Igualdad señala a la prensa por el solo sí es sí y pide "no hacer noticia" de las peticiones para reducciones de penas

La crisis desatada por las reducciones de condena a agresores sexuales en aplicación de la llamada ley del solo sí es sí sigue marcando la actualidad política en España. Las informaciones sobre nuevos casos en los que los agresores ven como su pena queda rebajada debido a esta razón siguen sucediéndose día tras día. El Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero se ha escudado en que no se trata de un error de la norma, sino de un problema de machismo en la judicatura. Este viernes, ha ido un paso más allá y ha señalado a la prensa por causar alarmismo, llegando a insinuar que no se informe de estas cuestiones.

La Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell ha llamado a "dejar de hacer noticia" de las revisiones que los abogados van a solicitar en las próximas semanas porque, tal y como ha señalado, estos lo hacen "de parte", igual que "en su día pidieron la absolución y ahora sus clientes están condenados", y, por el contrario, cree que esta información puede "alarmar mucho a las mujeres".

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Según ha indicado, las reformas del Código Penal tienen "siempre" un "periodo de adaptación que dura unas pocas semanas" y ha lamentado que, en este caso, se esté viviendo esto "con alarmismo", principalmente en el ámbito "comunicativo y social". Rosell dice que comprende la inseguridad que muestran las mujeres y las preguntas que se hacen los medios "cuando las sentencias y autos son tan dispares", pero ha insistido en que "esto es más habitual de lo que parece".

La cuestión está causando división dentro del Gobierno, donde desde el lado socialista se han censurado las críticas de Podemos y sus ministras a los jueces y abogados, pero también dentro del espacio de Unidas Podemos. La vicepresidenta segunda y teórica líder de los morados en el Ejecutivo ha guardado silencio en público durante tres días y no ha sido hasta este viernes cuando ha pronunciado sus primeras palabras.

La también ministra de Trabajo ha evitado seguir la línea dura de Irene Montero e Ione Belarra y ha apostado por la "prudencia" y por esperar a ver cómo se sigue aplicando y qué posición toma el Tribunal Supremo sobre una norma que tanto UP como el PSOE consideran positiva para la sociedad. Sus palabras, más cercanas a las del bloque socialista, no han sentado bien entre las filas de Podemos y el exsecretario general, Pablo Iglesias, ha cargado contra quienes se ponen "de perfil" cuando "machacan a una compañera". "No solo es miserable y cobarde, sino políticamente estúpido".