Cómo acabó Miguel Ricart en un narcopiso de Barcelona: de un tren a Francia a un edificio okupado en Madrid

Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona han detenido este martes en un narcopiso del barrio del Raval, en Barcelona, a Miguel Ricart, de 53 años.

El único condenado por el triple crimen de Alcàsser ha vivido prácticamente en el anonimato desde el 29 de noviembre de 2013, cuando salió de la cárcel tras la suspensión de la denominada doctrina Parot. En enero de 2021, fue localizado en un edificio okupado del barrio de Carabanchel (Madrid), en una identificación rutinaria policial, según informó La Vanguardia, aunque no fue detenido al no tener ninguna cuenta pendiente con la Justicia.

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Antes de aparecer en Madrid, apenas hay constancia de su paradero. Tras abandonar la cárcel de Herrera de la Mancha en 2013, Miguel Ricart cogió un tren en un pueblo de Ciudad Real para desplazarse a Jaén, concretamente a Linares, en donde hizo sus primeras declaraciones en libertad, según aseguró el diario Las Provincias. En este tren viajaban dos policías que le seguían para saber cuál iba a ser su paradero. Apenas unas horas después, se tiene constancia de que Ricart estuvo en Madrid, donde llegó gracias a dos reporteras de una productora, de acuerdo con el periódico valenciano.

Posteriormente, Ricart apareció en Córdoba, estuvo unas horas en Valencia y viajó a Girona, donde intentó renovar su DNI, aunque no lo logró en ese momento al no tener cita ni la documentación necesaria. El 12 de diciembre de ese mismo año, apenas 15 días después de haber salido de la cárcel, el exconvicto se subió a un autobús en dirección a Francia y regresó varios días después, según pudo constatar El Punt Avui.

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Desde aquel momento, el paradero de Ricart ha sido una incógnita. En 2021, esta situación cambió cuando las autoridades le encontraron por casualidad en el citado barrio madrileño. Un año después, ha vuelto a aparecer en Barcelona, donde ha sido detenido en una operación policial conjunta entre los Mossos y la Urbana, en que se ha realizado una entrada y registro, con orden judicial, en un piso donde se traficaba con drogas.

Desde la Guardia Urbana, apuntan que el cuerpo ha creado en los últimos tiempos un equipo específico para atajar el problema de los narcopisos en Barcelona y que ha sido por el trabajo de esta unidad que se ha procedido a la detención de Ricart. Estas fuentes inciden, a la espera de que avance la investigación, en que estas viviendas suelen estar coordinadas por mafias y que estas sitúan a un encargado al frente de las mismas que carece de rango de responsabilidad en la propia organización.

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La detención de Miguel Ricart se produce un mes después de que el Juzgado de Instrucción número 6 de Alzira, que dirige la investigación de la pieza separada del caso Alcàsser que permanece abierta, haya ordenado o autorizado varias pruebas de restos hallados en la fosa donde fueron enterradas las tres menores tras ser asesinadas.

Las peticiones han partido de la Asociación Laxshmi para la lucha contra el crimen —que ejerce la acción popular—, que ha solicitado al juzgado que dé un impulso procesal al caso.

Ricart fue el único procesado, mientras que Antonio Anglés todavía es buscado por los asesinatos de Toñi, Miriam y Desirée, cuyos cuerpos fueron hallados semienterrados en enero de 1993 —hará pronto 30 años— en un paraje montañoso de la localidad de Tous.