El Confidencial estrena el pódcast 'Punto ciego', periodismo contra la opacidad

Me embarco a partir de este lunes en una iniciativa para mí nueva, pero ya contrastada en el mercado informativo: el pódcast. Lo hago después de haber experimentado otra muy gratificante, aunque nada fácil: versionar el último de mis relatos publicados (Felipe VI. Un rey en la adversidad) en un audiolibro. He leído durante 30 horas un texto que el oyente agota en poco más de nueve.

Uno de los signos de nuestro tiempo es simultanear tareas, ampliar nuestras capacidades de hacer cosas a la vez, darle al tiempo una dimensión y funcionalidad distintas. Conducir nuestro coche y escuchar una narración; hacer ejercicio y enfrascarse en una historia contada; descansar y aprender; relajarse y prestar atención. Todo eso lo consigue, o puede hacerlo, el pódcast. Los hay a cientos, a miles, generalistas y especializados, breves y prolongados. Y siempre están a disposición del oyente: se escuchan cuando a cada uno le da la real gana.

Cuando el director de El Confidencial –hace ya un par de meses– me planteó la posibilidad de abrir una línea de pódcast compatible con mis áreas de conocimiento periodístico, le acepté el reto. Pero de inmediato acoté el radio de la pretensión: no podía ser un artículo o análisis leído ni una entrevista al uso. Me costó llegar a donde quería: necesitaba un título que fuese el paraguas que unificara el propósito. Y lo encontré en una expresión –Punto ciego– que definía bien la idea que barruntaba: arrojar luz –conocimiento– sobre asuntos, temas y circunstancias que, estando próximas, no somos capaces de ver en todo su alcance. Nos ocurre como a los retrovisores de los coches que por un tiempo breve no detectan al vehículo que avanza hacia nosotros y nos rebasa.

Punto ciego pretende, justamente, que no haya espacios opacos. Y es opaco aquello que no se comprende, que no se conoce o del que se dispone de una sola versión entre otras muchas que son también ciertas. De modo que dos veces al mes, Punto ciego tratará de forma breve -entre 25 y 30 minutos- de ofrecer a los lectores de El Confidencial una conversación amena sobre un amplio listado de asuntos acerca de los que no hablarán políticos en activo, sino personalidades de la sociedad española para arrojar luz sobre cuestiones que están en la conversación pública y que ellas manejan con sabiduría y rigor.

Punto ciego se estrena con un protagonista que ha estado años en silencio mediático: Alberto Ruiz-Gallardón. Desde 2014 apartado de la política, podrán descubrir en este pódcast, no solo el rostro menos conocido del que fuera un eminente político, sino otros aspectos de su vida después de su gestión pública. Creo que les resultará tan interesante como a mí cuando hicimos la grabación que Ana Schulz convierte en cálida con una extraordinaria maestría técnica. No puedo dejar de agradecer a mi compañero Antonio Martín que me haya ayudado tanto con su experiencia en estas lides y la confianza de El Confidencial para que me adentre en un territorio nuevo para mí.

Y desde luego, mi agradecimiento a todos los que hasta ahora se han avenido a conversar en Punto ciego arrojando luz sobre el ángulo opaco de tantísimas realidades oscuras. No les revelaré la lista de los ya invitados. Dejemos que su identidad aparezca al mismo tiempo que la conversación porque les aseguro que todos son y serán, en su disciplina, primeros espadas.