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El pulso Sánchez-Montero por la ley trans o la grieta insalvable para la coalición
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Nuevas fricciones en el Gobierno

El pulso Sánchez-Montero por la ley trans o la grieta insalvable para la coalición

El PSOE no retirará sus enmiendas y buscará el apoyo del PP para "retratar" a la titular de Igualdad si Podemos no cede. Con o sin ruptura, el pacto estaría muerto de facto

Foto: Irene Montero, Ione Belarra y Pedro Sánchez. (EFE/Emilio Naranjo)
Irene Montero, Ione Belarra y Pedro Sánchez. (EFE/Emilio Naranjo)
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La proximidad de las elecciones lleva a las quinielas sobre cuándo se romperá la coalición entre PSOE y Podemos. Cada partido mide en qué momento es más conveniente marcar perfil propio con un argumento que justifique la separación. La Ley Trans podría acabar siendo una buena coartada a futuro. La tensión del ala socialista del Consejo de ministros con Irene Montero es máxima. Ambas partes reconocen que se puede producir una "grieta definitiva". Podemos acudiría a las citas en las urnas con la bandera de la defensa del colectivo transexual frente a un PSOE preso del "feminismo más rancio". Los socialistas, por su parte, sopesan la sangría de votos que puede suponer entre las mujeres que les votan y el electorado de centro sucumbir ante Irene Montero.

Las enmiendas presentadas por socialistas y morados a la norma del ministerio de Igualdad serán el campo de batalla. Pedro Sánchez está dispuesto a aguantar el pulso con Podemos hasta el final, según fuentes del grupo parlamentario. "Negociaremos con nuestros socios, pero no las retiraremos si no hay acuerdo", aclara un diputado del PSOE que evidencia el malestar con los morados por intentar romper el bloque de la investidura. "Alardean de sumar más de 50 diputados, pero se olvidan de que nosotros tenemos 120", recuerda mientras bromea con la idea de que "son ellos los que nos tienen que hacer mucho la pelota".

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero, durante la sesión de control al Gobierno celebrada este miércoles en el Congreso. (EFE/Fernando Villar)
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La declaración hace referencia al órdago que lanzó esta semana Podemos. Se unió a Bildu, ERC, JxCAT, Coalición Canaria, Más País, BNG, PNV y Compromís para introducir vía enmienda en la Ley Trans puntos que en la negociación con el PSOE, para aprobarla en el Consejo de ministros, se habían eliminado. Entre los once cambios planteados, Irene Montero rescató que se pueda omitir en el Documento Nacional de Identidad la mención relativa al sexo y que los formularios incluyan la opción de no binarios. Además, reclaman que los tratamientos para los procesos de transición sean cubiertos por la cartera básica de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud.

El PSOE considera una "temeridad" intentar fracturar el bloque de la investidura y no se plantean dar marcha atrás en sus enmiendas, como les exigió en público Irene Montero. "Ellos pueden presentar cambios en la ley de Vivienda, pero ven desleal que hagamos nosotros lo mismo con la ley Trans". La reflexión es de un ministro que justifica la postura de los socialistas en la necesidad de "limar" aspectos del texto aprobado para evitar que el Tribunal Constitucional pueda tumbarlo ante un previsible recurso de Vox.

"El PSOE considera una "temeridad" intentar fracturar el bloque de la investidura y no se plantean dar marcha atrás en sus enmiendas"

Pese a que la titular de Igualdad pidió "no tocar el corazón de la ley", el PSOE endurece las condiciones para la autodeterminación. Entre las variaciones está que los menores de edad hasta 12 años necesiten una autorización judicial para modificar su sexo en el Registro Civil. Podemos lo considera un "recorte de derechos para el colectivo LGTBI" y se muestra tajante: "no cederemos". En el texto impulsado por Irene Montero se establece que entre 16 y 18 años podrán cambiar libremente su nombre y sexo; un trámite para el que requerirán de la autorización de sus progenitores, quienes tengan entre 14 y 16 años, mientras que para entre 12 y 14 años se necesitará un expediente de jurisdicción voluntaria.

Con los socios de la coalición en posturas de máximos se aventura una tortuosa negociación. Los socialistas están dispuestos a buscar al PP para sacar adelante sus enmiendas y "retratar a Montero". "A ver si se atreve a votar en contra de su proyecto estrella", se preguntan desde la bancada socialista. Para Podemos sería un varapalo que Sánchez se uniera a la formación de Alberto Núñez Feijóo en un tema como este. El Gobierno quedaría dividido y "tocado de muerte", reconocen.

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Chema Moya) Opinión

¿Y qué hará el PP? A priori quieren que sea el PSOE el que apoye sus enmiendas, pero priorizan que se dé voz a médicos, psicólogos y asociaciones cuya comparecencia han solicitado en el Congreso. "Hay que escuchar a la sociedad porque esta ley genera un importante rechazo", insisten fuentes del grupo popular. En Génova aclaran que no van a ser ellos quienes despejen la ecuación entre Irene Montero y Carmen Calvo, pero también irán valorando la estrategia según se vaya enconando la relación de los socios. Evidenciar la fractura del Ejecutivo es tentador, pero también consideran que posicionarse en frente de los socialistas les facilita "robarles" el voto de centro. La herida del Consejo general del Poder Judicial sigue abierta.

Moncloa vuelve a rescatar su teoría del "win, win". El análisis es que si el PP tumba las enmiendas y acaba saliendo adelante la Ley Trans de Podemos podrán culpar al partido de centroderecha de "renunciar a mejorar el texto". Esta teoría obvia que la norma que se debate en el Congreso ha salido del Consejo de Ministros, donde hay una mayoría socialista que dio luz verde al texto sin cuestionar su constitucionalidad. Unos y otros se posicionarán en función del rédito electoral.

La proximidad de las elecciones lleva a las quinielas sobre cuándo se romperá la coalición entre PSOE y Podemos. Cada partido mide en qué momento es más conveniente marcar perfil propio con un argumento que justifique la separación. La Ley Trans podría acabar siendo una buena coartada a futuro. La tensión del ala socialista del Consejo de ministros con Irene Montero es máxima. Ambas partes reconocen que se puede producir una "grieta definitiva". Podemos acudiría a las citas en las urnas con la bandera de la defensa del colectivo transexual frente a un PSOE preso del "feminismo más rancio". Los socialistas, por su parte, sopesan la sangría de votos que puede suponer entre las mujeres que les votan y el electorado de centro sucumbir ante Irene Montero.

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