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Bienvenidos a la precampaña electoral: encantados de no entenderse
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CRÓNICA PARLAMENTARIA

Bienvenidos a la precampaña electoral: encantados de no entenderse

Fue una tarde triste, sí, pero también fue una tarde en la que se dinamitaron los puentes en el Gobierno de coalición. Hubo puñaladas, perdones y chistes sin gracia. Hubo un poco lo de siempre, pero peor

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Mariscal)
La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Mariscal)

Ministra de Igualdad del Gobierno de España, sentada en compañía de nadie en su escaño del Congreso. 7 de marzo de 2023. Óleo sobre lienzo.

Así permaneció Irene Montero durante unos seis minutos. Vestida de negro y con el rostro también de luto, en esa soledad no sabemos si deseada en la que permanece desde hace tiempo. Hasta que llegó Ione Belarra. Compañera en el Consejo de Ministros, colega de partido, familia escogida y hermana en vida. Fue entonces cuando su rostro y su cuerpo respiraron alivio. Se destensó toda y hasta sonrió cuando una de las diputadas afirmó en el atril que el Gobierno es un montón de cosas desagradables y también “pancatalanista”.

Foto: La diputada del PSOE en el Congreso, Andrea Fernández (EFE/Mariscal)

Pero fue llegar la secretaria general de Unidas Podemos y se hizo la luz en el luto de Montero. Le dio una mano y después la otra, y no pareciéndoles suficiente, se acariciaron los antebrazos. Sacaron los móviles, se enseñaron algo que pareció del beneplácito de ambas. Minuto y medio después, Montero abrió un neceser y le costó un poco encontrar lo que buscaba: una crema de manos. Una vez hidratada y repasados falanges y nudillos, se dispuso a escuchar el resto de las intervenciones.

“Es una tarde tristísima hoy”, me escribió un colega mientras ambos asistíamos al debate de este primer martes de marzo, el que sacará adelante la toma en consideración de la propuesta de reforma de la ley de libertad sexual. Una cosa larguísima que significa que a partir de hoy se abre un proceso lleno de negociaciones, ponencias y enmiendas que darán lugar a una posible reforma del texto legal.

Foto: Irene Montero recibe la cartera de Igualdad de manos de la exvicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo, al inicio de la legislatura. (Reuters/Susana Vera)

Pero todo esto, este martes, parecía importar poco. Fue una tarde triste, sí, pero también fue una tarde en la que se dinamitaron los puentes en el Gobierno de coalición. Hubo puñaladas, perdones y chistes sin gracia. Hubo un poco lo de siempre, pero peor. O mejor, según se mire, porque hubo menos momentos vergonzantes, el mamarracherío del que nos alimentamos todos.

Se habló mucho de orgullo y de soberbia. Se manchó la palabra feminismo y los de siempre se burlaron del abrazo de dos diputadas socialistas.

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Javier Lizón)

Vimos a Gerardo Pisarello leyendo un libro y a otro señor vecino de grada en actitud de duermevela. Vimos a Pilar Vallugera, de ERC, con una actitud e intervención vibrantes. A la que se le entendió todo. Le faltó mirar a un lado y al otro de la coalición y rematar parafraseando a mi madre y a todas las madres de España: “A que voy yo y lo arreglo”.

Escuchamos a Lucía Muñoz, de Unidas Podemos, decirle muy enfadada a la bancada socialista que son de lo malo, lo peor, que el aplauso de este martes será el aplauso de las derechas y que viva la lucha de las mujeres. Todo esto lo he resumido de una forma muy descafeinada, porque fue un puñetazo de intervención. Una petición de divorcio para la que no encuentras palabras amables porque lo único que quieres decirle al que ha sido tu marido es que es un miserable y que hasta aquí hemos llegado.

Y comprobamos la tristeza de Andrea Fernández, del PSOE, diciendo muy seria y en voz muy baja que conviene ser prudentes, rigurosos y que es evidente que esta ley no está funcionando. “Quien intente ridiculizar la hoja de servicios del PSOE en materia de feminismo está haciendo el ridículo”, dijo.

—Ministra, ¿cómo lo has visto?

—Pues como lo habéis visto vosotras —dijo Montero al salir.

Mientras, en los pasillos del Congreso, Patxi López dedicaba los adjetivos indecente e impresentable a la intervención del partido con el que gobiernan.

Foto: Irene Montero en el Congreso en una imagen de archivo. (EFE/Mariscal)

No es que estén condenados a entenderse, es que están encantados de no hacerlo.

Bienvenidos a la precampaña electoral.

Ministra de Igualdad del Gobierno de España, sentada en compañía de nadie en su escaño del Congreso. 7 de marzo de 2023. Óleo sobre lienzo.

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