Sánchez acusa al PP de "enmudecer" al Parlamento y Feijóo le pide que convoque elecciones

La ruptura total entre Sánchez y Feijóo ha quedado patente en su último debate del año en el Senado. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tratado de rehuir el debate territorial y de las alianzas con el independentismo, señaladas por el líder de la oposición, para entrar de lleno en la paralización por parte del Constitucional de la reforma del poder judicial al aceptar el recurso de amparo del PP. Una decisión que vinculó a “los poderes ocultos" que "le acompañan a usted y su partido”, espetó a Feijóo, al que descalificó por “quitarle competencias que le había dado la Constitución a las Cortes”. En esta línea, acusó a Feijóo en varias ocasiones de haber "llegado demasiado lejos", pero aseguró que “a pesar de que intenten que el Parlamento no hable, ya les garantizo que va a hablar alto y claro”.

El jefe del Ejecutivo ha llevado el debate a este terreno, bajo el argumento de que los populares están situándose fuera del marco constitucional. Principalmente, según subrayó Sánchez, por no aceptar el mandato de las urnas y mantener bloqueada la renovación de los órganos constitucionales. En este punto, Sánchez elevó el tono para incidir que con los recursos al Tribunal Constitucional “con una mayoría conservadora y mandato caducado” buscarían por parte del PP “recortar derechos por la puerta de atrás”, e insistió en que su maniobra en el órgano de garantías ha privado a las Cámaras de "proponer, debatir y legislar".

El líder del PP utilizó su turno de palabra para retratar, de nuevo, las "promesas incumplidas" de Sánchez por perfeccionar a lo largo de la legislatura, pero especialmente en los últimos meses, su "manual de obediencia al independentismo", con la eliminación del delito de sedición y la eliminación de las penas a malversadores públicos, a "corruptos", resumió. "El señor Pedro Sánchez Pérez Castejón de 2019 no votaría al señor Pedro Sánchez Pérez Castejón en 2022", reiteraba Feijóo, que exigió al líder socialista que, efectivamente, dejase hablar al Parlamento, pero "de verdad y en las urnas. "Convoque usted elecciones, y hablaremos de verdad, sin límites".

"Es evidente que tienen tanta credibilidad como rigor en su técnica legislativa", cuestionaba Feijóo, recordando al principio de su intervención que Sánchez prometió en campaña que tipificaría en el Código Penal la convocatoria de referéndums ilegales y que no tocaría el delito de sedición -y mucho menos el de malversación-. En este contexto, el líder de la oposición dio por hecho que el Gobierno convocará una consulta en Cataluña antes de que acabe la legislatura. "Antes de que diga que sí, ellos ya están haciendo otra propuesta. Y no pasa nada, porque las bancadas socialistas le aplauden incondicionalmente", remachaba. "No se crea que los votantes del PSOE le van a seguir señoría. Ellos sí", señalaba Feijóo en ese momento a los senadores y ministros que acompañaban a Sánchez en la Cámara Alta, "pero los de la calle no", zanjaba.

Los dos líderes han mantenido este miércoles el último cara a cara del año, el más tenso de todos los debates que han disputado en la Cámara Alta desde que Feijóo se hizo con las riendas del PP. El clima es especialmente tenso. El PP cree que el "varapalo" del TC a Sánchez ha tensionado en exceso al Gobierno, porque retrasa la controvertida agenda legislativa del Ejecutivo relativa al Poder Judicial al próximo mes de enero, ya en el marco de la larga precampaña de las próximas autonómicas y muncipales, que Gobierno y partidos presentan ya como plebiscito entre democracia y dictadura. El PSOE acusa a Génova de "tensionar hasta el límite las instituciones democráticas", mientras el PP devuelve el golpe y celebra que el Estadode Derecho haya "doblado el brazo" a Sánchez en su "deriva totalitaria".

El debate en el Senado ha coincidido con el anuncio del Gobierno de impulsar una reforma 'exprés' en la Cámara Baja para aprobar la reforma de la ley del Poder Judicial y del TC -con la que pretenden, en última instancia, forzar un vuelco del bloque progresista en el órgano de garantías-. La proposición de ley seguirá el trámite de urgencia y, en este caso, el PP no tratará de frenar su tramitación pese a no contar con los "informes preceptivos" porque es un mecanismo "legal". Con esta maniobra, el Gobierno convertirá en ley las dos enmiendas paralizadas por el Tribunal Constitucional, que habían sido introducidas a una iniciativa legislativa independiente: la que pretende una reforma de la ley orgánica del Código Penal para eliminar el delito de sedición y rebajar el de malversación.