Abascal mantiene intacto el plan de la moción: "No hay muerte política de Vox"

La filtración del discurso de Ramón Tamames en la noche del miércoles, publicado por elDiario.es, asestó a Vox el último y rotundo golpe a una operación que se le ha puesto cuesta arriba al partido de Abascal. Pero el líder de Vox ha decidido mantener el timón firme hasta el final y no cambiar un ápice su estrategia de censura al Gobierno. La máxima autoridad del partido ultraconservador asegura que, pese a los múltiples obstáculos con que se ha topado su moción, "en ningún momento hemos pensado en retirarla". La crítica a los medios de comunicación impregnó la mayor parte del discurso que el líder de Vox pronunció en una comparecencia conjunta con Ramón Tamames en el Congreso de los Diputados este mismo jueves. "Llevamos días escuchando a medios y editoriales que han decretado la muerte política de Vox, pero estamos realmente tranquilos", suscribía.

Cuando restan apenas seis días para que arranque el debate de la moción de censura en la Cámara Baja, Vox convocó a los medios de comunicación a un acto protagonizado por Abascal y Tamames después de que el candidato a la presidencia del Gobierno protagonizase durante semanas una tourné mediática en la que destapó las fisuras de la maniobra de Vox por las fuertes discrepancias entre el discurso del veterano exdirigente y el argumentario habitual de la formación. En los últimos días, el catedrático aseguró en diferentes intervenciones ante los medios que no era "crítico" con Sánchez y quiso invitarle a cenar; definió España como una "nación de naciones"; y rechazó la necesidad de ilegalizar a partidos políticos, en contra del argumentario habitual de Vox. Con la convocatoria de este jueves, la dirección del partido buscaba exhibir unidad con su candidato, estrechar el abismo ideológico y culpar a la prensa de un supuesto "acoso mediático" al economista.

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"Hemos sido machacados a diestro y siniestro, y aquí estamos. Y aquí vamos a seguir, porque hay muchos españoles que necesitan sentirse representados (...). El malestar es algo que han pretendido ustedes", señaló Abascal, apuntando de nuevo a los medios de comunicación. En su discurso, no obstante, el dirigente asumía veladamente que la decisión de seguir adelante con su plan sobre la moción podía generar una cierta incomodidad en algunos sectores del partido. "Nuestra obligación está muy por encima de representar a nuestros afiliados y votantes", sintetizó.

El mensaje que Vox ha querido colocar antes del próximo martes es que el partido asume las contradicciones que existen entre su discurso y el de Ramón Tamames, circunstancia que quieren aprovechar para tratar de pescar votos en aguas ajenas y torpedear a partes iguales tanto a PSOE como a PP. El partido había lidiado con críticas durante semanas, pero la filtración del discurso de Ramón Tamames era una circunstancia con la que no contaban y contribuye a la imagen de esperpento político que se ha generado en torno a la segunda moción de censura de la legislatura, también a iniciativa de Vox. Ahora, el presidente del Gobierno conoce las líneas maestras del alegato del exdiputado del PCE para preparar su defensa.

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Aunque tanto Abascal como Tamames han tratado de quitar hierro al asunto de la filtración, el catedrático sí ha evidenciado dos versiones contrapuestas de lo sucedido. Y, si en la noche de este miércoles aseveraba en una entrevista para Capital Radio que no cambiaría el discurso por no disponer de margen de tiempo pese a su publicación, este jueves el economista aseguró ante los medios que la versión que ha trascendido está "anticuada" y que la alocución que el martes presentará ante Pedro Sánchez contiene "muchas novedades" e "iniciativas que pueden resultar atractivas".

Abascal, por su parte, ha pedido al primer partido de la oposición que "reflexione" sobre su negativa de avalar la moción de censura. Feijóo ha instruido a sus filas para mantenerse en la abstención y optar por un perfil bajo en la operación. De hecho, ni siquiera está previsto que el líder del PP acuda al Congreso ninguno de los dos días en que se celebrará el debate, previsto para el 21 y 22 de marzo. "El PP debería reflexionar sobre el sentido de su voto, por qué van a abstenerse cuando coincide en muchos de los planteamientos del señor Tamames", añadió el líder de Vox, cuando este fue preguntado por la posible incomodidad que podía generar entre sus votantes que Abascal patrocine a un candidato que, entre otras cuestiones, define a España como una "nación de naciones". "Evidentemente, no compartimos esa definición, pero posiblemente sí que la comparten algunos miembros del PP y sus dirigentes".

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Asumen las "discrepancias ideológicas"

La exhibición de unidad de este jueves no ha mitigado la presencia de importantes "discrepancias ideológicas" a las que tanto Abascal como Tamames han querido dar carta de naturalidad. En este punto, el líder de Vox acusó de nuevo a los medios de "escrutar con un juicio severísimo" cada "palabra" del candidato a la moción, una afirmación que el propio catedrático desmintió en presencia de Abascal. "Yo no creo que se hayan descontextualizado mis palabras en los medios de comunicación", aseveró Tamames, que volvió a señalar que, en su opinión, el de Sánchez no ha sido "el peor de los gobiernos" y recordó que, a su juicio, "la política es exageración".

Con todo, el catedrático quiso destacar el "respeto" que le profesa a Santiago Abascal y a su grupo parlamentario pese a "las discrepancias", y aseguró que "lo principal son las coincidencias" con Vox. "Yo creo que ha habido una gran convivencia entre el candidato y su proponente", añadía. En el mismo sentido, Abascal pretendió mostrar como un signo de fuerza el haber presentado a un candidato "independiente" que "puede representar a muchos españoles más de los que puedo representar yo", reconocía.

En el borrador que ha trascendido a los medios, de 31 folios, Ramón Tamames ponía coto a las diferencias que estos días sí ha evidenciado con Vox ante distintos medios de comunicación. El partido asume que los problemas de coordinación pueden venir más bien en el turno de réplica, donde el catedrático "será él mismo" sin corsés previos. El discurso inicial pone el foco en cómo España se asemeja más a una "autocracia absorbente" que a una democracia plena, y exige la confianza de la Cámara para ser investido presidente y convocar elecciones el próximo 28 de mayo. La aritmética parlamentaria entierra toda posibilidad de éxito de la iniciativa.