Dulce catástrofe: la miel 'low-cost' de China está destruyendo a los apicultores españoles

De todas las cosas con las que Raquel soñaba que sería de mayor durante su infancia, lo último que se le pasaba por la cabeza era dedicarse a la apicultura. Esta alcarreña de 34 años empezó hace siete a interesarse por las abejas. Lo que en su día reconocía como un hobby, hoy es su profesión. Pero puede que no por mucho tiempo si la situación no cambia. El sector habla de "catástrofe". Las ventas han caído un 50% y aseguran no disponer de ayudas directas como otros profesionales del sector primario. El principal enemigo no está en casa: la miel "de mala calidad" importada de China es más barata que la nacional y se están haciendo con gran parte de los consumidores españoles. Los más desconfiados argumentan que para colar el producto, utilizan la vía de Ucrania libre de aranceles.

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La cuestión es que la miel proviene de China, pero no se etiqueta como tal en el supermercado. Una triquiñuela que no hace ninguna gracia a los profesionales españoles. Alberto Romero, presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Tierra Andaluza, explica que en los envases no aparece "el porcentaje de miel": "Muchas veces hay adulteraciones y ni siquiera es miel, sino sirope de arroz".

El descontento del sector ha provocado que este jueves se concentraran frente al Ministerio de Agricultura para exigir soluciones. Se reunieron hasta mil apicultores de toda España con pancartas, banderas y ahumadores. Con trozos de madera, hierba seca o pellets, los domadores de abejas generan humo para adormecer a los insectos y evitar picaduras cuando trabajan. Hicieron el mismo procedimiento en la capital: nubes de humo inundaban la fachada del Ministerio en señal de protesta. Sonó La Abeja Maya y alguno que otro apostó por embadurnar su cuerpo de miel a la espera de una respuesta institucional.

Estas reivindicaciones no vienen de ahora. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ya advirtió del conflicto con el etiquetado a finales de 2021. En un estudio conjunto con COAG, argumentaron que en los envases de los mercados "apenas aparecen mieles de origen chino. ¿Por qué? ¿Dónde van a parar las toneladas de miel china que sigue entrando a día de hoy en España?". La conclusión fue que se triangulaba a través de otros países de la UE. "Se mezclan varias mieles y si ninguna llega al 50%, se puede declarar como país de origen aquel en el que se ha hecho la mezcla", explican. Los afectados ya se reunieron con el ministro Luis Planas para abordar el problema del etiquetado, algo que no se remedió teniendo en cuenta la situación actual. Cada vez se importa más miel extranjera, cada vez se vende menos nacional.

En 2022 se batió el récord de importación con 37.568 toneladas —casi 6.000 más que en 2021—. Desde COAG señalan que se han comprado más de 8 toneladas de miel a China por 1,49 euros el kilo. Pero esa cifra podría aumentar teniendo en cuenta las triangulaciones. "En el mismo periodo (año 2022) en que la industria española compró 7.369 toneladas de miel a operadores portugueses a un precio medio de tan solo 2’57 €/kg, estos introdujeron 5.034 toneladas procedentes de China a un precio medio de 1’07 euros el kilo". De esta forma se camufla el punto de partida original del producto, que los apicultores catalogan de peor calidad que el autóctono. Con todo, este año se ha reducido la producción nacional un 50%.

Paralelamente, y según explican desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), en los últimos años se ha incrementado más gente al sector. Especialmente jóvenes como Raquel. "Muchos de ellos no son profesionales y tienen menos de 150 colmenas". El drama viene cuando estos grandes aficionados de la miel quieren hacer de su pasión su profesión. Como hobbie no está mal. "Actividad que requiere menos inversión que otras agrícolas y ganaderas", apuntan desde UPA. Pero vivir de ello se complica por multitud de razones.

¿La cuelan por Ucrania?

La otra derivada de esta trampa, según los afectados, radica en Ucrania. Ventura Gil, de 65 años y presidente de la Asociación Profesional de Apicultores Extremeños, argumenta que la pseudomiel producida en China ha encontrado una vía de entrada en España a través de este país de Europa del este para evitar los aranceles. Los apicultores apuntan a un sospechoso boom de etiquetado de miel ucraniana, pero ni rastro de la China. Esto es posible gracias al el Acuerdo de Asociación (AA) UE-Ucrania, que entró en vigor en septiembre de 2017, precisamente para incrementar el intercambio de bienes entre Europa y Kiev.

Durante años, Ucrania ha sido una vía clásica de entrada de productos chinos, de cigarrillos a artículos alimentarios, a otros países de la UE como una manera de burlar los aranceles sobre Pekín. Sin embargo, la invasión a gran escala rusa, con el consecuente bloqueo de los puertos ucranianos del Mar Negro y la destrucción de infraestructuras han limitado mucho ese tipo de tráfico. Desde hace meses, los puertos ucranianos de Odesa y Chornomorsk limitan su tráfico al trasporte de grano, y las vías terrestres hacia el resto de Europa también han sido redirigidas a la exportación de productos vitales para la economía ucraniana.

Entonces, ¿dónde está la miel de China? Lo más probable es que camuflada entre los lineales de los supermercados. De la que no cabe duda de dónde se ubica en la española: el 60% está abandonada en naves a su suerte porque no les sale rentable venderla a dos euros menos del coste de producción.

La escena política no es ajena a esta situación; al menos no después de la protesta de esta semana. El Consejo de Ministros aprobó en octubre un real decreto para ampliar las ayudas al sector agrícola. Fuentes del ministerio de Agricultura argumentan que se incrementaron las subvenciones un 70%, alcanzando los 19 millones de euros. Con todo, el ministro Luis Planas reconoció este viernes que el sector sufre una situación "muy vulnerable y complicada". Así lo anunció en una entrevista en Canal Sur, donde también adelantó que el Ejecutivo está "examinando el margen presupuestario" para facilitar esas ayudas.

Nómadas de la miel

Además de la amenaza asiática, existen otros factores que inestabilizan el sector. Uno de los grandes problemas de Raquel para seguir viviendo de esto es el coste de la gasolina. Sus 100 colmenas no están cerca de su domicilio. El 80% de los dueños de enjambres en España son trashumantes, lo que implica que deben desplazarse por el territorio español para encontrar las exportaciones con las condiciones más favorables. Esta alcarreña se desplaza a diario a kilómetros de su domicilio, dentro de la provincia de Guadalajara. "Busco asentamientos con una floración interesante y siempre lejos de terrenos agrícolas por los pesticidas. Nos vamos cambiando de zona precisamente por la floración cada seis meses", señala esta joven, una de las pocas mujeres que destaca en el sector.

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Ventura, en cambio, se desplaza de comunidad autónoma a lo largo del año. Gran parte de sus colmenas se ubican en Cáceres, y aunque antes las transportaba a Andalucía, el alza de los precios ha provocado que haya optado por subir a terrenos de Castilla y León más cercanos a su lugar de residencia. El aumento del coste de gasoil es otra de las quejas que vertebran su lista de demandas. Los apicultores no reciben las ayudas de 20 céntimos para el carburante, como sí lo hacen los agricultores y ganaderos. Y también denuncian la ausencia de ingresos extra a raíz del estallido de la guerra, que ha provocado el aumento de costes. Esto, unido a la falta de lluvia y la amenaza de la Varroa —un parásito que debilita y mata a las abejas— suman puntos al declive de la miel.

En Andalucía hay en torno a 80.000 colmenas repartidas entre Sevilla, Cádiz, Huelva y Córdoba. Supone un 20% de la producción nacional. "Hemos pedido ayudas directas también a la Junta de Andalucía por la sequía". Las condiciones climáticas del último año ha afectado de lleno a la producción de miel. Una dulce catástrofe que amenaza a más de 28.000 familias españolas.