La Justicia avala que el PP retrasara el congreso de Madrid durante el pulso entre Casado y Ayuso

El retraso de unos meses en la convocatoria del congreso regional del PP de Madrid de 2022, aquel en el que Isabel Díaz Ayuso asumió el mando, no tendrá consecuencia legal alguna. La Audiencia Provincial Civil de Madrid acaba de confirmar la desestimación de un recurso presentado contra la formación de Alberto Núñez Feijóo por la tardanza en organizar el acto. La dilación se produjo en plena crisis del partido provocada por las dimisiones de Pablo Casado y Teodoro García Egea. En lugar de celebrarse en marzo, el congreso se atrasó hasta mayo. Esta tardanza fue denunciada por vulneración del derecho fundamental de participación política por un afiliado.

En una sentencia a la que ha tenido acceso El Confidencial, la Audiencia considera, como ya hizo el Juzgado de Primera Instancia 58 de Madrid, que las circunstancias extraordinarias sucedidas en esas semanas dentro del partido eran hechos notorios que justificaban el aplazamiento del congreso regional. Estaba justificado, dice, por la celebración de un congreso nacional a principios de abril, por la inminente dimisión de Casado y las circunstancias de urgencia.

TE PUEDE INTERESAR

Ayuso retoma el pulso por el PP de Madrid y reclama adelantar el congreso regional

Ignacio S. Calleja

Los congresos ordinarios del partido, sea cual fuere su ámbito territorial de competencia, deben celebrarse cada cuatro años atendiendo a una serie de principios regulados por la formación. De manera extraordinaria, la Junta Directiva Nacional podrá alterar la convocatoria siempre que se haga en un plazo máximo de 12 meses. El Comité Ejecutivo Nacional puede modificar los tiempos "en razón de los intereses generales del partido".

"El artículo 31 de los estatutos vigentes del Partido Popular permite de forma expresa que extraordinariamente la Junta Directiva Nacional altere la convocatoria de congreso ordinario, modificando el plazo previsto en supuestos de coincidencia con procesos electorales", dice la resolución, que agrega que, aunque debió hacerse en marzo, fue entonces cuando se produjo la dimisión del entonces secretario general del partido, Teodoro García Egea, y se convocó el congreso extraordinario en que se nombró como único candidato al actual presidente Feijóo.

TE PUEDE INTERESAR

Vía libre para Ayuso en el PP de Madrid: sin resistencia para ganar el congreso regional

Ignacio S. Calleja

"Todas estas circunstancias extraordinarias" justifican el aplazamiento sin que se aprecie que el incumplimiento grave de la previsión estatutaria acerca de la periodicidad suponga una vulneración del derecho fundamental de asociación del afiliado del partido político. La sentencia recuerda los argumentos del juzgado de instancia para recordar que, además, los dos meses de tardanza tienen escasa entidad, y se acompañan de una justificación razonable. "Fue la dirección nacional del propio partido político la que durante dicho periodo de retraso estuvo en tela de juego", añade.

La elección de Feijóo

Además, agrega, tanto en marzo de 2021 como en marzo de 2022 se produjeron procesos electorales, el primero en el ámbito de la Comunidad de Madrid, por lo tanto, hecho notorio, y el segundo en el seno del propio partido, con la elección del nuevo presidente nacional, también hecho notorio "por las repercusiones mediáticas", concluye.

TE PUEDE INTERESAR

Feijóo pacifica Madrid: blinda a Ayuso en la ejecutiva y Almeida repetirá en 2023

Ana Belén Ramos

En la madrugada del 22 al 23 de febrero de 2022, Casado fue descabalgado en la conocida como cumbre de barones, que ungió a Alberto Núñez Feijóo como su sucesor. Solo unas horas después, Casado realizó su última intervención en el Congreso de los Diputados, aplaudido por algunos dirigentes de su confianza. Solo tres miembros de su núcleo duro permanecieron fieles a Casado hasta el final: Pablo Montesinos, Ana Beltrán y Antonio González Terol.

En las semanas siguientes, Pablo Casado continuó al frente de la formación —aunque de forma completamente simbólica— hasta el congreso nacional de abril, en que pronunció su discurso de despedida y comunicó que abandonaría también su escaño en el Congreso de los Diputados. Fue la última vez que se supo de él. El expresidente ha mantenido un silencio sepulcral desde la crisis que acabó con su carrera política, un gesto que valoran positivamente en la dirección de Génova.