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Goteo de libertades condicionales para presos de ETA tras obtener el tercer grado
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Goteo de libertades condicionales para presos de ETA tras obtener el tercer grado

Cuatro internos de la banda han obtenido a lo largo del mes el permiso para cumplir sin restricciones sus condenas fuera de la cárcel, entre ellos, el secuestrador de Aldaya y Delclaux

Foto: Manifestación en Bilbao por la defensa de los derechos de los presos de ETA. (EFE)
Manifestación en Bilbao por la defensa de los derechos de los presos de ETA. (EFE)
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El entorno de los presos de ETA celebra que al menos cuatro presos de ETA han obtenido la libertad condicional en las últimas semanas en España y Francia. Es el paso posterior al tercer grado penitenciario. La plataforma de apoyo a los reclusos de la organización terrorista Etxerat ha informado de este goteo durante el mes de febrero. Los beneficiados son Francisco José Ramada, Juan Carlos Herrador, Mikel Barrios y Jesús Mari Gómez. Según sus datos, actualmente permanecen en prisión en España 140 reclusos, de los cuales solo ocho siguen en cárceles fuera del País Vasco y Navarra. Por su parte, en Francia, permanecen apenas una docena, casi todos en la prisión de Lannemezan, a 330 kilómetros de Euskadi. Cuando ETA decretó el cese de la violencia en 2011 contaba con 700 miembros entre rejas.

El primero en gozar de la libertad condicional este mes fue Jesús Mari Gómez. Ya estaba en el tercer grado penitenciario, el régimen abierto en prisión desde octubre de 2021. En ese momento, el Ministerio del Interior le acercó desde la cárcel asturiana de Villabona hasta la prisión de Pamplona, de donde es originario. Muchos miembros de ETA proceden de la comunidad Foral y a ella están regresando los reclusos en paralelo a los acercamientos del Gobierno a las cárceles de Euskadi.

Cuando estaba en libertad provisional, contaba siempre con la restricción de tener que moverse controlado con una pulsera telemática

Jesús Mari Gómez Ezquerro, alias Txurtxo, tiene 65 años y ha pasado un tercio de su vida entre rejas. Ingresó en prisión el 5 de enero de 2001 con una condena de 25 años por colaboración con banda armada y atentado. Prestó su vehículo para acciones terroristas y ocultar a miembros de ETA. Estaba considerado miembro del comando ETA Buru-Gogor (cabeza dura). Progresó al tercer grado en septiembre de 2021. Desde Instituciones Penitenciarias, dicen que "acepta la legalidad penitenciaria; está abonando la responsabilidad civil, se ha desvinculado de la banda terrorista y ha remitido escritos en los que renuncia al uso de la violencia, pide perdón y lamenta el daño causado y se responsabiliza del sufrimiento causado a sus víctimas".

El siguiente en mejorar su situación ha sido Mikel Barrios. De 34 años y también natural de Pamplona, es un antiguo miembro de Segi al que se buscaba —antes de su detención— por integrar un grupo que cometió varios sabotajes en la capital navarra. Se da la circunstancia de que esta libertad condicional se produce apenas unos meses después de que el pasado octubre la Audiencia Nacional le procesara junto a Iñigo Gulina Tirapu como presuntos encargados del aparato de falsificación de la banda.

Fue detenido en 2017 en Berlín y fue entregado a la Justicia francesa, según detalla Etxerat. Ingresó en la cárcel gala de Osny y hasta 2020 estuvo entrando y saliendo de varias prisiones. Cuando estaba en libertad provisional, contaba siempre con la restricción de tener que moverse controlado con una pulsera telemática. Sus simpatizantes celebran ahora que la libertad condicional le permite dejar atrás ese control de las autoridades.

"¡Uno menos!"

El tercero es Juan Carlos Herrador Pouso. Adquirió la libertad condicional a mediados de mes. Desde finales de 2021 cumple su condena en la cárcel vizcaína de Basauri donde fue acercado por Interior procedente de El Dueso. También se encontraba en el tercer grado penitenciario y ahora da un paso más con esta libertad condicional tras 16 años preso. "¡Uno menos!", festejó Etxerat por medio de un comunicado. Ingresó en prisión el 2 de abril de 2007 y tiene una condena de 19 años por colaboración con banda armada y depósito de armas.

El cuarto preso beneficiado con la libertad condicional es Francisco José Ramada. El año pasado sufrió un problema cardíaco que provocó su ingreso en el hospital de San Sebastián. Después de ello, el Gobierno Vasco le progresó al tercer grado penitenciario, situación en la que se encontraba hasta ahora, ya que la Fiscalía desistió de recurrir la decisión del Ejecutivo autonómico. Ramada ha permanecido 22 años preso. La Audiencia Nacional le condenó en 2004 a 17 años de prisión por el secuestro del industrial José María Aldaya. En 2002 también fue condenado a la pena de 14 años de prisión como autor de un delito de secuestro terrorista por haber participado en el secuestro del abogado Cosme Delclaux. A principios del año pasado, la Audiencia Nacional le exigió que fuera más explícito en la condena de su pasado si quería acceder a un permiso penitenciario.

23 etarras por el mundo

Desde que el Gobierno transfirió al Ejecutivo autonómico vasco las competencias de prisiones ha acelerado su plan para poner fin a la dispersión de etarras por toda la geografía española, que se remontaba al año 1989. Esta iniciativa concluirá en las próximas semanas atendiendo al ritmo de acercamientos de toda la legislatura. ETA anunció el cese de la violencia en 2011 y se disolvió en 2016, dejando más de 800 asesinatos, de los cuales un tercio permanecen sin esclarecer.

Pero no todo han sido alegrías para el colectivo de presos de ETA en las últimas semanas, ya que los recursos presentados por la Fiscalía ante los numerosos terceros grados concedidos por las autoridades vascas han provocado el regreso a prisión de hasta nueve miembros de la organización, según los cálculos que actualizados por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). El último caso conocido es el de Ainhoa Barbarín, quien la semana pasada regresó a la cárcel de Martutene una vez que el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional aceptara el criterio del ministerio público contra su excarcelación.

Para completar el mapa de los miembros de ETA en este 2023, Etxerat asegura que todavía 23 terroristas de la banda permanecen repartidos por el mundo, muchos de ellos a la espera de que prescriban los crímenes por los que se fugaron. Algunos de ellos han decidido regresar en los últimos años, ya sin cuentas pendientes con reclamados por delitos menores. La semana pasada fue detenido en Barajas procedente de Venezuela Arnartz Aranbarri. Quedó en libertad con medidas cautelares tras pasar a disposición de la Audiencia Nacional.

El entorno de los presos de ETA celebra que al menos cuatro presos de ETA han obtenido la libertad condicional en las últimas semanas en España y Francia. Es el paso posterior al tercer grado penitenciario. La plataforma de apoyo a los reclusos de la organización terrorista Etxerat ha informado de este goteo durante el mes de febrero. Los beneficiados son Francisco José Ramada, Juan Carlos Herrador, Mikel Barrios y Jesús Mari Gómez. Según sus datos, actualmente permanecen en prisión en España 140 reclusos, de los cuales solo ocho siguen en cárceles fuera del País Vasco y Navarra. Por su parte, en Francia, permanecen apenas una docena, casi todos en la prisión de Lannemezan, a 330 kilómetros de Euskadi. Cuando ETA decretó el cese de la violencia en 2011 contaba con 700 miembros entre rejas.

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