Podemos tensa la cuerda en las reuniones de coordinación del Gobierno

La apuesta más recurrente en los círculos políticos es cuánto le queda a la coalición del PSOE y Podemos. El calendario electoral marcará el cómo y el cuándo de una ruptura anunciada. Si un acuerdo de última hora no lo remedia, los socios de Gobierno votarán por separado este martes en el Congreso tras semanas de máxima tensión por la ley del solo sí es sí. Los morados rechazan la reforma que plantean los socialistas para subsanar los errores de la norma, que han supuesto la rebaja de penas a casi 800 agresores sexuales. El argumento que esgrimen es que el "consentimiento" dejaría de estar en el centro del texto legislativo.

En el PSOE, achacan el no a una estrategia para arrogarse la bandera del feminismo y dan por buenos los votos de PP, Cs, Vox, PNV y CC, aunque buscarán sumar a más partidos del bloque de investidura para no retratarse solos junto a la derecha. Más allá de cómo acabe la votación, el daño ya está hecho. Las relaciones en el Ejecutivo están rotas, hasta el punto de que la parte morada no asiste a las reuniones de coordinación desde hace meses, según desvelan a El Confidencial varios de los asistentes.

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La dureza de las declaraciones de las ministras Ione Belarra e Irene Montero contra el PSOE, al que han acusado de querer volver al "Código Penal de La Manada", evidencia el grado de degradación de las relaciones. Desde la salida de Pablo Iglesias del Gobierno en 2021, ha habido una escalada de confrontación que, según manifiestan fuentes socialistas, ha estado jaleada por el exvicepresidente. Como muestra, esgrimen las declaraciones del pasado fin de semana, en las que el exlíder morado advertía al primer partido del Ejecutivo de lo que se podrían encontrar en las manifestaciones del 8-M.

¿Pero cuál es el verdadero estado de salud del pacto de legislatura? Si nos remitimos a lo público, el diagnóstico es malo, pero, ahondando en las relaciones privadas, el paciente empeora. Los morados están tensando la cuerda en las reuniones que el jefe de gabinete, Óscar López, organiza con sus homólogos de los diferentes ministerios. Los encuentros se celebran los martes, coincidiendo con el Consejo de Ministros, y tienen como finalidad coordinar la comunicación y los mensajes del Ejecutivo. En paralelo, el secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallès, hace lo propio con los encargados de trabajar con los medios. Los responsables de los morados se han ausentado de varias reuniones y se conectan de manera telemática a menudo, "haciendo ostensible" que no les interesa lo que allí se debate. La secretaria de Estado de comunicación y los asesores de Podemos niegan este extremo que han confirmado varios de los asistentes a las citadas reuniones.

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Aunque a priori puede parecer una cosa menor, el jefe de gabinete de un exministro asegura a este periódico que es un "síntoma claro de que el Gobierno está roto". En esos grupos de trabajo se planifica cómo ha de llegar a la opinión pública y los medios lo que se acuerda en el Consejo de Ministros. "Se debaten los temas polémicos para buscar una sintonía en el mensaje" de todos los miembros del Ejecutivo. El hecho de que Podemos los ningunee deja en evidencia que los morados tienen su propia hoja de ruta.

Pablo Iglesias está negociando en estos momentos con la vicepresidenta Yolanda Díaz las posiciones en la futura lista de Sumar de Montero y Belarra. Los morados manejan sus propios tiempos, al margen de Pedro Sánchez. Si finalmente la ministra de Trabajo llega a un acuerdo para ir con Podemos a las generales, el siguiente escalón pasaría por romper con el PSOE tras las municipales y autonómicas para así poder hacer una campaña propia. Pelear de forma frontal por el voto de izquierdas con los socialistas. La idea es forzar una ruptura sin volar los puentes para una futura coalición. Sánchez e Iglesias siguen necesitándose para repetir en la Moncloa.

Los barones del PSOE apuestan por romper ya la coalición con los morados

En el ala caoba de la bancada azul, las afrentas de Podemos se juzgan como "infantiles". La mayoría de los ministros considera que las pupilas de Iglesias, como le ocurría a él, "no dan la talla". La relación con ellas es casi inexistente. Tampoco intervienen en el Consejo de Ministros, donde optan por un perfil bajo en contraste con la vehemencia de sus discursos públicos contra algunas de las decisiones acordadas. Ministros socialistas señalan ejemplos como los enfrentamientos por los temas de defensa.

En el partido, son mucho más duros con los socios que los ministros. Los barones del PSOE apuestan por romper ya la coalición con los morados. Consideran que podría ser un "revulsivo" ante los malos pronósticos electorales que reflejan las encuestas internas. El caso de Tito Berni es una fuga constante de votos, según los trackings con los que trabajan los socialistas. Apelan a que, para ganar las elecciones, hay que "centrar" al PSOE y frenar la fuga de voto al PP.

Los líderes territoriales asumen que Sánchez "no se va a atrever a romper ahora", pero ven una oportunidad en la colisión por la ley del solo sí es sí. Ante un tema tan sensible para los electores, defienden que el PSOE debería presentarse como el partido que arregla los errores del texto de Montero, que ha permitido excarcelar a casi 70 agresores sexuales: "Si un violador de los que han quedado en libertad reincide, la gente debe saber de quién es la responsabilidad". El pulso está servido, queda saber quién doblará el brazo a quién.