El 80% de los votantes del PP rechazaba pactos con Sánchez, según sondeos internos

Entre las muchas derivadas que tiene la ruptura de la negociación para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) hay una en la que coinciden PSOE y PP: la campaña electoral para las municipales y autonómicas de mayo de 2023 ha quedado inaugurada. Unos y otros han encontrado un argumento en el que pivotar en los próximos días el desgaste del adversario. En la Moncloa explotarán al máximo que Alberto Núñez Feijóo no es un hombre de Estado porque incumple el mandato constitucional de desbloquear el máximo órgano de gobierno de los jueces y en Génova agitarán la rebaja de las penas por sedición bajo el argumento de que Pedro Sánchez está secuestrado por los independentistas.

El tiempo dirá a quién le da más rédito electoral el fracaso del acuerdo sobre la Justicia. ¿Pero qué piensan los votantes socialistas y populares? Los sondeos que han estado manejando en ambos partidos reflejan resultados totalmente opuestos, según ha podido saber El Confidencial. En el caso de los electores del PP, ocho de cada diez rechazan pactos con Sánchez. De ahí lo arriesgado de la decisión de Feijóo de dar luz verde a las negociaciones con el inquilino de la Moncloa. Los populares lo justifican en el sentido de Estado de su presidente, pero con estos datos sobre la mesa era muy difícil aguantar después de que el Gobierno sacase a pasear la reforma del Código Penal para rebajar las condenas por sedición.

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Las encuestas sobre intención de voto que se hicieron esos días, como el barómetro de este periódico, mostraban que el acercamiento al presidente pasaba factura a Feijóo. La dirección del PP veía con buenos ojos el salir del no de la etapa de Pablo Casado, pero pronto percibió que el desgaste de salir en la fotografía con Sánchez era mayor. El análisis mayoritario en la formación es que no se ha explicado bien, teniendo en cuenta la animadversión de los suyos por el sanchismo, por qué era necesario sentar al vicesecretario, Esteban González Pons, con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. "Es importante llegar a pactos, pero está claro que el partido antisanchista es más poderoso", reflexiona un fontanero del PP que espera que a corto plazo vuelva la tendencia alcista para los suyos en los sondeos.

La misma fuente lamenta que, al final, da la sensación de que es Isabel Díaz Ayuso la que ha marcado la pauta a Feijóo. "Debimos medir mejor los riesgos", insisten. Pese al varapalo, el ambiente en el partido es de unidad y entre los barones de "alivio". Los militantes eran muy críticos con dar oxígeno a Sánchez y valoran positivamente la rectificación de su líder.

Estos datos reflejan que el 65% del electorado socialista avala los acuerdos con los populares

El entorno de Sánchez hace la lectura la opuesta. Consideran que han noqueado a Feijóo y se ven en "plena remontada", según varios diputados consultados. El problema es que dinamitar el diálogo con el PP no es la mejor opción para la mayoría de sus votantes. Si en el caso del PP había sintonía entre el viraje de Feijóo y la opinión de su electorado, entre los que escogen la papeleta del puño y la rosa habría decepción si atendemos a los tracking anteriormente citados con los que se manejan en las tripas del PSOE. Estos datos reflejan que el 65% del electorado socialista avala los acuerdos con los populares.

La Moncloa ya tiene el guion escrito y la coartada para justificar una renovación unilateral del Tribunal Constitucional. Nombrará a sus dos vocales y elevará la presión al máximo para que el CGPJ haga lo propio con sus dos. Justificarán que el PP no les ha dejado otra opción. Donde habrá que trabajar más es en la imagen de cara a la Unión Europea. Son conscientes que Sánchez no puede asumir la presidencia de turno con el Consejo sin renovar, pero el precio pasaría por cambiar las mayorías parlamentarias de manera urgente y apoyarse en Podemos.

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Los morados salen bien parados del divorcio entre Sánchez y Feijóo. Su posición como socio sale reforzada. Habían sido marginados por el presidente. Entre los nombres acordados con el PP para el CGPJ no estaban las exigencias del socio de coalición. Tanto Victoria Rosell como José Ricardo de Prada habían sido descartados en aras del acuerdo. Ahora presionarán más para acelerar la tramitación de la ley trans, donde también se habían sentido ninguneados por el PSOE.

En el último mes, el discurso político se había centrado en el bipartidismo. Los cara a cara en el Senado nos devolvían a otra España que ha saltado por los aires. Los dos grandes partidos vuelven a poner en el foco a sus compañeros de bloque. El PP tiene más difícil marcar distancias con Vox. Habrá que esperar al resultado de las elecciones municipales y autonómicas para ver si se repite la geometría de Andalucía o, por el contrario, habrá más gobiernos como Castilla y León. Levantando un muro con Sánchez, el PP afianza a su electorado y cierra las fugas a Vox, pero también puede perder parte del centro y hacerse más dependiente de los de Santiago Abascal. Las tendencias en las encuestas dirán a quién ha beneficiado más la última crisis institucional.