El PP aspira a gobernar en más del 40% de los municipios y doblar las capitales de provincia

Alberto Núñez Feijóo experimentará el próximo mes de mayo su primera gran prueba de fuego desde que dio el salto a la política nacional y el PP ha engrasado la maquinaria electoral tan pronto como ha comenzado el año. En las últimas semanas, los populares se han volcado muy especialmente en el ámbito municipal. De hecho, este sábado y domingo el partido prevé sacar brillo a sus miles de candidaturas en la reunión intermunicipal que se celebrará en Valencia, que contará con José María Aznar y Mariano Rajoy como padrinos de las jornadas. Actualmente, la formación gobierna en unos 2.800 ayuntamientos, de los más de 8.100 que abren sus urnas el próximo 28 de mayo. El objetivo es que esa cifra se eleve hasta las 3.200 o 3.300 alcaldías, según los cálculos que hacen en el equipo de campaña.

No es un desafío fácil, reconocen en la dirección, ya que en las elecciones municipales entran otros factores en juego que no responden a la inercia política nacional, como el hecho de que la persona que se presenta como alcalde o alcaldesa "siempre es más determinante que las siglas". Pero entienden que teñir de azul más del 40% del mapa se vería ya como una victoria incontestable para Feijóo y el primer paso de un cambio de ciclo que esperan que culmine en la Moncloa a finales de año.

Opinión

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Otro de los grandes objetivos pasa por, al menos, doblar el número de capitales de provincia. Los populares gobiernan en 11 alcaldías importantes, ya que en 2021 perdieron la de Murcia, consecuencia de la doble moción de censura que el PSOE firmó con Ciudadanos, y que solo funcionó a nivel municipal. El PP fichó recientemente al alcalde de Badajoz, de Ciudadanos, hace unas semanas, una ciudad donde la formación mantenía un acuerdo de alcaldía rotatoria con los naranjas y que han conquistado del todo tras la incorporación de su regidor.

Feijóo quiere comenzar a ganar las elecciones generales previstas para final de año en el mes de mayo. Y el reflejo en el que quiere mirarse es el de Mariano Rajoy en 2011, cuando consiguió teñir de azul gran parte del mapa nacional. Venció en 10 de las 13 autonomías que se presentaban a las elecciones y conquistó seis de las siete ciudades más grandes de España: Madrid, Sevilla, Valencia, Málaga, Zaragoza y Murcia. Solo se le resistió Barcelona, territorio en el que el gallego apuesta ahora por una importante recuperación que les permita, incluso, convertirse en llave del Gobierno municipal.

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La ciudad del Turia es una de las plazas a las que Alberto Núñez Feijóo mira con más ambición. Génova se volcará en la Comunidad Valenciana, empezando por el cónclave de este fin de semana en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, lugar al que el PP se ha llevado el acto más grande que ha celebrado el partido desde que Feijóo se hizo con las llaves de Génova. Hasta allí se desplazarán miles de cargos populares, entre ellos muchos alcaldables de grandes ciudades y barones autonómicos, en parte para poner la pista de despegue a María José Catalá, para hacerse con la alcaldía de Valencia, y a Carlos Mazón, para hacer lo propio con la Generalitat. El PP aspira también a recuperar Castellón, en este caso, de la mano de Begoña Carrasco.

En el PP, dan por hecho que lograrán mantener su influencia en Madrid, Málaga, Zaragoza o Murcia, acercándose incluso a la mayoría absoluta en algunas de ellas. Tampoco les quitan el ojo a otras capitales como A Coruña, Valladolid, Toledo o Ciudad Real, aunque saben que para hacer "jaque mate" a Sánchez necesitan imponerse en Sevilla, un escenario complicado, pero posible. Algunas encuestas, de hecho, otorgan al popular José Luis Sanz una ajustada victoria. De lograr gobernar, los populares estarían en posición de extender el efecto Moreno y hacer pleno en las ocho provincias andaluzas.

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El único pero que aún no ha medido Feijóo en su plan para el 28-M es el grado de dependencia que pueden tener los populares de Vox para salvar todos esos municipios. El rechazo del PSOE a la propuesta de que gobierne la lista más votada condena al PP a buscar acuerdos con la ultraderecha, aunque la máxima de los populares sigue siendo intentar una "mayoría suficiente" que evite la entrada de Vox en sus ejecutivos autonómicos y municipales. Pero la posibilidad de que los de Abascal asuman más cuota de poder es un escenario que no se da por descartado.