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La reinvención de Pablo Casado: un fondo de inversión en Defensa incompatible con la política
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Nueva vida del exlíder del PP

La reinvención de Pablo Casado: un fondo de inversión en Defensa incompatible con la política

Un año después del "23-F del PP", está volcado en su proyecto. Con Feijóo la relación es cordial. Está al margen del partido, pero habla con Gamarra y Bendodo "frecuentemente". Rechazó propuestas del Ibex, escribir libros o dar charlas

Foto: Pablo Casado. (EFE)
Pablo Casado. (EFE)
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"Hola, soy Al Gore, antes era el próximo presidente de Estados Unidos". La cita del hombre que no llegó a la Casa Blanca, pese a ganar en votos a George Bush, podría atribuírsele al exlíder del PP, Pablo Casado. Se cumple un año de su abrupta salida de la política. De aquel "23-F del PP" en el que hizo su última comparecencia en el Congreso de los Diputados con la voz entrecortada. Desde entonces, se ha autoimpuesto un silencio que solo rompió en el Congreso de Sevilla para formalizar el traspaso de poderes a Alberto Núñez Feijóo. Fueron días muy duros. Demasiadas decepciones y errores que el paso del tiempo ha permitido reconocer. Entregó la presidencia del partido "con la conciencia tranquila y sin rencor", aseguró en público. En privado se hizo el propósito de no ejercer de "expolítico".

¿Qué hace Casado? Es una de las preguntas que se ha colado en la agenda de la actual cúpula del PP. Su ausencia en el acto de reconciliación de Aznar y Rajoy reabrió algunas heridas, reconocen en su entorno, donde aclaran que "Pablo no hubiera podido ir, pero deberían haberle invitado". Ese fin de semana estaba fuera de España, como la mayor parte del tiempo en los últimos doce meses. Casado viaja asiduamente a Estados Unidos e Iberoamérica.

Proyecto de tecnología de la seguridad

No estuvo en Valencia y tampoco hará campaña, como se ha dejado caer desde Génova, con el objetivo de atemperar los ánimos. Más allá del trasfondo personal, es una decisión vinculada a lo profesional. Según ha podido saber El Confidencial, Casado está inmerso en la puesta en marcha de un proyecto de tecnología de la seguridad. Un futuro fondo de inversión que haría incompatible cualquier participación en la actividad política. El exlíder de los populares tendría como misión atraer capital extranjero, principalmente de Estados Unidos, donde tiene una amplia red de contactos y encontrar las mejores start ups de seguridad.

El embrión del proyecto es la sociedad Archery, con sede en un edificio del Paseo de la Castellana, donde Casado acude a trabajar cuando está en Madrid. El fondo contará con un consejo asesor con expertos al más alto nivel en Defensa y Seguridad, fundadores de unicornios tecnológicos, pero también personalidades procedentes del mundo de la política, como expresidentes iberoamericanos y exlíderes del Partido Republicano de EEUU, con los que mantiene relación desde hace años. La parte de investigación estará vinculada a Silicon Valley; y en Londres y Tel Aviv se colaborará con empresas de alta tecnología ligadas a la ciberseguridad.

Casado tendrá que desempolvar sus habilidades como economista y abogado, ya que no se le conoce más experiencia en el sector que su paso por la Banca Privada de Ginebra, que recoge su perfil de LinkedIn, donde sigue figurando como presidente del PP. Posiblemente, esta sea de las pocas huellas que quedan de su paso por la planta noble de Génova. El partido se ha conjurado para olvidarlo. Él no entra a las "provocaciones", defienden los que le acompañaron en el auge y caída y que hoy lamentan que le traten "peor que a un corrupto".

Casado mantiene "una relación cordial" con Feijóo, que es "de los que mejor se ha portado" con Pablo, según su entorno

Su discreción le ha permitido mantener una relación "cordial" con Feijóo, quien, pese a ocupar su trono, "es de los que mejor se ha portado con Pablo", asegura un excompañero y amigo del popular. La afirmación parte de la idea de que el trato con el gallego es "de igual a igual", porque, a diferencia de otros dirigentes territoriales y cargos del partido, "no le debe nada" al que un día fuera el pupilo de Aznar. Su relación nunca se ha roto, pese a que Casado rechazó la "vía Almunia" que le ofreció Feijóo para seguir vinculado al partido como secretario general del PP europeo y acabar con asiento en alguna de las instituciones comunitarias. Ambos tienen pendiente ese almuerzo tras la victoria en las elecciones andaluzas. En estos días, Feijóo ha contactado con su antecesor para retomarlo. Será cuestión de voluntad y agenda.

Entre los interlocutores frecuentes de Casado están también la secretaria general, Cuca Gamarra, y el coordinador general, Elías Bendodo. El trato es cordial con la mayoría de los barones, con los que se cruza esporádicamente mensajes. Aunque Casado está al margen, agradece que la nueva dirección haya mantenido a sus portavoces en el Congreso, Senado y Parlamento Europeo, así como a la generación que él encumbró, como Isabel Díaz Ayuso, José Luis Martínez Almeida, Jorge Azcón o Carlos Mazón.

Con Teodoro García Egea se ve "menos de lo que les gustaría", pese a que son muchos los que le han susurrado a Casado que el murciano fue quien cavó su tumba política. Él nunca le hubiera cesado, sostienen hoy en día quienes los acompañaban en la séptima. Quizás, si lo hubiera hecho, hoy seguiría en su despacho. "Pablo ha cerrado ya esa etapa. No ve ni los informativos, no escucha la radio…", insisten en su entorno más cercano, donde cuentan que su familia ha vivido como una "liberación" que dejase la política.

Ahora pasa mucho más tiempo con sus seres queridos y puede viajar con su mujer y sus dos hijos. "Ha ganado en calidad de vida en todos los aspectos", reiteran. Este matiz incluye también lo económico, aunque ha rechazado varias ofertas para escribir libros sobre sus vivencias o participar en foros remunerados. Su propósito era reinventarse, pese a que "el Ibex se ha portado muy bien con él" y podría haber formado parte de una gran empresa.

La Casa Real también le mostró su cariño en los peores días. Esa semana que Casado no quiere recordar. Se queda con "su legado". Ese que el PP no le reconoce, pero que sus colaboradores repiten: "Unió al partido roto por las pugnas entre Aznar y Rajoy, Soraya y Cospedal. Integró a los que luego le traicionaron, como Cayetana, inició la desintegración de Ciudadanos y estableció el marco con Vox". En su defensa tiran de hemeroteca para poner en valor que recibió una formación en tercera posición en las encuestas y expulsada por la corrupción. "! Había más de 40 personas en la cárcel, entre ellos exvicepresidentes!", recuerdan para apostillar que cuando "les echaron" el PP estaba regenerado y en cabeza en los sondeos.

En las comidas con amigos cuenta que ha decidido ser emprendedor a los cuarenta, que percibe el cariño de la gente en la calle y que un veterano socialista le confesó que en política había visto muchos "magnicidios orgánicos", pero nunca con alguien que iba a ser el próximo presidente del Gobierno.

"Hola, soy Al Gore, antes era el próximo presidente de Estados Unidos". La cita del hombre que no llegó a la Casa Blanca, pese a ganar en votos a George Bush, podría atribuírsele al exlíder del PP, Pablo Casado. Se cumple un año de su abrupta salida de la política. De aquel "23-F del PP" en el que hizo su última comparecencia en el Congreso de los Diputados con la voz entrecortada. Desde entonces, se ha autoimpuesto un silencio que solo rompió en el Congreso de Sevilla para formalizar el traspaso de poderes a Alberto Núñez Feijóo. Fueron días muy duros. Demasiadas decepciones y errores que el paso del tiempo ha permitido reconocer. Entregó la presidencia del partido "con la conciencia tranquila y sin rencor", aseguró en público. En privado se hizo el propósito de no ejercer de "expolítico".

Pablo Casado
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