El Rey reclama "colaboración leal" de las instituciones para frenar la "erosión" del sistema
Felipe VI pide unidad y lealtad para superar la crisis institucional, así como medidas contra la inflación para los más vulnerables. Destaca la cumbre de la OTAN en Madrid y la Presidencia de la UE como hitos para nuestro país
Felipe VI se ha pronunciado de manera nítida, en su mensaje de Navidad, sobre la crisis institucional derivada —en última instancia— del intento de control político del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional. El Rey hizo un llamamiento general a la "responsabilidad" ante el choque frontal inédito entre los poderes del Estado —Gobierno, Cortes Generales, Consejo General del Poder Judicial— y el propio TC, producido esta misma semana, y que ha empantanado el debate público con referencias constantes y cruzadas entre los partidos sobre "golpes de Estado". A todos ellos reclamó que pongan fin a la "división", el "deterioro de la convivencia" y eviten la "erosión de las instituciones". Con tono grave, pidió que "reflexionen sobre las consecuencias que ignorar esos riesgos" tienen sobre nuestra democracia.
"Creo que, en estos momentos, todos deberíamos realizar un ejercicio de responsabilidad y reflexionar de manera constructiva sobre las consecuencias que ignorar esos riesgos puede tener para nuestra unión, para nuestra convivencia y nuestras instituciones", reseñó Don Felipe en su mensaje navideño, el noveno que pronuncia desde su proclamación en 2014, y que estuvo igualmente centrado en la guerra de Rusia en Ucrania, su cruel impacto para la población ucraniana y las graves consecuencias económicas y sociales para toda Europa, golpeada por la crisis energética.
El aldabonazo del Rey ante la preocupante deriva institucional española llegó apenas cinco días después de que el Tribunal Constitucional frenase —a instancias del grupo parlamentario del PP—, el debate y votación en el Senado de dos enmiendas de los grupos que conforman el Gobierno —PSOE y Unidas Podemos— para modificar las leyes orgánicas del Poder Judicial y del propio TC. Una intervención inédita que canceló el procedimiento utilizado por Moncloa para modificar leyes cruciales sin las garantías suficientes. En la medianoche del lunes, los presidentes del Congreso y del Senado, y el ministro de la Presidencia, salieron en tromba a discutir —previo acatamiento— la decisión del TC, defender su "autonomía" y anunciar recursos. El Ejecutivo cuestiona la legalidad de la actuación del alto tribunal y también su legitimidad, al considerar que está secuestrado por el PP, que bloquea desde hace cuatro años la renovación judicial. En paralelo, los grupos parlamentarios que sustentan el Gobierno han anunciado que registrarán otra proposición de ley para su tramitación urgente en el Congreso.
El jefe del Estado, siguiendo su papel de árbitro y moderador, se refirió de forma genérica, suprapartidista e integradora a la crisis para hacer un llamamiento a la "colaboración leal" entre las instituciones. "Instituciones que respondan al interés general y ejerciten sus funciones con colaboración leal, con respeto a la Constitución y a las leyes, y sean un ejemplo de integridad y rectitud. Y este es un propósito diario con el que las Instituciones debemos estar siempre comprometidas", repasó sin abandonar su posición de neutralidad pero con toda rotundidad.
"Las democracias en el mundo están expuestas a muchos riesgos que no son nuevos; pero cuando hoy en día los sufren, adquieren una particular intensidad. Y España no es una excepción. Pero hay tres sobre los que quiero detenerme porque me parecen muy importantes: la división es uno de ellos. El deterioro de la convivencia es otro; la erosión de las instituciones es el tercero", aseveró Felipe VI, quien expresó su preocupación por el enfrentamiento y la polarización política que permea en la sociedad. "Un país o una sociedad dividida o enfrentada no avanza, no progresa ni resuelve bien sus problemas, no genera confianza. La división hace más frágiles a las democracias; la unión, todo lo contrario, las fortalece. En España lo sabemos por experiencia propia", remarcó en el pronunciamiento navideño más duro hasta la fecha.
El Rey invocó el "espíritu" de la Transición que hizo posible la Constitución y reclamó defenderlo frente a los riesgos que acechan a las democracias actuales, como los populismos, que no mencionó. "La referencia donde los españoles debemos seguir encontrando la unión que nos asegura estabilidad, cohesión y progreso (...) que nos garantiza una convivencia (...) que demanda anteponer la voluntad de integrar frente al deseo de excluir".
"No podemos dar por hecho todo lo que hemos construido. Han pasado ya casi 45 años desde la aprobación de la Constitución y claro que han cambiado, y seguirán cambiando, muchas cosas. Pero el espíritu que la vio nacer, sus principios y sus fundamentos, que son obra de todos, no pueden debilitarse ni deben caer en el olvido. Son un valor único en nuestra historia constitucional y política que debemos proteger, porque son el lugar donde los españoles nos reconocemos y donde nos aceptamos los unos a los otros, a pesar de nuestras diferencias; el lugar donde hemos convivido y donde convivimos en libertad", aseveró.
Crisis energética e inflación
La primera mitad del mensaje de Nochebuena se centró sobre la guerra de Rusia en Ucrania y sus consecuencias desastrosas para la población ucraniana y para toda Europa. El Rey dirigió una afectuosa mención a los "ucranianos refugiados en nuestro país y a todos sus compatriotas" y manifestó el compromiso de España con el resto de los aliados de la OTAN para el refuerzo de la capacidad de defensa colectiva, que ha llevado al Gobierno de Pedro Sánchez a un incremento récord de los Presupuestos de Defensa este año. "Nuestra seguridad también se ha visto afectada" por la invasión de Putin, recalcó. Felipe VI hizo alusión a la importancia de la cumbre de la OTAN celebrada los días 29 y 30 de junio en Madrid —"sirvió para reforzar la unidad de todos los miembros de la Alianza, y también de la Unión Europea"— y de hecho se incluyó para la grabación del mensaje de Navidad una fotografía enmarcada de la cena ofrecida por los Reyes a las delegaciones de jefes de Estado y de Gobierno asistentes a la 32ª Cumbre de la OTAN, en el Palacio Real de Madrid.
Don Felipe se detuvo en el "profundo impacto" económico y social motivado por la crisis energética que lastra gravemente la industria, el comercio, el transporte y "particularmente" a las "economías familiares" por la subida de los precios de los alimentos, la calefacción, la luz o la gasolina. Para las familias más vulnerables, reclamó el "apoyo continuo de los poderes públicos" para paliar sus efectos.
"La subida de los precios, especialmente de los alimentos, provoca inseguridad en los hogares. Tener que hacer frente a gestos cotidianos, como encender la calefacción o la luz o llenar el depósito de gasolina, acaba siendo una fuente de preocupación e implica —en muchos casos— importantes sacrificios personales y familiares", recalcó consciente de la enorme "preocupación e incertidumbre" que invade muchos hogares españoles. Acto seguido, expresó su confianza en que la situación mejorará. "No podemos renunciar a que las cosas puedan cambiar y mejorar", afirmó. "Debemos tener confianza en nosotros mismos, como Nación", apuntaló, recordando que el país ha vivido una gran transformación y modernización en las últimas cuatro décadas, y ha superado otras crisis económicas, sociales o institucionales que hemos vivido; la más reciente, la del covid.
Presidencia de turno española de la UE
Felipe VI subrayó en su discurso el compromiso de España con Europa y se mostró seguro de que este "quedará reforzado" con la Presidencia rotatoria de la Unión, que Pedro Sánchez asumirá durante el segundo semestre de 2023. Aludió, en este sentido, al papel de España en la toma de decisiones comunes para hacer frente a los desafíos, en un año en el que nuestro país ha asumido una función protagonista tanto en el diseño de los fondos europeos como en las soluciones para la crisis energética. "Lo que se decide cada día en la Unión afecta —y mucho— a la vida cotidiana de todos los españoles. Esa es la realidad. Somos Europa, pero también necesitamos a Europa, que es nuestro gran marco de referencia político, económico y social y que, por ello, nos ofrece certeza y seguridad. Estoy seguro de que el compromiso de España quedará reforzado con la Presidencia rotatoria de la Unión, que asumirá el año que viene", destacó.
"Decía al comienzo que vivimos tiempos, sin duda, de incertidumbre. Pero si el éxito de una nación depende del carácter de sus ciudadanos, y de la personalidad y el espíritu que mueve a su sociedad, debemos tener razones para mirar al futuro con esperanza. Somos una de las grandes naciones del mundo, con muchos siglos de historia, y los españoles tenemos que seguir decidiendo todos juntos nuestro destino, nuestro futuro. Cuidando nuestra democracia; protegiendo la convivencia; fortaleciendo nuestras instituciones", concluyó.
Otros detalles de la felicitación
El mensaje de Navidad del Rey se grabó en el salón de Audiencias del Palacio de La Zarzuela, ha durado 11 minutos y 38 segundos (1.446 palabras) y en la despedida, como siempre, ha habido felicitación en las lenguas cooficiales. El jefe del Estado vestía traje azul marino, camisa celeste y corbata granate con rayas cruzadas.
A la derecha de don Felipe se podía ver una fotografía enmarcada de la cena ofrecida por los Reyes a las delegaciones de jefes de Estado y de Gobierno asistentes a la 32ª Cumbre de la OTAN, en el Palacio Real de Madrid, además del árbol de Navidad. A la izquierda del monarca, se situó el Misterio con el nacimiento del Niño Jesús, la Virgen María y San José, de la colección privada. En las paredes colgaban dos cuadros habituales en la Sala de Audiencias de la Colección de Patrimonio Nacional de temática mitológica.
Felipe VI se ha pronunciado de manera nítida, en su mensaje de Navidad, sobre la crisis institucional derivada —en última instancia— del intento de control político del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional. El Rey hizo un llamamiento general a la "responsabilidad" ante el choque frontal inédito entre los poderes del Estado —Gobierno, Cortes Generales, Consejo General del Poder Judicial— y el propio TC, producido esta misma semana, y que ha empantanado el debate público con referencias constantes y cruzadas entre los partidos sobre "golpes de Estado". A todos ellos reclamó que pongan fin a la "división", el "deterioro de la convivencia" y eviten la "erosión de las instituciones". Con tono grave, pidió que "reflexionen sobre las consecuencias que ignorar esos riesgos" tienen sobre nuestra democracia.