Feijóo volcará su agenda "feminista" en los territorios, pero no irá al 8-M en Madrid

"Por ellas". El PP ya tiene lema y agenda para la semana del Día de la Mujer, una fecha señalada en rojo desde hace semanas en la sede de Génova para explotar su rol "feminista" frente a un PSOE que, según dicen, está "acorralado". Ya no solo por las consecuencias de la ley del solo sí es sí —el CGPJ eleva ya a 721 las rebajas de penas a agresores sexuales y a 74 las excarcelaciones por la aplicación de la norma—, sino también por las "sórdidas" conductas que rodean el caso Mediador, cuyo cabecilla, el exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes Curbelo, celebraba sus acuerdos en burdeles mientras su grupo parlamentario condenaba la prostitución en el Congreso. El caldo de cultivo perfecto para los populares, que aspiran desde hace meses a erigirse en los únicos defensores de la "dignidad de la mujer" frente a una izquierda que "ha tirado al suelo su bandera feminista". La estrategia del partido será descentralizada y coral en todos los territorios, aunque Alberto Núñez Feijóo no asistirá a la manifestación del 8-M en la capital.

Génova se lanza a explotar la causa no solo en Madrid, el centro neurálgico donde el movimiento feminista exhibe músculo, sino en toda la geografía nacional. La dirección nacional se lleva su gran acto por el Día de la Mujer a Cáceres, donde el próximo lunes 6 de marzo celebrará un mitin en el que tendrán especial protagonismo las candidatas del PP a las próximas elecciones autonómicas y municipales, encabezadas por la candidata a la presidencia de Extremadura, María Guardiola. "La estrategia no es acumular cargos en una sola foto, sino capitalizar el movimiento en todo el territorio", suscriben en el equipo del líder nacional. O lo que es lo mismo, exprimir el "desgaste" de Sánchez en cada rincón y plantear el 28-M como una primera vuelta nacional.

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Dentro de esa hoja de ruta, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, visitará este domingo Aragón, territorio donde el PP presenta a tres mujeres en las tres provincias, y Feijóo movilizará a destacados perfiles femeninos del partido en los próximos días para exhibir el "feminismo del PP" y ocupar el carril que, a su juicio, deja libre el PSOE primero por sus cesiones a Unidas Podemos con la ley trans o la del solo sí es sí, y segundo con las derivadas del caso Mediador, que "ponen en entredicho su postura abolicionista de la prostitución".

De cara al 8 de marzo, el PP ha dado carta libre a sus cargos para que acudan a las manifestaciones feministas convocadas con motivo del Día de la Mujer en todo el territorio nacional, aunque aseguran en Génova que habrá una delegación en Madrid en representación de la dirección nacional. Eso sí, Alberto Núñez Feijóo no participará en la protesta convocada en la capital, ni en la oficial ni en la convocada por asociaciones feministas críticas con las últimas políticas impulsadas por el Ministerio de Igualdad. "Él nunca asiste a manifestaciones", recuerdan.

En el partido creen que las tornas han cambiado, y que ahora puede ser el PSOE el que tenga más difícil acudir a este tipo de protestas "sin tener que agachar la cabeza". "Antes nos increpaban a nosotros por acudir, pero ahora a ver a quién silban", circunscriben en la dirección de los populares, convencidos de que, esta vez, el 8-M puede servir para evidenciar el coste electoral del PSOE en un terreno que hasta ahora patrimonializaba.

En paralelo, el PP ha profundizado en su acercamiento a las organizaciones del llamado feminismo clásico, una corriente que aglutina a sectores socialistas descontentos con la agenda social de Sánchez y contrarios al "borrado de mujeres" que, a su juicio, promueve la ley trans o a las rebajas de penas derivadas de la ley del solo sí es sí. Con el estallido del escándalo de Tito Berni, los populares han olido la sangre y han mantenido encuentros con diferentes entidades que trabajan con la prostitución, como la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida Apramp o Médicos del Mundo. La próxima semana, el PP tiene también previsto un encuentro con las consejeras con responsabilidades en Igualdad de las comunidades lideradas por los populares para abordar estas cuestiones.

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El Gobierno llega a este 8-M empantanado en múltiples frentes. En la víspera de la jornada central de las protestas, el Congreso debate la toma en consideración de la reforma de la ley del solo sí es sí que permita endurecer las penas a agresores sexuales, tal y como estaba previsto en el Código Penal antes de la aprobación de la norma impulsada por Irene Montero. Si no hay acuerdo en el seno de la coalición —en este momento, PSOE y UP continúan en sus trincheras—, los socialistas deberán resignarse a aprobar el trámite con los votos del PP, que ya ha confirmado que votará a favor.

Los populares han dado un giro en su estrategia y han entrado de lleno en la batalla ideológica, un marco que, hasta hace pocas semanas, Feijóo había esquivado para centrarse en la economía. El líder popular trazó una línea divisoria con el pasado del partido, avalando la ley de plazos y defendiendo, con matices, el aborto como un derecho de la mujer. El dirigente se comprometió también a derogar la ley trans, de la que advierten que puede tener consecuencias "peores" que la del solo sí es sí. Y, ahora, el caso Mediador ha facilitado a los populares explotar las contradicciones de la posición abolicionista del PSOE y su crisis de reputación a las puertas del 8-M.