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El problema del PSOE con su izquierda: "Podemos asume que gobernará la derecha"
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El problema del PSOE con su izquierda: "Podemos asume que gobernará la derecha"

Las tensiones entre Sumar y Podemos han aumentado esta semana y amenazan con llevar el espacio político al borde de la ruptura. Los enfrentamientos continuados están generando mucho hartazgo

Foto: Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. (Javier Lizón/EFE)
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. (Javier Lizón/EFE)
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Las filas socialistas están contentas con el regreso del PP a posiciones de confrontación, con la recuperación en las encuestas de Pedro Sánchez y con la posibilidad de volver a combatir la alianza entre los populares y Vox. Pero muestran preocupación por lo que está ocurriendo a su izquierda, porque el gran problema que tienen se llama Yolanda Díaz, que es una opción que no despega, aseguran fuentes socialistas. Y es relevante por los problemas que les causa en el interior del Ejecutivo la pelea entre la vicepresidenta y Podemos, pero también por lo que señalan las encuestas: el PSOE sigue necesitando un apoyo por su izquierda para repetir gobierno y no se percibe a estas alturas que el complemento de Sumar cumpla con su tarea.

Las cosas se han vuelto más complicadas esta semana. Las tensiones entre Díaz y Podemos están mucho más vivas, e incluso Iglesias lo ha verbalizado de manera expresa: Sumar e IU se han aliado contra Podemos. El motivo de la disputa fue la filtración de la candidatura de Victoria Rossell para el CGPJ, que pone de relieve una vez más el enredo de juego sucio y peleas internas en las que está situada la izquierda del PSOE.

"El Podemos de 2015 era el del 'sí se puede', ahora quiere conseguir sus objetivos mediante el victimismo"

Desde el espacio político favorable a Díaz insisten en que esas peleas cuentan con variables que van más allá de las personas: "Podemos parece haber renunciado a ganar y asume un escenario derrotista en el que van a gobernar las derechas. Por eso se repliega en una posición defensiva". Mientras los yolandistas asumen que hay partido y que se puede mantener el Gobierno, los de Iglesias prevén un futuro diferente, "y por eso buscan la cohesión interna". Un objetivo que intentan conseguir mediante el victimismo: "El Podemos de 2015 era el del sí se puede, mientras que hoy insiste en que 'lo importante es decir la verdad'; sigue principios inflexibles".

La segunda gran diferencia sería ideológica, ya que están apareciendo nuevas brechas en ese plano. Podemos se muestra como un partido más combativo, más de izquierdas, más guerrero dentro del Gobierno, y con una posición en lo internacional menos complaciente con la lectura oficial sobre la guerra de Ucrania. Sumar estaría anclado en una posición más moderada, que mezclaría los ribetes sindicalistas con el mensaje ecológico, y cuya relación con Sánchez y el PSOE es más fluida.

Una difícil ruptura

La suma de los factores personales, ideológicos y electorales parece estar llevando al espacio político al borde del cisma. Esta semana, una vez más, se han vuelto a causar heridas profundas; la relación aparece lo suficientemente enquistada como para que no resista el siguiente embate. Según fuentes de IU, es algo que difícilmente ocurrirá, ya que ninguno de los participantes puede jugar cartas alternativas, al implicar la ruptura entre ellos el fin de la coalición gubernamental: "Ni Díaz ni Podemos pueden salirse del Gobierno. La primera, porque Sumar no podría existir si deja de ser vicepresidenta, e Iglesias, aunque juegue a ser más libre al tener la marca Podemos, tampoco cuenta con fuerza fuera".

"Las demostraciones de fuerza que estamos viendo últimamente tienen como objetivo llegar a acuerdos posteriores"

No obstante, la versión más aceptada en este espacio político es que una separación futura es posible, pero no probable: "Ahora hay demostraciones de fuerza que tienen como objetivo llegar a acuerdos posteriores". Si se tensa en exceso la cuerda, la ruptura puede producirse, pero en ese caso no sería a causa de posicionamientos electorales ni ideológicos: "Ni Errejón es verde, porque no está convencido del programa ecologista, ni Iglesias es el Che Guevara, ni Díaz una posmoderna".

La disputa por el poder

Lo que queda, pues, es otra cosa. Como señalan fuentes de la formación, "las diferencias ideológicas no son más que una excusa; se está peleando por el control del espacio". Las ideas políticas son instrumentales para ese objetivo. Sus posiciones no están tan alejadas, es solo que "Podemos utiliza aquellas que creen que son las mejores para disputarle el poder a Díaz". Tampoco desde Sumar perciben esas diferencias que podrían llevar a la izquierda a dividirse entre un partido rojo y otro verde. No creen que las opiniones diferentes sobre la guerra tengan recorrido ("en la sociedad española, las posiciones que ven con simpatía o condescendencia a Rusia son marginales"), ni que Sumar sea un partido verde a la manera germana: "Ellos no tienen una relación tan estrecha con los sindicatos y las políticas laborales y sociales como nosotros".

De fondo, sin embargo, se están generando varios tipos de hartazgo. En el interior de este espacio político es evidente, porque los enfrentamientos personales se suceden e irán a más. Los socialistas, por otra parte, comienzan a ver a su izquierda como un problema de difícil solución, que puede ser mucho más una rémora que una ayuda para mantener el poder. Pero quizá el elemento más significativo sea el social: la izquierda que emergió tras el 15-M está retransmitiendo su agonía a golpes. Las próximas elecciones generales pueden ser la de su estertor definitivo, y en este momento de urgencia, con problemas políticos y económicos de primera magnitud, están anteponiendo la subsistencia personal y las luchas por el poder a las posiciones políticas y a las visiones de futuro, lo que inevitablemente mina su aceptación social.

Las filas socialistas están contentas con el regreso del PP a posiciones de confrontación, con la recuperación en las encuestas de Pedro Sánchez y con la posibilidad de volver a combatir la alianza entre los populares y Vox. Pero muestran preocupación por lo que está ocurriendo a su izquierda, porque el gran problema que tienen se llama Yolanda Díaz, que es una opción que no despega, aseguran fuentes socialistas. Y es relevante por los problemas que les causa en el interior del Ejecutivo la pelea entre la vicepresidenta y Podemos, pero también por lo que señalan las encuestas: el PSOE sigue necesitando un apoyo por su izquierda para repetir gobierno y no se percibe a estas alturas que el complemento de Sumar cumpla con su tarea.

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