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El PSOE redobla la presión sobre Igualdad y registrará esta semana la reforma del solo sí es sí
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ULTIMÁTUM PARA UN CAMBIO INMEDIATO

El PSOE redobla la presión sobre Igualdad y registrará esta semana la reforma del solo sí es sí

El plazo para que Podemos plasme o no su firma en la reforma promovida por los socialistas tiene fecha de caducidad. "Lo vamos a solucionar", aseguran fuentes de la Moncloa, aunque reconocen la falta de acuerdo con sus socios

Foto: Acto 'Infancia con derechos: plan de acción estatal de la garantía infantil europea'.
Acto 'Infancia con derechos: plan de acción estatal de la garantía infantil europea'.
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La decisión está tomada. El PSOE reformará la Ley de Garantía Integral de Libertad Sexual, conocida como ley del solo sí es sí, con o sin Podemos. Se hará antes de que termine esta semana, según fuentes del Gobierno, a través de una proposición de ley tramitada por vía de urgencia para aumentar las penas y "corregir" a futuro los efectos de la polémica norma impulsada por Igualdad. Desde el departamento que dirige Irene Montero, rechazan la fórmula propuesta por sus socios al considerar que se elimina el consentimiento como eje central, aunque se abren a subir las penas mínimas. Un extremo que niegan desde el Ejecutivo.

"El Gobierno en ningún momento va a tocar ni una coma en lo que se refiere al consentimiento, que es la esencia de esta norma", respondía la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, sin concretar cómo se plasmará el aumento de penas si recuperan el agravante de violencia e intimidación. La reforma se focaliza en el aumento de penas y para ello se requiere de "una serie de justificaciones", que es en lo que se está trabajando, añadía la portavoz. Al mismo tiempo, daba cuenta de esta "complejidad técnica", pero descartando que se vaya a tocar el artículo 178.1 de la norma relativo al consentimiento.

Tampoco han gustado en la formación morada las formas de sus socios, tras mostrar los socialistas su determinación de presentar la iniciativa de forma unilateral si los morados no se avienen a firmarla. Un ultimátum que habían descartado y que ha generado un terremoto dentro de la coalición. El plazo para que plasmen o no su firma en la reforma tiene fecha de caducidad, lo que redobla la presión por parte de los socialistas que alejan una eventual ruptura. "Lo vamos a solucionar", aseguran fuentes de la Moncloa, aunque reconocen la falta de acuerdo.

Tanto en Ferraz como en la Moncloa no temen que estas tensiones por la ley estrella de Igualdad escalen hasta el punto de que sus socios den un golpe en la mesa en forma de ruptura. "No se van a ir del Ejecutivo", concluye un ministro socialista en referencia a la titular de Igualdad y la otra ministra morada de la coalición, Ione Belarra. Una aseveración que se completa negando que esté en los planes de Pedro Sánchez provocar una crisis de Gobierno. La lectura que ha trasladado en varias ocasiones el propio presidente es que quien fuerce la desestabilización será castigado en las urnas, echando mano del ejemplo portugués.

Otras fuentes de la parte socialista de la coalición rebajan las amenazas, asegurando que no es la primera vez que se corrige una norma salida del Consejo de Ministros. El exvicepresidente y exlíder de Podemos Pablo Iglesias, que según reconocen los socialistas sigue manteniendo una fuerte ascendencia sobre el espacio morado, elevaba anoche el envite avisando en los micrófonos de la Cadena SER de que, "si Pedro Sánchez pacta la ley del solo sí es sí con el PP, lo pagará".

Desde la dirección del PSOE, aseguran que "están medidas las consecuencias políticas" de su decisión, descartando que vaya a provocar un estallido de las costuras de la coalición. Las mismas fuentes de la cúpula de Ferraz deslizan que dentro de Unidas Podemos no hay una posición "monocorde", acotando a Podemos las resistencias a una reforma a la que sí se avendrían tanto la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, como los representantes de IU y comunes en el Consejo de Ministros, Alberto Garzón y Joan Subirats, respectivamente. Una división que sitúa a los morados en una posición de mayor debilidad a la hora de dar la batalla. Sin embargo, Sánchez ha tomado una decisión que no está exenta de riesgos para la salud de la alianza, máxime en un contexto preelectoral y al cruzarse por medio la disputada bandera del feminismo.

La prioridad para el PSOE es frenar el desgaste por los "efectos indeseados" de la norma, conscientes de la "preocupación social". Se ha pasado así del cierre de filas con Igualdad decretado por Pedro Sánchez desde que se inició el goteo de revisiones de sentencias a desautorizar a la ministra de Igualdad tomando la iniciativa de reforma sin antes consensuarla. Entre medias, han transcurrido dos meses y medio desde que saltaron a la luz las primeras revisiones de sentencias, que hasta la fecha han beneficiado a más de 300 agresores sexuales, según las últimas actualizaciones.

Foto: Irene Montero, Ione Belarra y Pedro Sánchez. (EFE/ Emilio Naranjo)

Una gota malaya que se ha ido reflejando en las encuestas de Ferraz en forma de desmovilización electoral, según reconocen desde la dirección, a la par que han ido aumentando las presiones internas de los barones. De forma unánime, tanto los más críticos como los más afines, han mostrado una coincidencia inédita solicitando a la dirección de su partido rectificar la ley, al entender que se estaba responsabilizando al PSOE de las revisiones de sentencias con penas a la baja. La pretensión es presentar la proposición a la mayor premura posible y llevarla a pleno dentro de dos semanas, cuando los socialistas contarán con cupo para ello. Al hacerlo por procedimiento de urgencia, calculan que en cinco semanas se aprobaría de forma definitiva en el Senado, a mediados de marzo.

El movimiento de los socialistas descarga la responsabilidad en Igualdad si mantiene sus resistencias a la reforma. Aunque los socialistas insisten en que a Podemos no le interesa romper la coalición, pues en ningún caso supondría adelantar las elecciones una vez aprobados los últimos presupuestos de la legislatura, las mismas tensiones dentro de Unidas Podemos alimentan la incertidumbre. En esta línea se movían las reflexiones de Iglesias, quien deseaba "buena suerte" al PSOE por "plantear a tu socio de gobierno que o aceptas lo que hago yo, que es acabar con la ley del solo sí es sí, que es traicionar a las mujeres que se manifestaron, o lo pacto con el PP". A ello añadía con un tono de reproche que "un presidente del Gobierno tiene que tener la altura política suficiente para mantener su palabra a pesar de la presión mediática de la derecha y la ultraderecha".

Foto: La cúpula del Minsiterio de Igualdad. (EFE/Chema Moya)

La falta de acuerdo entre Podemos y Yolanda Díaz para cerrar una candidatura conjunta hace que cualquier chispa acabe incendiando el espacio y fragmentándolo, reduciendo las posibilidades de sumar del bloque progresista. Y la ley del solo sí es sí, una de las principales banderas de los morados, no es un elemento menor. De ahí que la vicepresidenta evite un claro posicionamiento en público a favor de la reforma, vinculándola siempre a la coordinación entre los socios. Desde IU sí se han mostrado favorables a corregir la norma, pero insistiendo en que el “eje central” de la ley, "el que tiene que ver con el consentimiento, no se modifique". Así se expresaba este lunes la portavoz federal del partido, Sira Rego, asegurando que “puede ser oportuno corregir algún efecto no deseado, derivado fundamentalmente de la aplicación de la ley”.

​Apoyo parlamentario a izquierda y derecha

En la parte socialista del Ejecutivo, insisten en que no se eliminará el consentimiento, aunque la propuesta sobre la que trabajan es para los morados un paso atrás, al recuperar en parte la norma anterior. El planteamiento de Justicia que está sobre la mesa, según fuentes de la dirección socialista, pasa por recuperar las penas anteriores para varios supuestos. Por ejemplo, según el contenido del texto que adelantó este lunes la Cadena SER, se volvería a las condenas de uno a cinco años de cárcel cuando se demuestre que ha existido violencia, intimidación o la voluntad de la víctima haya sido anulada. Asimismo, se recuperaría la horquilla de seis a 12 años de cárcel (cuatro a 12 años según la norma en vigor) cuando la agresión sexual sea con penetración.

El escenario de la fragmentación a la izquierda del PSOE es, precisamente, uno de los principales temores en Ferraz de cara a las próximas elecciones municipales y autonómicas. Sin el aguante de Unidas Podemos, a los socialistas no les basta con mantener sus resultados para conservar su poder territorial. Una buena parte de este está sostenida con la muleta de los morados, ya sea en coalición o facilitando investiduras. De ahí que desde la parte socialista del Gobierno hayan redoblado en las últimas semanas su apelación a la unidad a su izquierda, mientras que el propio Sánchez ya lanzó mensajes de presión a sus socios para que llegasen a un acuerdo antes de las elecciones del próximo 28 de mayo. El ultimátum a Igualdad, por tanto, no es inocuo, al azuzar las diferencias dentro de Unidas Podemos.

A la espera de poder consensuar un texto con los morados, que, tras el paso dado por los socialistas sacaron del cajón algunas de sus propuestas de reforma, los socialistas cuentan a priori con el apoyo de los socios parlamentarios. Desde ERC a Compromís, se han mostrado favorables a corregir la ley. También el principal partido de la oposición. Este mismo lunes, el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, ofrecía los votos de su grupo para modificar "de inmediato" la norma, "tenga o no votos en su Consejo de Ministros o en el Congreso de los Diputados".

La decisión está tomada. El PSOE reformará la Ley de Garantía Integral de Libertad Sexual, conocida como ley del solo sí es sí, con o sin Podemos. Se hará antes de que termine esta semana, según fuentes del Gobierno, a través de una proposición de ley tramitada por vía de urgencia para aumentar las penas y "corregir" a futuro los efectos de la polémica norma impulsada por Igualdad. Desde el departamento que dirige Irene Montero, rechazan la fórmula propuesta por sus socios al considerar que se elimina el consentimiento como eje central, aunque se abren a subir las penas mínimas. Un extremo que niegan desde el Ejecutivo.

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