Epidemia de soledad: la tecnología también es la medicina para reconectar a los mayores

La soledad en personas mayores es la mayor epidemia de este siglo. En Europa afecta a 65 millones de personas y supone mucho más que un sentimiento porque se ha demostrado que multiplica el riesgo de muerte prematura, deterioro físico y cognitivo o de aparición de enfermedades mentales. “Yo puedo estar rodeado de muchas personas, pero puedo sentirme muy solo, esto nos lo dicen mucho nuestros mayores. En la mayor parte de las veces la soledad es algo subjetivo” explica Raquel Losada, de la Fundación Intras.

El envejecimiento de la población y la despoblación del mundo rural están agravando un problema que se acentúa cuando se independizan los hijos o se pierde a la pareja. En España la soledad afecta a unas cinco millones de personas. El 40% de los mayores de 65 años y el 48% de los que superan los 80 años se sienten solos. Los casos más extremos, y que también generan mayor alarma social, son los de ancianos que mueren sin que nadie les eche de menos. El último, un hombre en Valladolid cuyo cadáver momificado fue descubierto hace unos días mientras intentaban okupar su vivienda al creerla vacía. Llevaba cinco años muerto.

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En nuestro país son más de dos millones de personas de 65 años las que viven solas, según datos del INE, pero lo preocupante es cuando ese aislamiento es tal que pasan días o semanas sin tener ningún tipo de contacto social o familiar. Porque los expertos subrayan que no todo el que vive solo sufre un problema, lo provoca solamente la soledad no deseada.

Desde hace dos años el proyecto internacional MOAI Labs trabaja para encontrar soluciones innovadoras para afrontar este problema creciente en nuestra sociedad. Está coordinado por la Fundación Intras de Valladolid y reúne a otros ocho socios de Castilla y León, Murcia, Cataluña, Portugal y Francia. Acaba de ser premiado por el Fondo FEDER en la categoría de buenas prácticas en cooperación territorial europea.

La soledad es una lacra en aumento desde hace años. A pesar de la percepción general de que la pandemia extendió la soledad y el aislamiento en nuestra sociedad, todavía no existe un consenso entre los expertos que respalde esta afirmación. “No está muy claro que haya ahora después de la covid más soledad que antes”, asegura Losada. Lo que sí que está claro es que ha ayudado a visibilizar el problema porque “todos hemos experimentado de alguna manera esa ausencia de contacto, hemos visto a vecinos mayores que estaban solos y hemos intentado ayudarles. Existe mayor concienciación”.

Una app para reconectar a los mayores

Hacer el diagnóstico de que la soledad es un problema social es sencillo. Lo complicado es ofrecer soluciones a los mayores que sufren esa losa invisible que acaba separándoles de su familia y su comunidad. Y aquí, la tecnología también es nuestra gran aliada. Es el hallazgo que están probando de forma piloto gracias a MOAI Labs. Después de estudiar con detalle y profundidad el problema han logrado que las piezas de lo que necesitan los mayores que se sienten solos encajen en una plataforma tecnológica innovadora. Raquel Losada cuenta como “es una plataforma que lo que hace es analizar la situación de la persona y hacer una propuesta muy personalizada de actividades de carácter físico, cognitivo o eventos sociales”.

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A través de un dispositivo, los mayores pueden evaluar su nivel de soledad, realizar actividades que les ayuden a cambiar esa dinámica de aislamiento y también acudir a eventos sociales en los que poder ir generando una nueva comunidad de relaciones con otras personas de su entorno cercano. “Encuentro actividades que hay cerca de mí para crear comunidad, y encuentro además una comunidad que me acoge”, asegura una de las ancianas en las que se está probando la aplicación. El objetivo final de la tecnología es que sea capaz de volver a tejer la red social de cada persona con “relaciones significativas, que nos importen”, resalta Losada. Reconectarles con su comunidad.

La app se llama AHOA y ha sido diseñada por la empresa portuguesa Actif Age. La compañía fue seleccionada por MOAI Labs una vez que se tenía claro qué era lo que debía conseguir la innovación tecnológica. La directora de Actif Age, Sara Conçalves describe su plataforma como una ayuda para “un envejecimiento activo más saludable tanto para las personas que viven en sus casas como las que viven en residencias. La plataforma se adapta a cada usuario”.

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Los mayores solo tienen que darse de alta y responder un breve cuestionario que evalúa qué tipo de actividades y motivaciones serán más beneficiosas para su perfil. A partir de ahí propone vídeos con ejercicios físicos, manualidades, diferentes actividades, consejos o incluso eventos presenciales para generar comunidad. Otra de las usuarias del proyecto piloto explica que “me parece que el ordenador es una herramienta muy importante para calmar la soledad. Y luego hay trabajos manuales, ejercicios físicos, a mí me ha valido mucho”. Esta solución innovadora crea una comunidad digital que rompe el bucle de la soledad y consigue rescatar a los mayores del aislamiento.

“Vamos a seguir mejorándola todo lo que dure el pilotaje para que sea una solución comercial viable cuando no tengamos financiación”

La aplicación está terminando la fase piloto en la que se ha probado con personas mayores españolas, portuguesas y francesas para analizar su utilidad y poder corregir todo lo que no funcione. “Vamos a seguir mejorándola todo lo que dure el pilotaje para que sea una solución comercial viable cuando no tengamos financiación”, subraya Raquel Losada de Fundación Intras. “Las sesiones con los mayores validaron lo que ya teníamos en mente, sobre todo respecto a los factores de compromiso que implementar en la plataforma. También hemos validado que nuestro diseño es intuitivo, fácil de usar y que las personas mayores reconocen el valor de nuestra plataforma”, detalla Sara Conçalves.

Dos años para “conocer" la soledad

“Existen tantas soledades como personas, hay características y causas muy diferentes. Lo común la soledad es un sentimiento de aislamiento. Estar separado de los demás y al mismo tiempo con necesidad de relación”. Asegura Raquel Losada después de que la Fundación Intras lleve coordinando este proyecto durante dos años para conocer al detalle qué es y cómo se manifiesta la soledad. “Hemos querido conocer la soledad en primera persona, a través de las vivencias y la experiencia de las personas. Cómo se siente, qué le sucede y cuáles pueden ser las soluciones”.

En este sentido, la búsqueda de herramientas para combatir la soledad se ha realizado a través de retos y grupos de trabajo tanto con los propios mayores como con un panel de expertos. El resultado son las dos iniciativas: Actívate y Conéctate. Juntas suponen la forma tanto de diagnosticar posibles casos de soledad no buscada como la manera de escapar de ese fantasma silencioso que termina en el aislamiento social.

Este concepto innovador y colaborativo de MOAI Labs también está sirviendo para mejorar la atención a los mayores que sufren soledad no deseada en todos los socios del proyecto. Uno de ellos es la Consejería de Familia de la Junta de Castilla y León que en los últimos años está desplegando nuevas políticas dirigidas específicamente a combatir la soledad en mayores. Un problema que se agrava en comunidades autónomas envejecidas como esta. Uno de cada cuatro habitantes de Castilla y León son mayores de 65 años y la mitad viven en el mundo rural. Según fuentes de la Consejería de Familia lo que se pretende es un modelo de atención en red que incluye programas de ayuda a domicilio, un nuevo modelo de atención residencial y nuevas tecnologías al servicio de los cuidados como la teleasistencia avanzada.

Destaca otra propuesta innovadora basada en la tecnología llamada “Viviendas en red” que está desarrollando la Junta de Castilla y León. Se trata de crear casas inteligentes, inclusivas y confortables con una combinación de sistemas de inteligencia artificial y emocional para mejorar la atención y las relaciones de los mayores solos sin que tengan que abandonar su hogar.