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Balaguer se ve con opciones de disputar la presidencia del TC a Conde-Pumpido
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El futuro del Constitucional

Balaguer se ve con opciones de disputar la presidencia del TC a Conde-Pumpido

La decisión adoptada por el Consejo General del Poder Judicial de proponer a María Luisa Segoviano da pie a la especulación y las cábalas y deja en el aire la decisión final

Foto: María Luisa Balaguer y Cándido Conde-Pumpido. (EFE/J.P. Gandul)
María Luisa Balaguer y Cándido Conde-Pumpido. (EFE/J.P. Gandul)
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Ha llegado el día de después. Superado el bloqueo en la renovación del Tribunal Constitucional, la mayoría progresista en el órgano de garantías es ya un hecho oficial que se prolongará varios años. Pasados los primeros trámites, será momento de que los magistrados, nuevos y antiguos, decidan por mayoría quién ocupará la presidencia del TC. Pese a que nunca se ha postulado de forma pública, todas las quinielas apuntan a Cándido Conde-Pumpido. Sin embargo, la progresista María Luisa Balaguer cree tener aún opciones para ocupar esa plaza y, según confirman fuentes jurídicas, mantiene su aspiración de convertirse en la segunda mujer que dirija la institución.

La decisión adoptada por el Consejo General del Poder Judicial de proponer a María Luisa Segoviano da pie a la especulación, las cuentas y las cábalas. Segoviano es progresista, pero fue propuesta por los conservadores del Consejo, que han demostrado un especial celo en tratar de esquivar candidatos que pudieran favorecer un ascenso de Pumpido. Gran parte de su rechazo frontal al magistrado José Manuel Bandrés se debía a su cercanía al ex fiscal general del Estado y a la seguridad de para quién sería su voto.

Con las nuevas incorporaciones, los equilibrios del TC quedan en un 7 a 4 a favor de los progresistas. En los números por los que se decidirá la presidencia, cada voto suma. El presidente se elige en un pleno y mediante votación secreta, en la que los candidatos pueden votarse a sí mismos. En aplicación de las reglas impuestas en la ley orgánica, si en la primera ronda una persona reúne mayoría absoluta, es decir, la mitad más uno, se convierte de forma automática en el nuevo presidente.

Balaguer da por hecho que tendrá el apoyo de los cuatro conservadores que, en la misma línea de su sector en el Consejo, quieren cerrar la puerta a Pumpido. Este, por su parte, cuenta sobre el papel con el voto de sus compañeros Ramón Sáez Valcárcel e Inmaculada Montalbán; y de los dos propuestos por el Gobierno, Juan Carlos Campo y Laura Díez, que se presupone seguirán la línea oficial marcada por Moncloa. Lo que haga Segoviano será decisivo.

Foto: María Luisa Balaguer, en su despacho. (Cedida)

A partir de ese punto comienzan las cábalas. Numerosas fuentes jurídicas consultadas avisan de que la magistrada, que hasta hace poco ocupaba la presidencia de la Sala Cuarta del Supremo, no es de esas que se pliegan a consignas, sino más bien lo contrario. A la hora de analizar sus lealtades, hay opiniones para todos los gustos. Por ejemplo, muchos quitan peso a la intervención de los conservadores para su designación y apuntan que sin el apoyo unánime de los progresistas del Consejo no habría llegado a la presidencia. También mencionan el papel fundamental de Moncloa (e incluso de algunos destacados miembros del TC) en ese vuelco del CGPJ que, por tanto, sustentaría la tesis de un apoyo a Pumpido.

La apuesta de los conservadores

Otras fuentes mencionan la distorsión y anomalía que supondría que un sector mayoritario, ahora el de la izquierda, decidiera un puesto fundamental como es el de presidente, plegándose a los deseos de la minoría más cercana a la derecha. Por ello, una de las opciones más probables es que se celebre una reunión previa del grupo progresista en la que se apueste por un candidato único. "Siempre se ha hecho así, la mayoría elige al candidato a la presidencia y la minoría el candidato a la vicepresidencia", indica una de las personas consultadas. La imagen de desunión no sería tampoco deseable para inaugurar la nueva fase.

Foto: María Luisa Balaguer y Cándido Conde-Pumpido. (EFE/J.P. Gandul)

Sin embargo, hay quien ve factores que pueden favorecer a Balaguer en sus pretensiones. La catedrática malagueña gusta a un sector de la izquierda que no duda en defenderla. Tampoco hay que despreciar su coincidencia ideológica con Segoviano, a la que no conoce, pero con la que comparte la firme defensa del feminismo y, con ella, de la normalización de que sean las mujeres las que ocupen las más altas responsabilidades, con instituciones del peso del TC a la cabeza.

En caso de que el pleno clave se celebre sin que los progresistas hayan decidido previamente, todas las opciones están aún abiertas. Las reglas que impone la ley también aclaran cómo se debe proceder en caso de empate. Si Segoviano prefiriera no inclinar la balanza ni a favor de uno ni del otro, será propuesto el de mayor antigüedad en el cargo y, en el caso de igualdad como el actual (ambos magistrados se incorporaron al TC a la vez), el de mayor edad, es decir, Pumpido.

Ha llegado el día de después. Superado el bloqueo en la renovación del Tribunal Constitucional, la mayoría progresista en el órgano de garantías es ya un hecho oficial que se prolongará varios años. Pasados los primeros trámites, será momento de que los magistrados, nuevos y antiguos, decidan por mayoría quién ocupará la presidencia del TC. Pese a que nunca se ha postulado de forma pública, todas las quinielas apuntan a Cándido Conde-Pumpido. Sin embargo, la progresista María Luisa Balaguer cree tener aún opciones para ocupar esa plaza y, según confirman fuentes jurídicas, mantiene su aspiración de convertirse en la segunda mujer que dirija la institución.

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