El dibujo electoral de Vox en Murcia y sus cuentas pendientes para ser primera fuerza

Vox quiere resurgir tras meses a la baja. El partido levanta ligeramente la cabeza en las encuestas y hace muy poco exhibió músculo en Colón, a pocos metros de la calle Génova, para recordar que sigue ahí. El primer objetivo para recobrar fuerza son las elecciones autonómicas y municipales de mayo, y muchos ojos siguen clavados en Murcia. La región fue un importante granero de votos para los de Santiago Abascal en las últimas generales, como fuerza más votada, y quieren exportarlo a nivel regional. Desde entonces y hasta ahora también tuvieron sus idas y venidas en la comunidad. Pero, poco a poco, ultiman sus fichajes y movimientos con una idea compartida con otros territorios: entrar en el Gobierno.

Los últimos pasos tienen que ver con la designación del candidato a la alcaldía de Cartagena, donde hace mucho que tantean algunos nombres conocidos. Entre los más sonados estaba el del presidente de la patronal hostelera (Hostecar), Juan José López, al que hace apenas un mes designaban para coordinar a Vox en la ciudad portuaria. Pero López terminó echando el freno de mano y abogó por quedarse en la organización empresarial. Ambos cargos simultáneamente podían ser incompatibles. De manera casi paralela, Vox tocó a un banquero de renombre en Cajamurcia, Diego Salinas, que se afilió al partido a 10 meses de las autonómicas y locales. Finalmente, él fue el elegido definitivo para la segunda localidad más poblada de la Región de Murcia. La formación lo confirmó recién entrado 2023. Como guinda, la escritora cartagenera Lola Gutiérrez será otro de los perfiles estrella para las listas. Pero la gran apuesta es otra: la Asamblea regional.

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Tras meses en silencio, Vox confirmó un secreto a voces. José Ángel Antelo será su candidato para disputar la presidencia autonómica a Fernando López Miras. Antelo era conocido por ser jugador profesional de baloncesto. Pero desde 2020 ejerce como líder regional del partido. También es concejal en el Ayuntamiento de Murcia, donde pronto cederá el testigo a otro nombramiento reciente. Apenas unos días antes de que el Comité Ejecutivo Nacional le confirmara como número uno para las autonómicas, se conoció que el hasta ahora diputado nacional Luis Gestoso sería el próximo aspirante a la alcaldía en la Glorieta. Gestoso lleva desde 2019 en el Congreso de los Diputados y fue uno de los principales detractores de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) del Mar Menor, que pedía —y logró con su aprobación— dotar a la laguna de derechos propios. Ahora, vuelve a casa para dar la batalla en las municipales.

Aunque en un principio sonó para el cargo el vicesecretario de Organización de la dirección provincial, Rubén Martínez Alpañez —yerno del presidente de la Universidad Católica de Murcia—, él mismo nunca llegó a confirmar la noticia. Sí admitió en declaraciones a La Opinión de Murcia que la idea estaba sobre la mesa. Pero finalmente será Gestoso el que tratará de arrebatar la alcaldía al socialista José Antonio Serrano, que hace casi dos años entró aupado por Ciudadanos y Podemos en una moción de censura paralela a que los naranjas presentaron en la Asamblea regional. La primera prosperó. La segunda, no.

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El reto de Antelo

El transfuguismo en Ciudadanos acabó por dinamitarla en el Parlamento murciano y permitió a López Miras mantener el sillón tras un pacto para incluir a las disidentes en su Ejecutivo. Pero Vox también tiene sus propios retos internos que solucionar si quiere sacar al barón popular del Palacio de San Esteban. Cohesionar a un nuevo grupo, después de que el último quedara roto, será el principal objetivo con el que aterrizó a Antelo en la carrera autonómica. Y es que las escisiones en la dirección regional de la formación son de sobra conocidas. E incluso llegaron a los tribunales.

Desde que el partido expulsó a tres de sus cuatro diputados en la Asamblea —incluyendo a su única consejera en el Ejecutivo de López Miras, Mabel Campuzano—, todo dio un giro de 180 grados. Ocurrió en 2020 y se llevó por delante el carné de militante de Campuzano y dos de sus compañeros, Juan José Liarte y Francisco Carrera. El primero era el portavoz y el segundo el secretario primero de la Mesa, el órgano rector de la Cámara regional. La relación se resquebrajó cuando trataron de hacerse con el control de las cuentas del grupo parlamentario, borrando a dirigentes nacionales y despidiendo a varios trabajadores sin permiso de Madrid.

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Pero la Justicia terminó dando la razón a los díscolos y obligó al partido a readmitirlos. Hubo algo más. El Juzgado de Cartagena también cuestionó el proceso de primarias que colocó a los mandos de Vox a José Ángel Antelo. Y este, ahora, podría ser uno de los grandes escollos tras convertirse en aspirante a la presidencia de la región. El argumento jurídico que lo originó es que el exjugador de baloncesto fue el único candidato en presentarse después de que el partido expulsara a varios miembros. Por lo que, al no reconocer la Justicia estas salidas, tampoco concede que su elección no haya nacido viciada.

Otra de sus victorias hace un año fue integrar en sus filas a un ex alto cargo del Partido Popular en la comunidad, Alonso Gómez López. Había sido director general de Deportes y antes concejal por Cartagena con los populares, pero desde 2021 engrosa las listas de Vox. Ahora, es Antelo quien da el paso alzado por la confianza de su partido, tras mantenerse entre los pocos fieles a Abascal incluso después de la ruptura del grupo parlamentario.

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Objetivo: recuperar la Asamblea

El partido trata de reconstruir el desbarajuste que le estalló en el seno del poder autonómico hace meses. Si al principio eran dos facciones las que enfrentaban a Vox en Murcia —una, la que encabeza Antelo y es fiel a la dirección nacional y otra, la de los expulsados rebeldes— el dibujo terminó siendo mucho más difuso. Otro subgrupo se abrió de una grieta entre Campuzano, Liarte y Carrera cuando la primera acusó a los otros dos de aislarla en la toma de decisiones y dijo recibir presiones por parte de sus compañeros para influir en su labor como consejera de Educación y Cultura. De hecho, esta última cartera la perdió en favor del titular de Presidencia, Turismo y Deportes, el popular Marcos Ortuño, tras el terremoto interno en el que se vio envuelta al destituir al director general del Instituto de las Industrias Culturales y las Artes, José Ramón Palazón Marquina. Palazón era muy cercano a Carrera y la consejera anunció su cese por falta de confianza y tras semanas denunciando injerencias por parte de sus compañeros.

Ante este escenario, Campuzano terminó saliendo del grupo parlamentario apenas un día después de que lo hiciese el único diputado que seguía siendo leal a Madrid, Pascual Salvador. Ambos se pasaron voluntariamente al Grupo Mixto, aislando así a Liarte y Carrera y dejando bajo mínimos la marca de Vox en la Asamblea. La norma es que un partido solo podrá tener espacio propio si goza de al menos tres diputados. Pero, al quedarse sin dos de sus cuatro parlamentarios, los números no daban y el grupo se disolvió. Ahora, todos están en el mixto, donde conviven miembros de Podemos, Ciudadanos —el ala impulsora de la moción de censura fallida a López Miras— y Vox.

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Para coser heridas y recuperar la fuerza perdida en el Parlamento, el destino más previsible para Antelo era encabezar una nueva cúpula regional en la Asamblea y disputar la presidencia al PP. De hecho, él mismo celebró la desaparición del grupo, pues creía que "se estaba usurpando el nombre de Vox de manera ilegítima y generando confusión". Si se observa con perspectiva, las convulsiones en Vox Murcia son casi una muestra a tamaño reducido del cisma que abrió en la dirección nacional la ruptura con Macarena Olona. Tanto es así que la exdirigente se dejó ver con Liarte y Carrera cuando se plantó en la ciudad para una conferencia en la universidad. Todos ellos representan el sector más crítico con Abascal.

Vox sabe que su continuidad como fuerza de peso ya no en Murcia, sino en el propio Congreso de los Diputados, depende en buena medida de salir airosos de la competición electoral de mayo. El partido anunció tras el verano que estaban ultimando candidatos autonómicos y locales para dar un golpe sobre la mesa tras estancarse en las encuestas.