El PP avisa de un año "difícil" para Feijóo por el dilema con Vox y la "resistencia" de Sánchez

El nuevo año depara a Sánchez y Feijóo una auténtica carrera de fondo en la que se juegan tanto su liderazgo como la hegemonía territorial de sus siglas. 2022 finaliza con el bloque de derecha e izquierda completamente enfrentados, mientras que el centro político que quería representar Ciudadanos está en vías de extinción. En el marco de las elecciones generales, todas las encuestas —salvo el CIS— dibujan una victoria clara de Alberto Núñez Feijóo, pero avanzan también que a Pedro Sánchez no le han pasado excesiva factura las reformas tan polémicas como la de la sedición, la malversación, la ley del solo sí es sí, o la reforma del Poder Judicial para impulsar a sus afines en el TC. "El año se le puede hacer muy largo y difícil a Feijóo", diagnostica un barón del PP.

Diferentes voces del partido advierten a Núñez Feijóo de que el año que comienza le puede dejar sin aliento ante un Sánchez que "ha demostrado una gran capacidad de resistencia". No en vano, el Gobierno intentó atar antes de Navidad sus reformas legislativas más polémicas, impulsando textos ómnibus en el Congreso para acelerar su tramitación. En Génova entienden que las encuestas no deben empezar a leerse hasta enero, cuando, a su juicio, comenzará a medirse el impacto real de la acción de Gobierno del Ejecutivo. Es el momento en que, al menos para el PP, comenzará una dura precampaña electoral en que cada gesto, cada error, y cada acierto se revisará al milímetro.

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Por ese motivo, sacan pecho de que el Tribunal Constitucional frenase la tramitación de la reforma judicial de Sánchez por la técnica legislativa empleada, una maniobra con la que el Ejecutivo pretendía forzar la renovación del órgano de garantías mediante un cambio tanto en la ley del Poder Judicial, que afecta al CGPJ; como en la del propio TC, con las que lograría un vuelco progresista en este último tribunal. El cambio resulta esencial para sentencias tan importantes como la de la ley Celaá, el aborto o la eutanasia, que aún siguen pendientes de veredicto. Pese al varapalo judicial, Sánchez puede seguir adelante con la reforma con otra fórmula legislativa, pero se vería obligado a aprobarlo a la vuelta de las vacaciones. Más cerca de las elecciones de mayo.

Fuera de los argumentarios oficiales, los populares asumen que incluso en medio de la mayor tormenta política de Sánchez, el impacto mediático no ha terminado de llegar a la ciudadanía ni se ha traducido en una excesiva merma electoral para el dirigente socialista. A partir del próximo año, auguran, el presidente del Gobierno "sacará la chequera" para abonar su permanencia en la Moncloa.

La rebaja del IVA en determinados productos básicos de la alimentación o la prórroga de los abonos ferroviarios gratuitos son algunas de las primeras medidas sociales que han asomado en la agenda del Ejecutivo. En el PP esperan que algunos asuntos polémicos, como la rebaja de la malversación, pase factura a la imagen del Gobierno. No en vano, desde la Moncloa ya se asume que la reforma, edificada con base en la desjudicialización del procés, puede traducirse en atenuantes de penas para otros políticos condenados por corrupción, al margen de los líderes independentistas, como está ocurriendo con la ley del solo sí es sí.

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"Sánchez es un jugador de baloncesto que, aunque vaya perdiendo diez cero y le queden 15 segundos de juego, se levanta y gana. Aunque le pises la muñeca, aunque le hagas la zancadilla, puede vencer", analiza un diputado popular, que advierte, como otras voces de la formación, que Feijóo no puede dar la partida por ganada, pese a que se presente a sí mismo como vencedor de las próximas elecciones generales. "En un año pueden pasar muchas cosas", justifican en la dirección del grupo en la Cámara Alta. Aconsejan a Feijóo andar con pies de plomo y, sobre todo, no engordar las expectativas de voto. Fue la estrategia que siguió Juanma Moreno en Andalucía. Ninguna información interna avalaba una mayoría absoluta y situaba el techo del andaluz en los 40 escaños. Finalmente, se hizo con 58 procuradores, una victoria abrumadora.

Los últimos sondeos manejados por Génova apuntan a que la ventaja de Feijóo sobre Sánchez se situaría hoy en los 4,4 puntos, con el PSOE cerca del 27% del voto y Feijóo superando el porcentaje del 31%. El análisis al que apuntan en la dirección del partido se aleja parcialmente de los datos que arrojan otros sondeos privados. El último Observatorio Electoral de IMOP-Insights para El Confidencial señala cómo el PP pierde fuelle respecto al sondeo anterior, y se sitúa en el 29,4% de intención de voto, mientras el PSOE resiste en el 27,2%. La encuesta muestra cómo el PSOE aprovecha el clima de fuerte polarización política y recorta distancias respecto a Feijóo, gracias al retroceso de Unidas Podemos.

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El examen del 28-M

Antes del gran duelo entre Feijóo y Sánchez, que salvo sorpresa no se producirá hasta final de año, los partidos deben enfrentarse al examen de mayo. El resultado de los comicios autonómicos y municipales definirá, en gran parte, el equilibrio entre bloques en la posterior pugna por la Moncloa. PSOE y PP plantean el duelo del 28-M desde visiones opuestas: mientras los populares presentan las primeras elecciones en 2023 como la "primera oportunidad" para expulsar a Sánchez de la Moncloa y decidir la gobernabilidad de España, los socialistas evitan en la medida de lo posible sacarlas del foco territorial. El PSOE es el que más se juega en mayo, con bastiones como Extremadura, Aragón, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana o Asturias en liza.

Para el PP, que solo abrirá las urnas en dos de sus comunidades autónomas —Madrid y Murcia—, lo que suceda el 28 de mayo puede condicionar las posibilidades de Feijóo de hacerse con el Gobierno de España. Y no tanto por los resultados que logren Ayuso y López Miras o los gobiernos autonómicos que logre arrebatarle al PSOE, sino más bien por la compañía que necesite para lograr tal hito. El partido da por asumido que el PP tendrá que pactar con Vox en muchos bastiones socialistas, también a nivel municipal, si quiere doblar el brazo a Sánchez. Lo que quiere evitar Génova son alianzas de Gobierno que emulen a la de Castilla y León, donde la coalición con los de Abascal está dando más de un dolor de cabeza al popular Alfonso Fernández Mañueco.

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Las fuentes consultadas apuntan que el resultado que logre el PP puede frenar la capacidad de influencia de la ultraderecha, como hizo Ayuso en Madrid en las últimas elecciones autonómicas. Pero asumen que "el mapa es muy grande" y que, por tanto, es posible no frenar esa posibilidad, por ejemplo, a nivel municipal. De lo que sí están seguros es de que el PSOE explotará ese escenario para desgastar a Feijóo, advirtiendo que él también firmará un acuerdo con Abascal para alcanzar la Moncloa. En este aspecto, hay división de opiniones en el primer partido de la oposición. Mientras algunos sectores apuestan por arrinconar en la medida de lo posible a Vox, otros exigen "naturalizar" esa sinergia. Las urnas definirán, definitivamente, la relación entre PP y Vox.