Es noticia
Los policías que cazan pederastas analizando sus vídeos en la red: "Al tener hijos, esto te supera"
  1. España
Delitos sexuales a menores

Los policías que cazan pederastas analizando sus vídeos en la red: "Al tener hijos, esto te supera"

Agentes de la Unidad de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional relatan el día a día de su trabajo en el que escrutan multitud de imágenes de pornografía infantil: "Si empatizas mucho, duras dos días"

Foto: Agentes de la Unidad de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional. (S. B.)
Agentes de la Unidad de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional. (S. B.)

Su jornada laboral se centra en analizar material de pornografía infantil. Son horas y horas delante de la pantalla en busca de una mínima pista, algo que les lleve hasta el autor de las agresiones sexuales a niños. Escrutan cada fotograma, cada pixel para dar caza a estos depredadores que difunden sus vídeos en foros de pedófilos a través de la dark web. Este es el día a día de la veintena de agentes que componen la Brigada de Protección al Menor de la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional. "Si empatizas mucho, duras dos días", dicen en declaraciones a El Confidencial.

Estos son algunos de los testimonios de las personas tras el uniforme. Policías que al terminar su trabajo tienen que volver a casa con sus hijos después de haber revisado multitud de imágenes desagradables con menores. "Yo llegué a la brigada y casi dos años después tuve a mi hija. Te cambia bastante. Cuando trabajas ahí, lo tienes que tratar desde un punto de vista muy externo. No es que no te quieras implicar, pero sí tienes que tratar de ser muy profesional. Hay gente que, al tener hijos, esto le supera", dice un policía con experiencia en la materia.

placeholder Material incautado en una operación de pornografía infantil. (S. B.)
Material incautado en una operación de pornografía infantil. (S. B.)

"Desgraciadamente, te acabas acostumbrando", puntualiza un agente más joven. "Es como el policía de Homicidios que se acostumbra a tener que encontrarse cadáveres quemados, putrefactos, al menos este trabajo no huele", compara. A su lado, un veterano matiza el olor de las casas de los detenidos, principalmente los que viven solos y no tienen familia. Los agentes confiesan que cuando van a hacer alguna detención, solo con abrir la puerta y el hedor que emana de su interior, ya saben que han dado con el sitio correcto. Las anécdotas sobre entradas en los domicilios de estos pederastas se acumulan a cada cual más desagradable.

En la pandemia creció la pornografía infantil, las investigaciones aumentaron. "Es un incremento lógico: más gente en casa, más tiempo libre, menos que hacer". El ritmo de operaciones y arrestos es elevado, pero la estadística de casos se mantiene estable, es un tipo de delincuencia siempre presente. "Hay gente que detuvimos hasta dos, tres y cuatro veces. La segunda te cuesta más, la tercera más y la cuarta más porque aprenden y toman medidas de seguridad", explican. Esta es una brigada policial en la que se experimenta una rotación constante. Los agentes dedicados a la persecución de pederastas suelen permanecer entre tres y cuatro años de media.

placeholder Un agente visualiza material pornográfico de menores en la Comisaría de Canillas de Madrid. (S. B.)
Un agente visualiza material pornográfico de menores en la Comisaría de Canillas de Madrid. (S. B.)

A Protección del Menor nunca nadie va obligado, se tiene en cuenta la voluntariedad de las personas porque tienen que saber con qué material van a trabajar. "Hemos tenido casos de compañeros que cuando llevaban una semana han dicho que no estaban preparados ni dispuestos a estar expuestos a este tipo de imágenes, que decían: 'Mira, yo no voy a ser capaz'", comenta un exjefe de Grupo, ya en otras funciones tras cinco años en esa Brigada. Se buscan perfiles que puedan encajar en el puesto ya desde la misma escuela de formación de la Policía Nacional en Ávila. "Lo que se busca es gente que quiera venir y gente que tenga una preparación a nivel técnico".

Lo más gratificante es sacar cualquier dato para poder identificar. Si identificas a la víctima estás más cerca de dar con el autor. Hace semanas fue noticia una operación que permitió el arresto en Cataluña de un depredador sexual que llevaba años actuando. Tanto como que algunas de sus víctimas ya eran mayores de edad. Muy pocos denuncian estos casos, por vergüenza y porque crecen con un sentimiento de culpa. Uno de los agentes señala hacia uno de los recortes que tienen en la pared sobre una operación pasada y recuerda que uno de sus detenidos tenía 500 víctimas y solo denunciaron tres.

placeholder Recortes de prensa, sobre noticias relacionadas con la pornografía infantil y la pederastia, en la Unidad de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional de la Comisaría de Canillas de Madrid. (S. B.)
Recortes de prensa, sobre noticias relacionadas con la pornografía infantil y la pederastia, en la Unidad de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional de la Comisaría de Canillas de Madrid. (S. B.)

La reciente operación de Cataluña se desarrolló contra el reloj en apenas seis días. Fue posible porque en uno de los vídeos encontraron dos pistas que les llevaron hasta el objetivo: eran un coche de juguete y los tejados que se apreciaban por la ventana. Bastó eso para centrar el lugar. "No hay un protocolo que nos diga cuántas horas podemos estar viendo vídeos. Los compañeros se intentan abstraer. Tienen un objetivo y no buscan lo que busca un consumidor. Se fijan en el fondo, una lámpara, un calendario o si ese día llovía. Van buscando detalles, aunque a veces haya que buscar rasgos físicos, pero siempre rasgos físicos, no la actividad", contextualiza otro agente.

Muchas veces un tatuaje, una cicatriz, el color de ojos puede resultar determinante. "Te fijas en detalles periféricos, si el enchufe es inglés o es americano, si hay una botella de leche, ver de qué marca es, aunque sea para detectar el país". En Europol todos los años se organiza un Grupo de Identificación de Víctimas donde cada país manda especialistas que se encierran durante diez días para ver vídeos y fotos y así tratar entre todos de identificar a las personas. "Tú a lo mejor has visto un vídeo mil veces y no aprecias nada y uno que lo ha visto por primera vez detecta algo", dicen.

placeholder Foto: S. B.
Foto: S. B.

"Llevarse el trabajo a casa no es recomendable", admite uno de los policías. Además del psicológico, confiesa otro tipo de riesgos en torno a su trabajo, como tener que viajar a veces con material pedófilo encima: "Me ha pasado que he viajado con un pen drive con pornografía infantil porque tienes un informe que has hecho donde se meten imágenes que le has remitido al juez y lo llevas en un pen drive. Se recomienda que lo que llevemos lo llevemos encriptado. Como te paren en la aduana y te registren el pen drive, vas preso. Luego lo podrás explicar, pero vas al calabozo".

Se dan casos en los que les llegan vídeos donde las víctimas no solo se repiten sino que las ven crecer. Un menor al que abusaron con unos dos años y luego aparece en otro vídeo con unos cinco años. Eso son las llamadas series, "cuando se ve a la misma víctima siendo abusada. Aparecen diferentes entornos, pero siempre con la misma víctima". En estos casos, dar con el agresor es la mayor satisfacción para los miembros de la Brigada. Uno de los agentes consultados recuerda el caso de un hombre al que estuvieron investigando tres años y finalmente dieron con él en Madrid. En aquel caso contaron incluso con la ayuda de una asociación de sordomudos para que leyesen los labios de los que aparecen en los vídeos cuando llegaban sin sonido.

placeholder Insignias concedidas a la Unidad de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional por su trabajo en casos de pederastia y pornografía infantil. (S. B.)
Insignias concedidas a la Unidad de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional por su trabajo en casos de pederastia y pornografía infantil. (S. B.)

Cualquier detalle puede resultar determinante. En este caso cayó porque en uno de los vídeos sonaba el tono de un móvil y era el himno de su país. Ese dato se cruzó con que en otro vídeo la víctima le llamaba por su nombre. Ese fue el hilo del que poder tirar. "Acabó condenado, creo recordar que a doce años. En este caso, él conocía a la madre de la víctima, era amigo de la familia y se quedaba en ocasiones con ella", rememora.

Son necesarias investigaciones "quirúrgicas". "No podemos permitir que se echen abajo por un error nuestro. En la academia te dicen que hay que escribir para el juez, pero escribimos también para el abogado defensor, para que no tenga ningún resquicio y tenga que buscar una condena por conformidad", afirman. A partir de ahí, ya es competencia de la justicia y no ayuda condicionarse por el desarrollo posterior al juicio: "Hay un momento en el que si te fijas mucho en el desarrollo posterior te puedes frustrar".

Su jornada laboral se centra en analizar material de pornografía infantil. Son horas y horas delante de la pantalla en busca de una mínima pista, algo que les lleve hasta el autor de las agresiones sexuales a niños. Escrutan cada fotograma, cada pixel para dar caza a estos depredadores que difunden sus vídeos en foros de pedófilos a través de la dark web. Este es el día a día de la veintena de agentes que componen la Brigada de Protección al Menor de la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional. "Si empatizas mucho, duras dos días", dicen en declaraciones a El Confidencial.

Policía Nacional
El redactor recomienda