¿Por qué se celebra en España el Entierro de la Sardina?

En muchas regiones de España, como Murcia o las Islas Canarias, existe la festividad que denominada “el entierro de la sardina”, donde, literalmente, se realiza un funeral y se entierra una sardina. Todo esto tiene su significado y está relacionado con el Miércoles de Ceniza y el último día de carnaval.

El entierro se celebra con un desfile imitando un cortejo fúnebre, con todos los participantes vestidos de negro. España está de luto por la finalización del carnaval y lo “celebra” con la quema de una figura simbólica, normalmente una sardina. Simboliza la transición entre el jolgorio del carnaval a la seriedad de la Cuaresma.

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El Confidencial

El origen no está claro y hay varias historias al respecto. Cuenta la leyenda que en el siglo XVIII, el rey Carlos III regaló a los nobles madrileños un cargamento de sardinas para que pasaran la Cuaresma. El problema fue que cuando las sardinas llegaron a Madrid despedían un olor muy fuerte, así que los nobles decidieron enterrar las sardinas en la ribera del río Manzanares.

Se enterraba panceta

Otra de las historias que se cuenta en relación con el “entierro de la sardina” es que la tradición era enterrar un alimento prohibido en Semana Santa. No se enterraba una sardina (que no se prohíbe en Semana Santa), se enterraba una loncha de panceta, llamada “sardina”.

Cada zona española tiene su tradición y su simbología

En Murcia, el origen del “entierro de la sardina” es otro. Unos estudiantes, en 1851, decidieron celebrar un cortejo fúnebre con una sardina, a la que quemaron para finalizar la celebración. Curiosamente, la tradición gustó y se sigue celebrando, pero no el Miércoles de Ceniza como en el resto del territorio español.

Los murcianos tienen otro enfoque y, para ellos, esta festividad tiene lugar en primavera, para celebrar lo contrario a lo que hemos explicado hasta ahora: el triunfo de la alegría sobre la seriedad. Lo que coincide en todas las regiones es que la sardina simboliza algo que ya ocurrió, algo que queremos “enterrar” para dar paso a otros tiempos y vivencias.