¿Quién quiere ser presidente? Un 'think tank' liberal convertido en 'reality' para extirpar el sanchismo

Telecinco estrenó este lunes un reality en el que una veinteañera de nombre Sheila asegura haber triunfado en todo en la vida menos en el amor (privilegiada ella), así que se dispone a encontrar maromo para toda la vida entre unos cuantos aspirantes. Pero un par de horas antes, en un club privado del madrileño barrio de Chamberí, se daban cita otro tipo de aspirantes.

El reality se llama Moción de censura, el musical y ha reunido a personas a las que les une el odio por el presidente del Gobierno y “sus tropelías”: Santiago Abascal, Inés Arrimadas, Cayetana Álvarez de Toledo, Carlos Adanero, Albert Rivera, Begoña Villacís,y unos cuantos más que les contaré en párrafos posteriores. ¿La excusa? La presentación del think tank Pie en Pared, presidido por Juan Carlos Girauta.

Presentó el acto Marcos de Quinto, que advirtió a los presentes de que la institución/asociación es una cosa modesta, así que nada de vino españolazo al final. El que quiera beber, que se lo pague. Alguna sonrisa tímida al escuchar sus palabras. “Estáis invitados… a quedaros”, dijo el expresidente de Coca-Cola España y exdiputado de Ciudadanos.

La buena noticia, dijo, era ver a la gente congregada este lunes posterior al puente de diciembre, a pesar de las “ausencias justificadas”. La imprecisión se quedó ahí, así que hagan ustedes sus apuestas. Yo me limito a contar lo que vi con estos ojitos miopes que Dios me ha dado.

Y ahora, al turrón. De Quinto advirtió del objetivo de Pie en Pared: "Contra la hegemonía de la izquierda, con un discurso sólido y académico"

El salón congregó a gente estupendamente vestida, salvo algún jersey hecho con tricotosa y combinaciones de americana y camiseta que siguen sin convencerme. Mucha corbata, traje bien planchado y mujeres perfectamente hidratadas. También cierta juvenalia en busca de trabajo y foco, que no paguita, que eso es cosa de las izquierdas.

Y ahora vamos a nutrir la lista de asistentes: Fran Hervías, Iván Espinosa de los Monteros, Miguel Gutiérrez, Sánchez Dragó, Jesús Cacho y Alfonso Rojo. Un puñado de currantes tomando notas. Gente que se saluda con el nombre de pila y que deben ir de sarao en sarao de este tipo, aunque esta vez se quedaran sin canapé.

Y ahora, al turrón. De Quinto advirtió del objetivo de Pie en Pared: “Contra la hegemonía de la izquierda, con un discurso sólido y académico”. Yo ya he escuchado muchas veces las cosas que se han dicho en esta presentación, aunque sus promotores juren por la gloria de sus madres y de la mía que están silenciados por ser políticamente incorrectos y porque hoy a la mínima te llaman facha, nazi y machista. Esta es una cosa que igual habría que matizar, porque a muchas de estas personas las sigo, las escucho y digamos que calladas no están. Lo de los insultos, qué quieren que les diga, o te llaman nazi o feminazi. A todas nos ha pasado.

Pero el caso es que la izquierda no solo hunde la economía, sino que asalta las instituciones y la palabra empresario siempre tiene connotaciones negativas. Basta con ver a Antonio Recio, el pescadero de La que se avecina, o a Mauricio Colmenero en Aída. En vez de hablar de, por ejemplo, un liberado sindical. Lo de llamar pescadero a Antonio Recio, por cierto, desprende un profundo desconocimiento de la serie. Antonio Recio Matamoros lleva diciendo que es mayorista y no limpia pescado desde hace 12 temporadas.

Intervinieron Esperanza Aguirre, Miguel Ángel Quintana Paz, Alfredo Timmermans, José María Rojas, Daniel Lacalle, Cristina Casabón, Alejo Vidal-Quadras y el propio Girauta, que cerró el acto con una declaración de intenciones. No basta con hacerle una moción de censura a Sánchez, sino que hay que convocar una huelga general y aplicar el artículo 102 de la Constitución española. “Este en un proyecto ambicioso que quiere arrebatar la hegemonía cultural de la izquierda, pero no para que se imponga la derecha, sino la democracia liberal”, dijo.

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Les hago un poco el resumen de lo escuchado. Izquierda mal, lo liberal fetén. Se han cargado la educación fomentando el igualitarismo por abajo y el pedagogismo, les encanta victimizarse y colectivizarse. No permiten que se escuche al diferente porque a la mínima te insultan y luego te cancelan. Les gusta sustituir hechos por historias, maldito relato. Son moñas, eternos adolescentes, están dominados por las emociones, no hacen otra cosa que fomentar la autocensura, son Cuba, Corea del Norte y Venezuela.

Asomó en el acto no tanto un desconocimiento de la juventud como una endogamia muy propia de estos tiempos. Los jóvenes son tontos versus los jóvenes son inteligentísimos y aquí son bienvenidos. Mofas sobre el lenguaje inclusivo y un jardín quizás un poco innecesario acerca de lo trans. “Tened mucho cuidado con lo que decís, que igual no solo os cancelan, sino que os encarcelan, que es mucho más molesto”, dijo Vidal-Quadras. Qué risa.

A la salida, un señor muy mayor hablándole a otro de su quinta: “Mira, si no hay programa, si no dicen lo que van a hacer y se dedican a los discursos y las conferencias, pues que se reúnan, pero no sirve para nada”. Yo ya he contado lo que vi, pero es que el oído lo tengo mucho mejor que la vista.