Reformismo 21: así se llamará la nueva fundación de Feijóo para el PP

El PP ha elegido el nombre de Reformismo21 para la nueva fundación del partido que este mismo viernes presentará Alberto Núñez Feijóo en Madrid y que dirigirá el economista Pablo Vázquez, según ha podido saber El Confidencial. Desde que Alberto Núñez Feijóo tomó las riendas del PP, hace un año se puso en marcha una operación para recuperar a la llamada “generación perdida”. La abrupta salida del Gobierno del equipo de Mariano Rajoy tras la moción de censura llevó a la mayoría de sus ministros a buscar cobijo en la empresa privada. Algunos fueron tentados por Pablo Casado, pero las heridas de las primarias eran entonces muy recientes. Con el gallego en Génova y las encuestas a favor son más los ex dispuestos a volver a la órbita del PP.

El paradigma ha sido el caso de la exministra de Trabajo Fátima Báñez. El presidente del PP la quiso en su equipo desde el primer momento. Su nombre estuvo en todas las quinielas para ser la secretaria general, pero finalmente declinó el ofrecimiento. Ahora ha aceptado formar parte de la fundación que hoy presentará Feijóo. Desde su entorno, aclaran que su colaboración será externa, ya que seguirá en la Fundación de la CEOE. Su aportación, “desde la vida privada”, se centrará en temas de emprendimiento y formación. Completan el staff del think tank económico de la fundación el exministro de Economía de Rajoy Ramón Escolano y un histórico como Josep Piqué. Además de reputación, los fichajes aportan a Feijóo una agenda de la que carece.

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El goteo de nombres seguirá en los próximos meses porque, según fuentes del partido, Feijóo quiere rodearse de perfiles con experiencia de gestión de cara a conformar un “Gobierno en la sombra”. Aquí ha empezado a cobrar fuerza el retorno de los hermanos Nadal. Álvaro (exministro de Energía) y Alberto (exsecretario de Estado de Presupuestos y Gastos). Ambos funcionarios de carrera se desvincularon del PP tras la derrota en las primarias de Soraya Sáenz de Santamaría. Su vuelta se vería con buenos ojos en el partido, pese a que les precede la fama de ser “difíciles” en el trato. Con el propio Rajoy, tuvieron en más de una ocasión algún “encontronazo” en el pasado, pero la consigna es “contar con los mejores” si se llega a la Moncloa.

Otro de los elegidos es el actual vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, que figura como futuro ministro en la libreta azul de Feijóo. Con su alter ego, Cristóbal Montoro, también se contó en los primeros meses del aterrizaje en Génova, pero tras varias intervenciones en prensa se fue “rebajando” la colaboración con el padre de la subida de impuestos. El líder del PP también ha contactado estos meses con la extitular de Agricultura Isabel García Tejerina. A Íñigo de la Serna ya lo ha recuperado como coordinador del programa electoral del PP para las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. El exministro de Fomento ha sido el último de los sorayistas en volver a Génova junto con Borja Sémper.

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Con el equipo económico de Rajoy activado, el PP colocará una vez más en el centro de su estrategia la economía. Que se cuente con los ex no supondrá en ningún caso relegar al responsable de los asuntos económicos en el partido, Juan Bravo. El hacedor del milagro andaluz seguirá llevando el peso del día a día y tendrá cartera ministerial si se logra desbancar a Pedro Sánchez, aseguran desde el partido. El que fuera consejero de Hacienda de Juanma Moreno lleva meses en contacto con diferentes colectivos del ámbito económico para tomar el pulso a la situación del país.

En la planta noble de Génova asumen que les volverá a tocar “rescatar” a España si gobiernan. La primera medida que pondrá en marcha Feijóo será una auditoría para conocer “la situación real del país”. El PP desconfía de los datos que publica el Gobierno. El último ejemplo al que remiten son las cifras de desempleo y el cómputo de los contratos fijos discontinuos que ocultaba 440.000 trabajadores que no cotizaban. Exministros de Rajoy advierten de que una vez más les tocará ser “los malos”, porque lamentan que Sánchez no está llevando a cabo ninguna de las “reformas estructurales” pese a contar con un “manguerazo histórico” de fondos europeos.

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Feijóo hará una vez más de la economía su eje de campaña, pero buscará un “liberalismo con corazón”. Las recetas en campaña serán priorizar la atención a las familias con menos recursos. En Génova, son conscientes de que el PSOE les intentará desgastar acusándoles de “meter la tijera” en el gasto público. El eslogan es que “gastar más no es gastar mejor” y por eso se garantizará que no habrá recortes en sanidad, educación o políticas sociales, porque el proyecto pasa por aprovechar los 200.000 millones que llegan de Europa para una nueva gobernanza más eficiente.

Los menos optimistas ponen el foco en que a partir de 2024 Bruselas pedirá volver a las políticas de austeridad. “A Feijóo le van a tocar los hombres de negro”, barrunta un hombre de los gobiernos de Aznar que augura el fin de la “solidaridad europea” en un contexto en el que la inflación no mejora y los bancos empiezan a dar síntomas de alarma. El presidente del PP ha intensificado su interlocución con el Ibex en las últimas semanas para garantizar un marco "más favorable" para las empresas si gobierna.

Aunque por edad hay más marianistas en el universo de Feijóo, también reman los aznaristas. Génova seguirá contando con FAES en paralelo con la nueva fundación, que se constituirá hoy, a la que “se le dará un papel más técnico”. La doctrina ideológica queda en manos de Aznar, que “está volcado” en que el PP llegue a la Moncloa. Feijóo huye del “error” de Pablo Casado, que rompió lazos con el think tank del expresidente y se acercó a Propósito, el laboratorio de ideas de Juan Costa. El expresidente mantiene su lado crítico, como hizo con Rajoy o Casado, pero en público no hará ningún gesto que perjudique a las siglas. En privado, ha comentado en varias ocasiones, según los que comparten veladas con él, que con el Ejecutivo en descomposición el PP debería estar ya en los 150 diputados. Le preocupa que no se logre una “mayoría suficiente”. En Génova lo ven factible, pero ahora la consigna es rebajar las expectativas.