"Perdón por elegir mal": Abascal asume en Murcia la dificultad para armar equipos

El primero en hablar durante el acto de Vox fue Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno aparecía en la pantalla sobre el escenario ante los abucheos y las risas del público. Sus imágenes caldearon el ambiente antes del desfile de candidatos. La Plaza de Toros de Murcia fue el lugar escogido por Santiago Abascal y los suyos para su debut antes del 28 de mayo, el primer reto del año electoral. No la llenaron –caben unas 15.000 personas–, pero ocuparon la gran mayoría de asientos. "¡Viva España!", se oyó nada más salir el máximo líder del partido por el estrecho pasillo que desembocaba en la arena de la circular. Viene a presentar a sus apuestas definitivas para copar las presidencias autonómicas, tras meses de casting y ligeras dificultades para perfilar las listas.

Aunque estaba previsto iniciar el acto a las 12, el discurso inaugural comenzó media hora más tarde para dar lugar a que quienes seguían en las colas pudieran entrar. Saben que esta región es su mina de oro, y tiene toda la lógica que haya sido laureada con el primer gran acto a cuatro meses de la campaña.

"Bienvenidos a la Región de Murcia, donde Vox gana las elecciones", se regocijó sobre la tarima su líder autonómico, José Ángel Antelo. Es el presidente de la dirección regional desde 2020, y en enero se oficializó su nombramiento como contrincante del popular Fernando López Miras. Le ganaron en votos en las últimas generales, aunque quedaron muy por debajo del PP en las autonómicas de meses antes. Ahora lo apuestan todo a la tierra prometida, de la que esperan muy buenos resultados. A ella llegaron este domingo con todo su arsenal político: desde Abascal, Iván Espinosa de los Monteros, Javier Ortega Smith o Ignacio Garriga, hasta los candidatos autonómicos y sus escuderos provinciales, ya sean concejales u otros miembros de sus listas.

No fue hasta el final cuando Abascal subió al escenario. En cierto modo, también para resarcirse. "Pido perdón a Murcia por haber elegido mal", sorprendió. Se refería a la ruptura de su grupo parlamentario por las crisis internas que terminaron dinamitando su marca en la Asamblea, con diputados díscolos que tienen abierta una guerra en los tribunales con la dirección nacional y provincial.

TE PUEDE INTERESAR

Vox lanza la campaña electoral de mayo desde Murcia, su 'tierra prometida'

Lourdes Barragán

No perdió oportunidad de responder al nuevo portavoz para la campaña electoral del PP, Borja Sémper, que en una entrevista en El Mundo dijo que no importaba a quién "vota, besa o reza" nadie. "Nos importa a quién votes si es a Bildu", ironizó en ese sentido, sobre el escenario, el presidente de Vox, que compartió con él momentos en la política vasca y con quien el propio Sémper siempre dijo tener buena relación. Aunque ambos partidos tienen todas las papeletas para tener que llegar a acuerdos si el bloque de la derecha triunfa en las elecciones, los reproches que cayeron sobre Génova no fueron pocos.

"El PP es el PSOE con años de retraso", sentenció el líder del partido. Pero el gran vapuleado fue Pedro Sánchez. "Tenemos el peor Gobierno de la historia", repitió ya casi como una consigna. Todos los líderes autonómicos que subieron al escenario, y también el mandamás del partido, coincidieron en que a este país "le hace falta Vox". Y es por eso que están hoy en Murcia, para presentar a los elegidos en la carrera hacia las autonómicas. El proceso "no fue fácil", como el propio Abascal reconoció. Pero allí estuvieron todos: Cristina López (Asturias); Leticia Díaz (Cantabria); Ángel Alda (La Rioja); Alejandro Nolasco (Aragón); Jorge Campos (Baleares); Nicasio Jesús Galván (Canarias); José Miguel Tasende (Melilla); Juan Sergio Redondo (Ceuta); Ángel Pelayo (Extremadura); David Moreno (Castilla-La Mancha); Carlos Flores (Comunidad Valenciana) y Rocío Monasterio (Madrid).

"Nos importa a quién votas si es a Bildu", ironizó Santiago Abascal

El líder de Vox, que ya ha saboreado el gusto amargo de las crisis internas con algunos de sus equipos –aunque ninguna de tal calado como la rebelión de Macarena Olona– dijo sentirse "tranquilo y orgulloso" de todos los nombres que presentaron este domingo. Más aún del lugar en el que lo hacen. "Murcia no decepciona, ha tomado la delantera al resto de España", agradeció. "Los que están aquí no solo pisan hoy el barro, lo hacen siempre", aseguró. Dijo que ninguno de ellos vivía en "esa burbuja del 1% de tertulianos [pese a que su candidato a la Generalitat Valencia, Carlos Flores, también era conocido por sus apariciones televisivas] o de los políticos".

"No vinimos a mimetizarnos con el paisaje que nos rodea", recordó otro de sus rostros más conocidos, José Antonio Ortega Lara. Fue el segundo en intervenir, antes que Garriga y después del discurso inaugural. Las primeras palabras durante el acto las dijo otro recién aterrizado desde Madrid, aunque su etapa allí llega a su fin. "Para los que no me conocen, soy Luis Gestoso y voy a ser el próximo alcalde de Murcia", declaró ante el público. Desde 2019 ocupa un escaño con Vox en el Congreso de los Diputados, y fue uno de los más críticos con la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para dar personalidad jurídica al Mar Menor. Ahora, vuelve a casa para disputar el Ayuntamiento al socialista José Antonio Serrano.

Durante su discurso, Rubén Martínez Alpáñez le escucha desde fuera del escenario, sentado sobre un poyete junto al muro de madera que separa las gradas de la arena. El yerno del recién fallecido presidente de la Universidad Católica de Murcia (UCAM) fue otro de los nombres que más sonaron como candidatos para la Glorieta. Un secreto que se mantuvo durante meses hasta que, finalmente, los rumores se frustraron y fue Gestoso quien terminaría entrando en primera línea de la campaña.

"Hemos tenido que ver y sufrir cómo en la política española hay una superioridad ideológica que impone la izquierda y aceptan el resto de formaciones", denunció en su turno de palabra el secretario general de Vox, Ignacio Garriga. "Y tienen el respaldo de las élites de Bruselas", añadió. Entre el público, los vítores se oían cada vez más alto. La prensa y los medios de comunicación fueron otra de las grandes dianas del partido. "Ya uno no quiere ni encender la tele", reflexionó Abascal, que arremetió duramente contra un escenario mediático que "primero nos silencia y ahora nos demoniza". Sin embargo, muchos informadores que habían ido a cubrir el acto denunciaron que no les dejaron acreditarse, y eso les dio problemas a la hora de realizar su trabajo.

En el comunicado emitido por Vox para anunciar el evento se concretó que "lo que importa" –parte del eslogan escogido– es la "seguridad de los españoles", con unas "fronteras protegidas frente a la inmigración ilegal" para "proteger los barrios y a nuestros jóvenes", amenazados según ellos por esta oleada de llegadas. En el caso concreto de Murcia, de entre los casi 1.500.000 de habitantes se contabilizan algo más de 200.000 extranjeros registrados, una cifra que no contabiliza posibles entradas por vías ilícitas que no dejen rastro.

La guerra del agua, gran protagonista

Casi empujado por el lugar en el que se encuentra, tampoco podían faltar palabras para la llamada guerra del agua. "Tiene que llegar hasta el último rincón de España, sea como sea", sentenció Abascal segundos antes de recibir los aplausos más sonoros de la mañana. Tras las sucesivas resoluciones favorables a las tesis del Ministerio de Transición Ecológica y el Gobierno de Castilla-La Mancha –cuyo contrincante de Vox, David Moreno, se encontraba sobre el escenario– por parte del Consejo General del Agua, primero, y del Consejo de Estado, después, el nuevo plan hidrológico para el Tajo-Segura y los recortes al trasvase entre comunidades que plantea no sentaron nada bien ni en Valencia ni en Andalucía. Pero sobre todo molestaron en Murcia, gran beneficiaria de este sistema para abastecer su potente industria hortofrutícola, agrícola y ganadera.

El líder nacional habló de una "presión asfixiante" por el agua que no solo achacan a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera: "Cuando ha estado el PP nunca trajo agua", sentenció.

TE PUEDE INTERESAR

"¡Que nos oiga!": el campo no da tregua a Sánchez y vuelve a Madrid por el Tajo-Segura

Lourdes Barragán

Minutos antes de entrar, Christine ondea un banderín blanco en el que puede leerse el logo verde de Vox. Es mitad irlandesa, mitad cartagenera. Pero no ha faltado a la cita porque "al país le va muy mal". A pocos puestos de ella, algo más atrás en la cola, están María y David. Él también es de Cartagena, pero ella vive en Murcia y no le falta tiempo para explicar por qué está aquí. "Estoy en paro, no tengo nada. Necesitamos un cambio", sentencia.

– ¿Qué es lo primero que debería cambiar el Gobierno?

– Lo primero, el paro. Pero también me preocupan mucho las consecuencias de [la ley del] solo sí es sí, que son tremendas.

Esto explica María, mientras su compañero David asiente con la cabeza, y añade que "la ley de bienestar animal también molesta a muchos amantes de los animales, ¿están de broma, de verdad hay que hacer un curso para tener un perro?", se cuestiona, en referencia a la nueva norma que impulsa el Ejecutivo central pese al rifirrafe con sus socios de coalición por los perros de caza.

Aunque el PP gobierna en la Región de Murcia desde hace casi tres décadas, en las últimas elecciones generales se llevaron un buen susto. El recuento del 10 de noviembre de 2019 les dio el mismo número de escaños por esta comunidad que a Vox, pero los segundos les superaban en algo más de 10.000 votos. No es demasiado si se tiene en cuenta que ambos rozaban las 200.000 papeletas, pero sí lo suficiente como para saber que, de haberse mantenido esta tendencia de voto en unas autonómicas, habrían tenido la llave para ganar la presidencia. Los comicios regionales de ese año tan solo fueron seis meses antes, pero el Partido Popular prácticamente los triplicó en apoyos.

Pero indudablemente es su gran bastión, como ellos mismos reconocían apenas unos días antes de este acto. "Ningún partido político se atreve a convocar en la Plaza de Toros porque no la llenan ni regalando bocadillos", ironizaban desde la dirección regional del partido en declaraciones previas a este periódico. Su plan estaba en ofrecer un "ambiente festivo" –como el que ya buscan con sus fiestas anuales en Madrid, el Viva 21 y 22– con el que "quede patente la fuerza" que tienen en la región. Aun así, superar al PP de López Miras no es sencillo. Ni aunque el partido se haya visto salpicado por algunas polémicas recientes, como la querella de la Fiscalía contra dos altos cargos públicos de los populares que adelantó El Confidencial, o las críticas por el deterioro del Mar Menor. Que, además, es uno de los grandes abismos con Vox.