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Sánchez y Macron lanzan un frente común para acelerar la reforma del mercado eléctrico
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CUMBRE HISPANO-FRANCESA

Sánchez y Macron lanzan un frente común para acelerar la reforma del mercado eléctrico

España y Francia buscan coordinar posiciones en la UE, con la energía en el centro de la agenda, y tratar de doblegar la resistencia alemana. El Gobierno espera arrancar el apoyo galo a la prórroga del tope ibérico

Foto: El presidente de España, Pedro Sánchez, junto a su homólogo francés, Emmanuel Macron, durante la X Cumbre Euromediterránea. (EFE/Kai Forsterling)
El presidente de España, Pedro Sánchez, junto a su homólogo francés, Emmanuel Macron, durante la X Cumbre Euromediterránea. (EFE/Kai Forsterling)
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La UE está abriendo debates de calado desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania con el planteamiento de reformas en profundidad para combatir sus consecuencias económicas. España y Francia, Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, han ido sintonizando posiciones en una variedad de asuntos —y solventando discrepancias históricas, como las interconexiones energéticas— y ahora buscan profundizar su coordinación para intentar hacer frente común en asuntos como la reforma del mercado eléctrico para abaratar el precio de la luz. Este será uno de los principales asuntos, con muchos puntos de conexión, que abordarán este jueves en Barcelona, en el marco de la XXVII cumbre hispano-francesa. A la espera de que la Comisión Europea defina su propuesta, el objetivo compartido pasa por acelerar esta reforma, en un plazo de seis meses, desacoplar el precio del gas del mercado mayorista y rebajar así la factura.La de Barcelona no será una cumbre más entre ambos países, pues se firmará un tratado de amistad y cooperación para dar un marco jurídico permanente a las relaciones bilaterales entre ambos países. Los galos solo tienen este tipo de tratados con Alemania e Italia, y España con Portugal. Un nuevo juego de equilibrios en el que Francia apuesta por una geometría variable para ejercer su poder de influencia en Bruselas, que no privilegie tanto el eje franco-alemán, y España busca sumar aliados a sus batallas en la UE. De hecho, con el Tratado de Barcelona, como se prevé bautizar, se busca aumentar la coordinación entre ambos países previa a los debates de los consejos europeos, pero sobre todo acercar posiciones en los temas de la agenda para los próximos meses. Entre los más acuciantes, el debate sobre cómo responder en Europa a la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos y el debate presupuestario para no generar desequilibrios entre países por las ayudas estatales a la industria.

Foto: El presidente del Gobierno Español, Pedro Sánchez (i), y el de la República Francesa, Emmanuel Macron. (EFE/Biel Aliño)

Entre las prioridades a medio plazo se sitúa la reforma del mercado eléctrico, sobre la que el Gobierno de Pedro Sánchez viene apostando antes incluso de la invasión rusa de Ucrania. Un debate que la UE retomará en marzo y sobre el que España y Francia tratarán de trabajar en una propuesta conjunta tras haber realizado por separado las suyas propias. Los franceses, esta misma semana. Los asuntos energéticos son de la máxima prioridad para ambos países en el ámbito de la UE, según recalcan fuentes de la Moncloa.

El frente común para limar las resistencias a esta reforma, principalmente de Alemania, parece estar haciendo ya cierta mella en el Gobierno de Olaf Scholz. Este mismo martes, desde el departamento de la Vicepresidencia de Transición Ecológica, que dirige Teresa Ribera, celebraban el giro expresado por el vicecanciller alemán y ministro de Economía, Robert Habeck, durante una entrevista, al calificar de "interesante" la propuesta de reforma enviada por España a Bruselas. Un calificativo que el propio vicecanciller subrayaba, alentando la posibilidad de levantar su bloqueo: "Esto que digo es muy especial, porque el año pasado había posiciones muy opuestas entre España y Alemania respecto al tope del gas".

Otro de los objetivos a corto plazo de España es, precisamente, que la UE permita prorrogar el mecanismo ibérico, para lo que ayer, antes de la cumbre, Ribera se reunía con la comisaria Margrethe Vestager. Si bien Francia ha planteado un calendario de seis meses para poder impulsar la reforma eléctrica y fuentes del Gobierno comparten que quieren ir lo más rápido posible, la prórroga de la también denominada excepción ibérica se plantea como una solución coyuntural hasta que no se materialice. El propio Sánchez ha puesto sobre la mesa un calendario más realista, situando la reforma del mercado eléctrico entre las prioridades de la presidencia de turno del Consejo de la UE que España asumirá en el segundo semestre.

Foto: Reunión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con los principales dirigentes del Ibex en Davos, Suiza. (EFE/Borja Puig de la Bellacasa)

Tanto la vicepresidenta de Transición Ecológica, con su homóloga francesa, Agnès Pannier-Runacher, como el presidente Sánchez, con Macron, pondrán este tema sobre la mesa buscando el apoyo galo a la extensión del mecanismo ibérico. Desde el Elíseo, no han trasladado objeciones, aunque entienden que se deberá analizar el contexto cuando expire este mecanismo el próximo mes de mayo.

La petición del Gobierno a Bruselas pasa por prolongar la excepción ibérica, al menos hasta finales de 2024. Todo ello, con un tope similar al actual, de entre 45 y 50 euros por megavatio hora (Mwh). Según el Ministerio de Transición Ecológica, este mecanismo ha supuesto un ahorro para familias e industria de más de 4.500 millones de euros desde su implantación.

Protestas independentistas

El Gobierno niega con rotundidad que las manifestaciones independentistas en contra de la cumbre puedan opacarla y para ello pone de relieve la magnitud de los acuerdos políticos. No es una cumbre más, insisten fuentes de la Moncloa, recalcando que la importancia política del encuentro no se alterará por las manifestaciones.

Foto: El presidente de ERC, Oriol Junqueras (c), a su llegada a la manifestación. (EFE/Enric Fontcuberta)

Pere Aragonès, president de la Generalitat, estará presente en la ceremonia de acogida de Macron como anfitrión, además de la alcaldesa Ada Colau, pero no participará en los trabajos de la reunión entre ambos ejecutivos. Aunque fuentes del Gobierno critican la actitud de "estar en misa y repicando", explican que los republicanos tienen la necesidad de "sobreactuar" debido a las presiones de sus principales rivales dentro del campo independentista, Junts.

"Juegan a la política espectáculo", lamenta un ministro socialista, aun reconociendo que ERC y el propio Aragonès se están viendo presionados por las acusaciones del expresident Carles Puigdemont, dibujándolos como "traidores" al independentismo por su pragmatismo en la última legislatura. Esta división refuerza el mensaje del Ejecutivo de que "el procés está muerto", y esto es, en sintonía con el mensaje de la normalización y la "convivencia" en Cataluña, lo que busca trasmitirse con la elección de Barcelona para acoger la cumbre. Tanto al resto de España, en primer lugar, como a Francia y a toda Europa.

La UE está abriendo debates de calado desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania con el planteamiento de reformas en profundidad para combatir sus consecuencias económicas. España y Francia, Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, han ido sintonizando posiciones en una variedad de asuntos —y solventando discrepancias históricas, como las interconexiones energéticas— y ahora buscan profundizar su coordinación para intentar hacer frente común en asuntos como la reforma del mercado eléctrico para abaratar el precio de la luz. Este será uno de los principales asuntos, con muchos puntos de conexión, que abordarán este jueves en Barcelona, en el marco de la XXVII cumbre hispano-francesa. A la espera de que la Comisión Europea defina su propuesta, el objetivo compartido pasa por acelerar esta reforma, en un plazo de seis meses, desacoplar el precio del gas del mercado mayorista y rebajar así la factura.La de Barcelona no será una cumbre más entre ambos países, pues se firmará un tratado de amistad y cooperación para dar un marco jurídico permanente a las relaciones bilaterales entre ambos países. Los galos solo tienen este tipo de tratados con Alemania e Italia, y España con Portugal. Un nuevo juego de equilibrios en el que Francia apuesta por una geometría variable para ejercer su poder de influencia en Bruselas, que no privilegie tanto el eje franco-alemán, y España busca sumar aliados a sus batallas en la UE. De hecho, con el Tratado de Barcelona, como se prevé bautizar, se busca aumentar la coordinación entre ambos países previa a los debates de los consejos europeos, pero sobre todo acercar posiciones en los temas de la agenda para los próximos meses. Entre los más acuciantes, el debate sobre cómo responder en Europa a la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos y el debate presupuestario para no generar desequilibrios entre países por las ayudas estatales a la industria.

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