Los jueces y fiscales se movilizan para corregir a Podemos: "Mienten a sabiendas"
Pablo Iglesias levanta indignación tras asegurar que las mujeres están solas cuando van a un tribunal a denunciar una violación y "son juzgadas por la falta de heridas en su cuerpo"
"La soledad que sienten las mujeres cuando van a un tribunal a denunciar una violación y son juzgadas por la falta de heridas en su cuerpo". El último capítulo del pulso de Podemos y su entorno para señalar a la judicatura como un poder machista y facha, responsable de la reducción de las penas por la aplicación de la ley del solo sí es sí, ha vuelto a colmar la paciencia de jueces y fiscales, indignados ante el riesgo de que valoraciones de este tipo desincentiven las denuncias de las mujeres agredidas.
En público y en privado, numerosos miembros de la carrera se han movilizado para desmentir estas afirmaciones que han compartido, entre otros, el exvicepresidente Pablo Iglesias y el diputado de Podemos Pablo Echenique. Ambos vinculaban esta imagen —que fuentes jurídicas consultadas no dudan en tachar de "falsa y peligrosa"— con la soledad de Irene Montero y la líder de la formación morada, Ione Belarra, durante la votación de la contrarreforma de la polémica ley, que ha elevado al máximo la tensión del partido con su socio de gobierno, el PSOE.
Los jueces y fiscales consultados apuntan que con este mensaje lo que se dice a las mujeres víctimas de delitos sexuales es que "no se las va a creer". Eso se hace, además, en circunstancias especialmente graves y dirigiéndose a personas que se encuentran en situación de extrema vulnerabilidad. La afirmación deja también la duda de la credibilidad respecto al trato que reciben las mujeres víctimas de violencia de género. Algunos magistrados ven incluso intencionalidad en la postura de Iglesias y del resto de líderes políticos que la han compartido. "Desconocen la realidad o manipulan a sabiendas de que mienten", dice, por ejemplo, una jueza consultada.
La realidad, estandarizada y aplicada por las fuerzas de seguridad del Estado y los tribunales de toda España, es muy distinta a la que pinta el partido morado. Desde que una mujer denuncia un delito contra su libertad sexual, desde el mismo momento en que dice ser víctima de este tipo de delito, es asistida en dependencias policiales por una mujer, siempre que haya una mujer en esa comisaría o cuartel. En los hospitales se activa, además, un protocolo específico para su atención asistencial médica, para las lesiones físicas si las tuviere, para su atención psicológica, etc. Un reciente ejemplo es lo sucedido en el caso de la agresión que se atribuye al futbolista Dani Alves. El médico forense hace la toma de muestras y vestigios: ADN, restos biológicos, pruebas esenciales para el proceso judicial.
"El trato en los juzgados es exquisito siempre. Desde que entra por la puerta, por parte de los funcionarios, jueces y el fiscal. Se le toma declaración desde el absoluto respeto y también con la empatía necesaria para atender a quien ha sufrido un ataque a lo más íntimo de su identidad como persona. Se cuidan los interrogatorios, se intenta que su declaración se produzca una sola vez, para evitar su revictimización y que tenga que volver al juzgado y volver a relatar lo que ha vivido y ha sufrido", explica otra jueza.
Pulso en Twitter
El escenario de la acusación ha sido Twitter y es allí donde muchos han optado por responder. "Es una obscenidad, un insulto a la labor de muchos profesionales, propia de un hooligan sin criterio ni conocimiento", aseguraba una magistrada. "Hacer creer a las víctimas de delitos sexuales que la Justicia no las va a creer y les va a hacer preguntas machistas deja a estas sin esperanza y las disuade de denunciar, logrando impunidad", avisaba otra. "Si alguna lectora ha leído esta maravilla, le pido un favor. No va a pasar, pero si algún día es víctima, no haga ni caso. En la policía y en los juzgados va a encontrar hombres y mujeres que no hacen eso. La van a ayudar y asesorar y la van a tratar con respeto. Créame. Denuncie", decía un tercero.
Desde el Consejo General del Poder Judicial y, en concreto, desde el Observatorio para la Violencia de Género, llevan años tratando de fomentar la denuncia. Su presidenta, Ángeles Carmona, se mostró contundente ante las primeras acusaciones contra los jueces a raíz de los descensos de penas por la ley de libertad sexual, cuya corrección ya se tramita. "Las mujeres que son víctimas de violencia de género deben confiar en la Administración. Los mismos jueces que metieron a estos violadores están ahora reduciendo las condenas, no tiene sentido. No son jueces machistas ni tenemos una Justicia patriarcal. Están perfectamente preparados y el 60% son mujeres. Es absolutamente falso que tengamos jueces machistas", aseguró, por ejemplo, en declaraciones a Onda Cero.
Y es que, en este nuevo señalamiento a la judicatura, llueve sobre mojado. Tras conocerse las primeras rebajas, Podemos acusó, sin tapujos, de interpretar mal la ley. "Fachas con toga", "machistas", se escuchó de boca de algunos destacados representantes del partido. La idea de una mala aplicación de la ley por parte de los jueces ha ido prolongándose en decenas de declaraciones de responsables de Igualdad.
Mientras sucede todo esto, el cómputo de disminuciones continúa, imparable. Los datos más recientes del Consejo General del Poder Judicial indican que se han producido, al menos, 750 reducciones de pena en aplicación de la ley, según la información recabada hasta el 9 de marzo del Tribunal Supremo, los tribunales superiores de Justicia y las audiencias provinciales. Estas resoluciones han supuesto al menos 74 excarcelaciones. El órgano precisa que la repercusión de la norma puede ser superior, ya que no todos los órganos judiciales han aportado esta información. También avisa de que los descuentos continuarán a pesar de la reforma, puesto que no puede aplicarse de forma retroactiva, ni a los penados ni a los investigados, una norma que les sea desfavorable.
"La soledad que sienten las mujeres cuando van a un tribunal a denunciar una violación y son juzgadas por la falta de heridas en su cuerpo". El último capítulo del pulso de Podemos y su entorno para señalar a la judicatura como un poder machista y facha, responsable de la reducción de las penas por la aplicación de la ley del solo sí es sí, ha vuelto a colmar la paciencia de jueces y fiscales, indignados ante el riesgo de que valoraciones de este tipo desincentiven las denuncias de las mujeres agredidas.
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