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Los conservadores del TC acusan a los progresistas de "secuestrar" el tribunal
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Pelea por la vicepresidencia

Los conservadores del TC acusan a los progresistas de "secuestrar" el tribunal

"No es paridad, es sectarismo", critica el bloque minoritario cercano a la derecha, que ve la designación de Montalbán como un abuso de la parte mayoritaria

Foto: El nuevo presidente del TC, Cándido Conde-Pumpido. (EFE/Mariscal)
El nuevo presidente del TC, Cándido Conde-Pumpido. (EFE/Mariscal)
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La división que mostró este miércoles el Tribunal Constitucional en el pleno de elección de su nuevo presidente, Cándido Conde-Pumpido, amenaza con agravarse a consecuencia de la adjudicación de la vicepresidencia. La atribución de esta responsabilidad a la progresista Inmaculada Montalbán ha sentado muy mal en el bloque conservador, que lo considera toda una afrenta. "Secuestran el tribunal", "están rompiendo las normas no escritas", aseguran diversas fuentes de este sector a El Confidencial. Tanto Cándido Conde-Pumpido como Montalbán fueron elegidos por un estrecho margen de un solo voto y contaron con el apoyo del grupo más cercano a la izquierda, con la excepción de María Luisa Balaguer.

La tradición a la que se refieren las fuentes consultadas es la de que la plaza de vicepresidente sea ocupada por un miembro de aquella parte del Constitucional que queda en minoría. Además, se acostumbra a que la ejerza un magistrado o magistrada que se encuentre en el último tercio de su mandato. Por ejemplo, durante la presidencia conservadora de Pedro González-Trevijano, el vicepresidente ha sido Juan Antonio Xiol, que apuraba los tres últimos años del periodo completo de nueve.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (EFE/JJ Guillén)

El candidato natural a la plaza era así el miembro del bloque conservador Ricardo Enríquez, aunque en el tramo final antes de la votación se especuló con conceder el puesto a Balaguer si esta quedaba descabalgada de la máxima responsabilidad. Los progresistas justificaron el volantazo apelando a la necesidad de mantener una imagen de paridad, más importante ahora que nunca cuando se abre una etapa en la que el TC cuenta con el mayor número de mujeres de su historia, cinco en total. "No es paridad, es sectarismo", critican, sin embargo, los cercanos a la derecha. También recuerdan que en toda la historia del tribunal, nunca se ha dado un desequilibrio así y que Montalbán es prácticamente una recién llegada que no cuenta con conocimiento en profundidad de la institución.

Los puestos de presidente y vicepresidente del tribunal son cruciales en la llevanza de los asuntos del órgano. Al vicepresidente le corresponde sustituir al presidente en caso de vacante, ausencia u otro motivo legal, y presidir la Sala Segunda, una de las dos con que cuenta el TC. El presidente ejerce la representación del tribunal, convoca y preside el tribunal en pleno y convoca las salas. Además, adopta las medidas precisas para el funcionamiento del tribunal, de las salas y de las secciones, y ejerce las potestades administrativas sobre el personal del tribunal.

El malestar por la decisión transcendió el propio tribunal para llegar hasta el PP, que no dudó en criticarlo. "Ya era inédito que dos exmiembros del Gobierno en ejercicio —un ministro y una alto cargo— pasasen a formar parte del TC nombrados por el mismo Gobierno que les designó para sus anteriores funciones", reprochaban los populares, para añadir que lamentan "que se haya tensionado de nuevo el procedimiento que se venía siguiendo hasta ahora por el que la vicepresidencia recaía en alguno de los miembros que forman parte de una corriente doctrinal distinta a la del presidente".

Triunfos en la mano

La nueva etapa progresista que se inaugura arranca así con tensión y una acusada división entre un sector y el opuesto. No obstante, los progresistas tienen todos los triunfos en su mano, ya que los números del tribunal anulan prácticamente cualquier criterio que esgriman los conservadores. Ahora mismo, las fuerzas están siete a cuatro y ni siquiera un apoyo de Balaguer en cuestiones puntuales puede provocar que ganen en futuras deliberaciones. Además, el presidente Pumpido cuenta con voto de calidad en caso de empate. Por su parte, la magistrada María Luisa Segoviano —cuyo voto era crucial para inclinar la balanza— dejó claro tras su posicionamiento que no piensa romper la unidad de su grupo.

Pumpido se ha comprometido ante sus compañeros a trabajar para devolver al Constitucional su prestigio y esto pasa de forma natural por tejer alianzas. Quizá para tratar de salvar una primera sospecha que sobrevolaba en el sector contrario, tras su elección se dirigió a los presentes para cerrar la puerta a una defensa de cualquier forma de autodeterminación. Defendió que hay que buscar el equilibrio entre la unidad de España y el derecho a la autonomía de sus territorios. El primer pleno de la nueva era se celebrará dentro de una quincena.

La división que mostró este miércoles el Tribunal Constitucional en el pleno de elección de su nuevo presidente, Cándido Conde-Pumpido, amenaza con agravarse a consecuencia de la adjudicación de la vicepresidencia. La atribución de esta responsabilidad a la progresista Inmaculada Montalbán ha sentado muy mal en el bloque conservador, que lo considera toda una afrenta. "Secuestran el tribunal", "están rompiendo las normas no escritas", aseguran diversas fuentes de este sector a El Confidencial. Tanto Cándido Conde-Pumpido como Montalbán fueron elegidos por un estrecho margen de un solo voto y contaron con el apoyo del grupo más cercano a la izquierda, con la excepción de María Luisa Balaguer.

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