El PP espera un cara a cara de alto voltaje en el Senado: "Sánchez vendrá con la navaja"

El cambio de liderazgo en Génova, consumado el pasado mes de abril, no ha traído consigo una relación más amable con la Moncloa. Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo buscaron "acuerdos de Estado" y solo encontraron hostilidad. Pero pese a los desencuentros de los últimos meses, su relación nunca había estado tan deteriorada. Tan hecha añicos. La decisión del Tribunal Constitucional de admitir el recurso de amparo del PP y paralizar la reforma judicial del Ejecutivo, con la que este pretendía acelerar el vuelco progresista en el propio órgano de garantías, ha situado a ambos líderes en posiciones irreconciliables. La ruptura es total. Y ese será el marco en que ambos volverán a verse las caras en el Senado. Este miércoles, los dos líderes se enfrentarán en un debate de alto voltaje, el último del año.

Diputados, senadores y cargos populares celebran la "hábil" maniobra jurídica de Feijóo, pero piden a su líder mantener la "mesura" y "no caer en las provocaciones de Sánchez". Las voces consultadas, experimentadas en el debate parlamentario, apuestan a que el presidente del Gobierno vendrá "con la navaja" a su último cara a cara antes de que termine el año. En el PP, ven a Sánchez "especialmente irritado" después del castigo del Tribunal Constitucional, cuya resolución obliga al Ejecutivo a impulsar otra reforma exprés independiente para desbloquear el TC antes de final de año. La proposición de ley para reformar el Código Penal —eliminará el delito de sedición y rebajará la pena por malversación— se votará este jueves en el Senado, pero sin las dos enmiendas relativas al Poder Judicial.

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En el equipo del líder nacional, recogen el guante. La intención de Feijóo es no salirse del camino que él mismo marcó el lunes ante la Junta Directiva Nacional —en la que solicitó no "elevar el tono" ni "rebajarse a la altura de Sánchez"— y que reiteró el martes en una comparecencia urgente en Génova, cuando instó a Sánchez a "rebajar la escalada verbal" contra el PP y contra los jueces. El líder de la oposición quiere que su último discurso del año frente a Sánchez destile moderación frente al "temerario" argumentario del Ejecutivo. En las últimas horas, diferentes miembros del Gobierno, incluido el propio Sánchez, han azuzado con la idea del "golpe" a la "soberanía parlamentaria", alimentando la tesis de la ilegitimidad de un Tribunal Constitucional "caducado" que ha frenado por primera vez en democracia un trámite parlamentario.

"Intentará convencer de que el Partido Popular es golpista para afianzar ese voto ideologizado de la izquierda", sostienen en la dirección popular, donde aseguran que la idea de Feijóo pasa por "esquivar" esa "agresión" presentando como hechos objetivos lo sucedido en los últimos días. En el PP, no esconden su satisfacción por lo que consideran una "victoria política y jurídica" que no solo "pone a Sánchez frente al espejo", sino que acerca, "al menos unos días más", a las elecciones de mayo un controvertido trámite judicial que el Ejecutivo "quería colar por la puerta de atrás" y en vísperas de Nochebuena para minimizar su posible factura electoral.

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Pero la estrategia de Génova pasa por no poner el sello del PP a ese fallo del TC. Entre otros motivos, fuentes populares opinan que Feijóo "no puede presentar ante Sánchez" lo ocurrido como "un éxito del PP" —aunque en privado considere que así es—, porque alimentará el relato de que PP y Vox "han capturado el Poder Judicial", como alientan desde diferentes sectores de la izquierda política. Medir la inflamación del discurso, según el análisis de Génova, es básico para controlar también el impacto en la calle. Un excesivo ruido, entienden, no aporta ningún rédito electoral. "Al final, ¿qué es lo que llega a la gente de todo el lío? Solo que parece que nos estamos pegando por los jueces... otra vez", analiza un senador popular.

El éxito de su recurso de amparo en el Tribunal Constitucional tiene una segunda derivada para el PP. A juicio de fuentes de la dirección, la maniobra ha desactivado también al competidor situado a su derecha. Vox siguió la estela de Feijóo presentando su particular recurso de amparo al TC un día después de que lo hiciesen los populares. Este martes, Santiago Abascal ha anunciado que se querellará ante el Supremo, una estrategia que en el PP califican de "ruido" porque "no tendrá recorrido". Entienden los populares que Feijóo "les ha ganado en su terreno", en alusión a la frecuencia con que Vox recurre al TC la agenda legislativa del Gobierno. "A Sánchez se le gana con inteligencia política, no con visceralidad", recetan.

Sánchez no hablará con Feijóo

En el ámbito de la Moncloa, el enfado con Núñez Feijóo es mayúsculo. La paralización de su reforma judicial no sentó precisamente bien, un malestar que se materializó en la misma noche de la resolución del TC, en que se sucedieron las comparecencias de cargos socialistas para denunciar el "atropello democrático" pergeñado por el PP. Pedro Sánchez acudirá este miércoles a la Cámara Alta con la máxima de que no hay vuelta de hoja en su ruptura con el líder del PP, al menos "hasta que no cumpla la Constitución". Ni habrá contacto, ni habrá negociación. El Gobierno cierra, así, la puerta a intentar un nuevo desbloqueo del CGPJ con Génova.

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La ruptura de Sánchez es tal que incluso el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, se mostró el martes desconcertado en rueda de prensa ante las preguntas sobre una posible reunión entre Sánchez y Feijóo para retomar la renovación del Poder Judicial, el "pecado original" que ha derivado en el inédito choque institucional que se ha producido en las últimas horas. "Es un terreno baldío", "el líder de la oposición ya ha decidido". "El único pacto que le han dejado hacer es con la extrema derecha". La confrontación es total.

En la Moncloa, creen que los puentes están completamente rotos con Génova. La "grave crisis institucional" en la que creen que se encuentran por la intromisión del TC en una tramitación parlamentaria, de la que responsabilizan directamente al PP, no provocará una llamada entre los líderes de los dos grandes partidos. Más bien, apagarán los teléfonos.