo que sí es cierto es que había una puntuación de informes, otra que ponía el Comité y supongo que también habría una cuestión de gustos".
“A la hora de valorar los informes —dice—, estaba la junta directiva, son los que tienen que decidir. ¿Si Negreira tenía peso en esos informes? Ni idea. Uno estaba metido en intentar ser mejor en el campo y no en lo que sucedía por encima de ahí. Uno estaba en que le valoraran por lo que hacía en el campo, lo otro es entrar en suposiciones”. Pérez Lima prefiere no echar la vista atrás para revisar decisiones o arbitrajes, dice que si lo hiciera le entraría un ataque de nostalgia, pero no recuerda haber recibido nunca un aviso o informe negativo después de arbitrar al Barça.
Julián Rodríguez Santiago
Julián Rodríguez Santiago (Valladolid, 1965) presenta un buen currículo, con 11 temporadas en Primera División, siete de ellas como internacional. Eso son 173 partidos. Al término de la campaña 2008-2009, le comunicaron el descenso. “Me bajaron un año antes de mi retirada, no fue el caso de Pérez Lima o alguno de estos, que fue muchísimos años antes”. Como a los demás, fue Negreira el que le llamó. “Los mismos que me ascendieron fueron los que me descendieron, por lo tanto, nada que decir”, afirma. Abogado de profesión, prefiere no valorar los hechos que se han conocido hasta que no avance la investigación que ya ha iniciado el Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona.
Cuando busca una explicación a su descenso, achaca su situación a las lesiones que sufrió en su carrera, que “ya hacían insostenible seguir ahí”. Prefiere no hacer juicios de valor hasta tener toda la información. Tras su retiro, ahora es uno de los árbitros que hacen los informes sobre el arbitraje de otros compañeros en activo que después se envían al CTA bajo el mando del sevillano Luis Medina Cantalejo. “Teóricamente, y no tenemos pruebas para dudar de lo contrario, eso va por unos informes que se hacen. Se puntúa a todos los árbitros y esa puntuación, teóricamente, es la que sirve. No sé si habrá algún otro contrainforme, eso ya se lo tendrías que preguntar a Medina Cantalejo o a quien proceda”.
Con todo, Julián Rodríguez Santiago se muestra reacio a entrar en detalles sobre la operativa y cómo se valoran después esos informes: “Se mandan al CTA, a quién se los vas a mandar. Los informes ya no se mandan en un sobre, se hace por vía telemática, hay una plataforma, lo rellenas y se manda. Así es como funciona. Yo creo que estas cosas a mí no me las tienes que preguntar, evitais tanta llamada si llamáis directamente al CTA. Yo sé cómo va, pero no sé si estoy autorizado para contar cómo van las cosas”.
Alfonso Pino Zamorano
Alfonso Pino Zamorano (Madrid, 1972) arbitró siete temporadas en la máxima categoría como representante del colegio castellano-manchego. Tras su descenso en 2007, continuó otros seis años en Segunda División. Conocía a Enríquez Negreira y describe así los motivos por los que, a su juicio, el FC Barcelona le pagó durante tantos años: “Este tío iba vendiendo humo y alguien ingenuo se lo creyó”. El delito de corrupción en los negocios en el ámbito deportivo por el que acusa la Fiscalía no exige que el Barça lograse su intención de alterar la competición, basta con la intención.
Pino Zamorano recuerda que durante algunos años la designación para arbitrar un partido u otro la decía un ordenador: “A mí en un año me tocó un Atleti-Real Madrid, un Espanyol-Barça y un Sevilla-Betis. Ahí Negreira no pintaba nada. Lo que yo quisiera saber es por qué siguieron pagando”. Este colegiado explica que las designaciones para pitar cada fin de semana las decide una terna en la que están el presidente del CTA (que depende de la Real Federación Española de Fútbol), un representante de la Liga y un tercero de consenso entre ambas instituciones.
Este excolegiado también ofrece más detalles sobre cómo funciona la valoración de los árbitros cada temporada. Precisa que se hace un informe desde el estadio, generalmente por árbitros ya retirados o asistentes, y otro a través de la televisión. “Todas las semanas, el delegado del partido tiene que mandar sus conclusiones al CTA en un plazo de 48 horas”. “Cuando yo bajé, me llamó Enríquez Negreira, pero no hablé con él porque estaba de viaje en República Dominicana. Esas llamadas fueron una petición que hicimos los árbitros porque muchos se enteraban de que bajaban a Segunda cuando lo veían publicado en la prensa”, recuerda.
“A mí me quitaron de en medio”, se lamenta Pino Zamorano, que lo achaca a un acuerdo entre el CTA y su federación castellano-manchega, con la que él estaba enfrentado. “Qué casualidad que yo bajé y el que subió era otro árbitro de mi mismo colegio”, añade. Él sí que ha repasado estos días en su cabeza los partidos que pitó al Barça. Fue el árbitro que dirigió el encuentro entre los azulgranas en Copa del Rey contra el Figueres. Los culés resultaron eliminados en una de las mayores sorpresas de la historia reciente del fútbol español. También recuerda un Betis-Barça: “Le pité dos penaltis a favor al Barcelona, los veo ahora y me siguen pareciendo penalti”.
En su época en activo, había tres tipos de partido en forma de criterio a la hora de puntuar a un árbitro: fácil, difícil y muy difícil. “No es la misma dificultad un partido en el que no pase nada que otro donde haya muchas acciones complicadas o tarjetas. Difícil o muy difícil puntuaba más”. Preguntado Pino Zamorano si es posible que algunos árbitros abusen entonces de las tarjetas para lograr una puntuación mayor, dice que “nadie quiere un partido difícil porque aumenta el riesgo a cometer errores, pero, perverso o no, el sistema es el mismo para todos”.
Santiago Sánchez Calvo
Este árbitro afirma que sí les dejaban ver sus informes y recuerda el nombre del vocal del CTA que se encargaba de tramitarlos, se llamaba Santiago Sánchez Calvo (Madrid, 1949). Este periódico también ha dado con él. También fue árbitro y pitó dos campañas en Primera durante la década de los noventa: “A final de temporada, se eleva una media de las notas de esos informes que hay escritos y es la junta directiva del CTA, en base a esos informes, quien decide ascensos y descensos. Se tienen en cuenta la aplicación del reglamento, aplicación disciplinaria o cómo actúa el árbitro. Que yo sepa, Negreira no formaba parte de esa junta que evaluaba los informes, una cosa es llamar al final de temporada con los informes ya hechos y otra cosa es que él tuviera algo que ver en la confección”.
Sin embargo, este exmiembro del CTA admite que en la junta directiva estaban los vicepresidentes y entre ellos Negreira, pero “a él ya se lo daban hecho y una vez estaban establecidas las calificaciones, él llamaba”. “Pero no participaba para nada… Que yo sepa por lo menos, claro”, apunta. “Es muy triste que ocurran cosas así. El estamento arbitral tiene que estar al margen de todas estas cosas que están sucediendo, me ha sorprendido. Es importante que salga la verdad de todo”.
La Fiscalía acusa de un presunto delito de corrupción al Barça por pagar durante casi dos décadas al vicepresidente de los árbitros españoles José María Enriquez Negreira. Los investigadores sostienen que lo hacía para lograr arbitrajes favorables aprovechando que el número dos del Comité Técnico Arbitral (CTA) tenía capacidad para asignar los árbitros que pitaban cada jornada, así como los ascensos y descensos de colegiados al acabar cada temporada. El Confidencial ha hablado con varios árbitros que descendieron a Segunda en la era Negreira (1993-2018).
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