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Así es Rafapal, el jefe de la conspiración en España: "Hay clones. ¿Quién los controla?"
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Así es Rafapal, el jefe de la conspiración en España: "Hay clones. ¿Quién los controla?"

Rafael Palacios López, más conocido como 'Rafapal', usa un blog, un perfil en YouTube y un canal de Telegram con más de 130.000 seguidores para distribuir información antisistema y propaganda prorrusa

Foto: Rafapal. (YouTube)
Rafapal. (YouTube)
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Rafael Palacios López nació en San Sebastián en 1969 y es periodista. Cuenta que pasó por RNE, Telemadrid y la Cadena SER, pero hace dos décadas se convirtió en freelance y se especializó en “historia oculta, terrorismo sionista, sociedades secretas, espiritualidad y otros estados de la conciencia”, según declara él mismo. El boom de la desinformación lo ha convertido en un fenómeno de masas. Ahora se hace llamar Rafapal y dirige un blog, un canal de Telegram con 130.000 seguidores, un perfil en YouTube, interviene en multitud de pódcast y da conferencias por toda España. Es el principal difusor en territorio nacional de las teorías conspiranoicas que surgen de Estados Unidos.

Una de sus últimas teorías es que Joe Biden, Bill Gates, Hillary Clinton y Volodímir Zelenski han sido asesinados y sustituidos por clones que están siendo dirigidos en la sombra por un supuesto Gobierno oculto. En ocasiones, desliza que el Pedro Sánchez que aparece todos los días en televisión y se pasea por el Congreso también es un replicante. La teoría es descabellada, pero los expertos advierten de que estos mensajes siembran la duda sobre la legitimidad de los dirigentes políticos en un porcentaje de la población suficientemente amplio como para poner en tela de juicio la validez de un proceso o un sistema democrático. El asalto al Capitolio y a la instituciones de Brasilia son ejemplos directos.

El pasado 3 de enero, Rafapal subió un vídeo a la plataforma Rumble para explicar por qué cree en la existencia de clones y recomendar que, al menos, se contemple esa posibilidad. “Hasta a mí me cuesta creerlo. Yo soy como tú. Veo a Bill Gates o veo a Hillary Clinton y digo: ‘Coño, es que están vivos’. Pero, claro, en los años treinta los nazis ya estaban haciendo clones. Eso es algo que a lo mejor deberíais meditarlo. Estamos hablando de hace ya casi un siglo. Acordaos de esas rubias... Bueno, por cierto, la rubia del grupo ABBA fue una de esas niñas perfectas, arias, que crearon las nazis en laboratorios (…) La oveja Dolly fue en el año 99, hace más de 20 años (…) En mi libro ya conté que en el Área 51 se estaban haciendo clones, eran capaces de hacer clones de personajes”, argumentó Rafapal.

Ninguna de esas tesis es cierta. Ni los nazis fabricaron clones; ni la rubia de Abba, Anni-Fryd Lynstad, nació en un laboratorio ni fue fruto de un programa de ese tipo, sino de un plan de Heinrich Himmler para que los soldados alemanes tuvieran hijos con mujeres nórdicas sanas (Lebensborn); ni Dolly nació en el 99, sino en el 96; ni hay ninguna evidencia de que en la base militar del Área 51 de Nevada, Estados Unidos, se creen copias de humanos, aunque más de un millón de personas se movilizaron en las redes sociales en 2019 (Iniciativa Storm Area 51) para entrar por la fuerza en esa instalación de las Fuerzas Armadas estadounidenses. La convocatoria fue finalmente seguida solo por unos pocos individuos.

Esos mensajes no son inocuos. Pueden provocar problemas de orden público, pero, de un modo quizá menos evidente, también desgastan el sistema. “Es una táctica más de amenaza híbrida, de cómo actores internos o externos que no tienen el mismo poder de un Estado intentan desestabilizar las democracias atacando al eslabón mas débil, las personas. Y en este caso, el sistema cognitivo”, explica una experta en desinformación consultada por El Confidencial, que pide permanecer en el anonimato. “Saben que es muy dificil identificar la autoría de estos contenidos y que haya una respuesta penal. Así que van socavando la confianza en las instituciones, en el periodismo, en la ciencia, en la policía, en el poder judicial, en los procesos electorales, en definitiva, en lo que soporta el Estado democrático”, advierte esta especialista.

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Rafapal sostiene que sigue habiendo motivos para mantener la duda sobre la existencia de los clones. “Lo llevamos viendo en las películas. Y sabéis que las películas están retratando cosas que ya existen en la realidad”, expone el periodista español en el vídeo. Asegura que ya se han desmantelado varias fábricas de clones en Estados Unidos y que se ha descubierto que los replicantes tienen algunas diferencias con sus supuestas versiones reales, como que carecen de “manchas de nacimiento, tienen los pies planos y algo también de los dientes”. “La existencia de clones es algo que te revienta la cabeza porque eso implica... ¿quién maneja esos clones?, ¿quién maneja esas fábricas? (…) Sinceramente, es muy difícil inventarse eso (...) ¿Te vas a inventar eso? Es imposible, no tiene sentido”.

Su principal fuente de información para los contenidos que pone en circulación en España es una página de Estados Unidos llamada Real Raw News. En los últimos dos años, ha publicado en su canal de Telegram y en su blog más de 200 noticias de ese supuesto medio de comunicación. La entidad sin ánimo de lucro Poynter, dedicada a la lucha contra la desinformación, alerta de que varios de sus titulares se han colado en los grandes periódicos y televisiones de ese país.

Foto: Fuente: iStock.

Real Raw News se anuncia como un “editor independiente” que “explora el contenido que los principales medios de comunicación quieren evitar”. Nació en diciembre de 2020 y solo publica noticias inventadas, aunque intenta que parezcan lo contrario introduciendo muchos detalles sobre las supuestas escenas descritas y las identidades y cargos de los teóricos protagonistas. “Suponemos que la mayoría de las personas pueden detectar que es un sitio de noticias falsas y, por lo tanto, no tiene impacto”, dijo a Poynter la investigadora Rachel Moran, del Centro para un Público Informado de la Universidad de Washington, en 2021. “Pero creo que ya no es así”. Los artículos de esta web son el germen de la desinformación que luego se comparte en redes sociales. Su aparición en una cabecera contribuye a asentar la idea de que son noticias obligatoriamente ciertas.

Rafapal ha amplificado en España noticias de Real Raw News y de otros medios similares contra las farmacéuticas y las vacunas contra el covid, sobre supuestos casos de corrupción de todo tipo de líderes mundiales, una agenda secreta trans y el cambio climático. También reproduce los mensajes del movimiento de la extrema derecha o alt-right que apoya a Donald Trump y, desde febrero de 2022, se ha alineado con las tesis prorrusas en la guerra de Ucrania.

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Rafapal ha llegado a afirmar que Estados Unidos financió proyectos biológicos militares en suelo ucraniano, que Zelenski es adicto a la cocaína y que el gasoducto Nord Stream 2 sufrió un ataque de bandera falsa y fue bombardeado por los aliados desde el cielo, tal y como sostiene la página Sputnik, vetada por la Unión Europea por tratarse de un instrumento de desinformación del Kremlin.

El caso de este periodista no es extraordinario, aunque su altavoz es uno de los más potentes. El pasado diciembre, el portal Maldita.es analizó 39 canales de desinformación en español. Rafapal era el tercero con más seguidores (131.738), pero el primero en número de vistas totales (1.442.967.988). Entre el 1 de enero de 2020 y el 30 de septiembre de 2022, publicó más de 23.000 mensajes con una media de 62.000 visualizaciones.

Algunos canales de información conspiranoica como el de Rafapal llevan meses al servicio de las tesis de Moscú. Una de las estrellas al alza es Liu Sivaya, que se define como politóloga y periodista y se ha convertido en una de las principales propagandistas de Moscú. En Twitter, asegura que cuenta “lo que no verás en los medios”. El Ejército ruso le ha permitido moverse por los territorios que controla. El pasado octubre, publicó un vídeo desde Mariúpol, una de las ciudades ucranianas tomadas por las tropas de Putin. “La mentira de los medios: Rusia destruye ciudades y aterroriza a la población civil. La realidad: Rusia reconstruye Mariúpol a pasos agigantados. Levantan barrios enteros, ya hay agua, electricidad y hasta internet. Funciona el transporte público. No hay militares en las calles”, afirmó. Su vinculación con Moscú es directa, actúa como una correa de transmisión.

placeholder Perfil de Twitter de Liu. (Twitter)
Perfil de Twitter de Liu. (Twitter)

Otros perfiles promueven los mismos mensajes, aunque no por un alineamiento con el Kremlin, sino por el atractivo que suscita la búsqueda de una supuesta verdad alternativa que solo unos pocos conocen. En este supuesto entraría, además de Rafapal, el abogado y youtuber Rubén Gisbert, con 461.000 suscriptores, que combina contenido friki con propaganda prorrusa.

“Hay dos motivos principales por lo que esto está ocurriendo”, explica Daniel Iriarte, periodista experto en desinformación. “Uno de esos motivos es orgánico. Las teorías rusas calan más en la gente que está en el marco mental de la información alternativa porque tienen una propensión a lo conspiranoico, a dudar de los grandes medios. Están más abiertos a creerse la versión que extiende Moscú. Al propio Kremlin le interesa fomentar ese tipo de canales para que luego su discurso llegue a más gente”.

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Canal de YouTube de Rubén Gisbert. (YouTube)

“La segunda razón”, continúa Iriarte, “es artificial”. “Se ha demostrado que Rusia montó una infraestructura de canales de desinformación para generar polarización en Occidente, influir en las elecciones de Estados Unidos, espolear el movimiento antivacunas en Francia… Lo único que ha ocurrido es que, desde la invasión de Ucrania, esa infraestructura que distribuía noticias contra las antenas 5G, las vacunas y sobre los reptilianos ha pasado a estar al servicio de la guerra. Son los mismos canales que mueven el contenido que ahora es prioritario para el Kremlin”, expone este experto.

Estas plataformas tienen un efecto corrosivo en la democracia, especialmente en momentos críticos como unas elecciones. “Son dinamita para el sistema. Está empezando a asentarse la idea de que el verdadero objetivo de Rusia no era tanto que ganara las elecciones Donald Trump como erosionar la credibilidad del conjunto del sistema democrático, y no hay ninguna duda de que eso ha ocurrido. Solo hay que ver el asalto al Capitolio”, concluye Iriarte.

Foto: Foto: Wikipedia.

En España, se celebran en mayo las elecciones municipales y autonómicas y está previsto que en noviembre o diciembre se convoquen las generales. Está empezando a circular la idea en estos mismos canales de que habrá un pucherazo. No es necesario demostrarlo. Basta con generar la duda. Si por razones fortuitas se produce el día de las elecciones algún fallo técnico en el proceso de recuento o surge cualquier otra discrepancia, España estará más cerca del precipicio de lo irracional.

La ausencia de un marco penal para este fenómeno dificulta las respuestas. La desinformación no es delito en la legislación española. Solo se pueden perseguir las conductas concretas. La Fiscalía Provincial de Madrid abrió diligencias en 2019 (517/2019) contra Rafapal por delito de odio. En concreto, el Ministerio Público le acusó de difundir presuntamente mensajes “con una densa carga antisemita por un lado y contra los gais por otro, entendiendo que se vierten comentarios que podrían incitar al odio y la discriminación respecto de sendos colectivos”, según consta en un documento al que ha tenido acceso El Confidencial.

Foto: (iStock).

La Fiscalía encargó a la Brigada Provincial de Información de Madrid de la Policía Nacional un informe sobre las publicaciones de Rafapal en su blog entre 2017 y 2019. En sus conclusiones, aparecían decenas de noticias sobre esos temas específicos. “Al Jazeera publica un vídeo denunciando que el Holocausto fue diferente a lo que contaron los judíos”, “El Holocausto es un timo: colocan pancarta delante de una exposición sobre el mito en Madrid”, “Judía sueca aclara que ellos están detrás del plan de sustitución étnica en Europa” y “La comunidad judía de Pittsburgh vivió un simulacro de atentado el pasado enero” figuran entre los detectados por los agentes. El último de ellos se publicó para sostener que el atentado que había sufrido la sinagoga de Pittsburgh de octubre de 2018, que se saldó con 11 muertos, había sido un invento.

Sobre el movimiento LGTBI, la Policía halló noticias sobre un supuesto plan para “homosexualizar” a los niños españoles, “la farsa del movimiento gay”, de una presunta encuesta que revelaba “que los que ven mucho porno tienen más posibilidades de volverse homosexuales” y de chats en los que se afirmaba que había hombres que se habían hecho “homosexuales por las denuncias falsas de violencia de género”, entre otros. Otro titular afirmaba que el “director de la revista Rolling Stone se hizo homosexual por la droga”. La Fiscalía recibió el informe en diciembre de 2019, pero el procedimiento no tuvo finalmente ninguna consecuencia. En los tres años transcurridos desde entonces, Rafapal ha conseguido llegar a mucha más gente.

Rafael Palacios López nació en San Sebastián en 1969 y es periodista. Cuenta que pasó por RNE, Telemadrid y la Cadena SER, pero hace dos décadas se convirtió en freelance y se especializó en “historia oculta, terrorismo sionista, sociedades secretas, espiritualidad y otros estados de la conciencia”, según declara él mismo. El boom de la desinformación lo ha convertido en un fenómeno de masas. Ahora se hace llamar Rafapal y dirige un blog, un canal de Telegram con 130.000 seguidores, un perfil en YouTube, interviene en multitud de pódcast y da conferencias por toda España. Es el principal difusor en territorio nacional de las teorías conspiranoicas que surgen de Estados Unidos.

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