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Los jóvenes de la despedida desalojados del AVE: "Había siete grupos. No somos vándalos"
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Condenados a pagar 7.600 euros

Los jóvenes de la despedida desalojados del AVE: "Había siete grupos. No somos vándalos"

“No les faltamos al respeto a otros pasajeros, algunos estaban ahí tomando algo con nosotros. ¿Cómo van los trenes a Pamplona en Sanfermines?”, protestan

Foto: Imagen de la despedida de soltero en el AVE. (El Confidencial)
Imagen de la despedida de soltero en el AVE. (El Confidencial)

"Están contando algo que no pasó". La queja es de José, quien ejerce como portavoz del grupo de jóvenes de la despedida de soltero que acabaron desalojados de un AVE y han sido condenados a pagar 7.600 euros de indemnización. Están molestos con el relato que ha difundido Renfe y defienden que en la cafetería del tren “había siete grupos de despedida”. “No somos poligoneros ni vándalos, como se ha dicho”, defienden estos jóvenes, todos de más de 30 años de edad. “Nos pilló un interventor en un mal lugar en el mal momento. ¿Cómo van los trenes a Pamplona en los Sanfermines?”, se pregunta.

La versión de este grupo no dista mucho de la de cualquier despedida de soltero que inicia un fin de semana con los amigos en otra ciudad y que tiene la primera experiencia en la cafetería del tren. Es un momento de euforia ante el inicio del viaje. Lo habitual es que el novio se entere minutos antes, se piden las primeras cervezas y se mezclan grupos de chicos y chicas que interactúan en un ambiente festivo. “No voy a engañar a nadie, lleno estaba. Unos disfrazados de romanos, unas chicas trajeron un hula hoop, pero todo en la cafetería, nunca fuimos por los pasillos”, relata.

Foto: Turistas disfrutan en Málaga del bueno tiempo. (EFE/Jorge Zapata)

"En ese momento [2019], teníamos 33 años. Parece que fuéramos unos chavales de 20 años. Todos tenemos trabajo. Yo, por ejemplo, soy empresario, tengo un negocio cara al público, otro es profesor, otro del grupo vende seguros, hay informáticos…", matiza José. Están molestos por los comentarios que se han hecho en los medios. Defienden que en todo el proceso judicial que les ha enfrentado a Renfe nadie ha podido aportar ninguna imagen de ellos en actitud vandálica por los pasillos. Tampoco se ha aportado ningún tipo de destrozo en la cafetería o quejas de otros pasajeros.

“Somos nosotros los que hemos presentado imágenes, con el guarda de seguridad saludando a cámara sin ningún problema. Ni hay imágenes de nosotros vomitando u orinando o tirando la bebida al suelo o algo de eso”. Resta gravedad incluso a la fiesta improvisada de la cafetería y alega que él tuvo que retirarse un par de veces para hablar por teléfono y pudo hacerlo sin problema. “Con 33 tacos empiezas de juerguecilla, ‘mira a esta con el hula hoop’ y tal... Pero ya en Córdoba solo estábamos tomando algo. Molestábamos menos en la cafetería tomando algo a nuestro rollo”.

Su desalojo provocó un retraso

El tren hacía el recorrido de Madrid-Málaga con parada en Córdoba. Fue en esa escala donde comenzaron los problemas para el grupo. El interventor les instó a bajarse del tren y ellos se negaron al entender que no habían hecho nada malo. El empleado de Renfe llamó a la policía y los jóvenes no se apearon hasta que se lo pidieron los agentes uniformados desplazados hasta el lugar. Ese trámite provocó que el AVE llegase a Málaga con 23 minutos de retraso. Ahora una sentencia ha determinado que los 11 jóvenes se tienen que hacer cargo de los 7.600 euros de indemnización a los pasajeros perjudicados por la demora.

Foto: Despedida de soltero en Granada. (Jesús Jiménez)

“Nosotros éramos 10 personas. Pero en el vagón éramos como siete grupos y nos echan a personas de dos despedidas distintas porque éramos los que estábamos en la cafetería en el momento en que viene el interventor. Si en el parón nos hubiésemos salido a fumar, no nos hubiese echado”, detalla José. Recuerda que algunos de sus amigos, todos de Madrid, sí siguieron el viaje y llegaron a su destino con normalidad, mientras que él y otra parte de la despedida se quedaron en Córdoba con otros jóvenes de Sevilla también expulsados a los que habían conocido en el AVE. “No teníamos nada en común”, insiste.

“Si yo hubiese hecho algo realmente mal, me hubiese bajado. Muchos de los despedidos del resto de grupos se bajaron en Córdoba porque era su destino. El interventor mintió. Dijo que desalojó a la gente y que éramos nosotros los únicos que nos negábamos a ser desalojados. A las chicas con el hula hoop no les dijo nada. Le dijimos que no habíamos hecho nada. No hubo más de lo que podría ser un bar con mucha gente”, añade.

"Nosotros no llevamos las bebidas"

Denuncia que el interventor desde el principio les trató como a delincuentes: “Nos dijo que iba a llamar a la Guardia Civil y le contestamos que llamase a quien quisiera, pero sin violencia ni nada. Y nos sentamos en nuestros sitios. El interventor relató que nos tuvo que desalojar por seguridad. Como mínimo, podría habernos indicado que nos sentáramos en nuestros sitios”.

Foto: Un grupo de jóvenes brinda en una terraza de Tossa de Mar. (EFE/Robin Townsend) Opinión

Reivindica que lo que dice la sentencia es que no es relevante lo que sucediera en el tren antes de la expulsión, sino que el AVE llegó tarde. “Consideramos que la culpa no era nuestra. Lo primero que hice fue ir a poner una reclamación a Renfe por bajarme sin razón. Fui a reclamar”. Una vez presentada su queja, cogieron el siguiente tren y llegaron a Málaga con el resto de sus amigos para continuar la despedida.

Lamenta que en algunas televisiones se han puesto “imágenes de archivo de gente liándola por los pasillos y eso no pasó. ¿Que había jaleo en la cafetería? Pues sí, no lo voy a negar, había como 70 personas. ¿Que si un pasajero normal hubiese ido a la cafetería se hubiese encontrado con eso? Sí. Pero no les faltamos al respeto a otros pasajeros, algunos estaban ahí tomando algo con nosotros”. En este punto, toca un aspecto importante: recuerda que eran los propios empleados del tren los que les seguían vendiendo las consumiciones sin ninguna objeción a su comportamiento. “Nosotros no llevamos las bebidas”, dice.

"Están contando algo que no pasó". La queja es de José, quien ejerce como portavoz del grupo de jóvenes de la despedida de soltero que acabaron desalojados de un AVE y han sido condenados a pagar 7.600 euros de indemnización. Están molestos con el relato que ha difundido Renfe y defienden que en la cafetería del tren “había siete grupos de despedida”. “No somos poligoneros ni vándalos, como se ha dicho”, defienden estos jóvenes, todos de más de 30 años de edad. “Nos pilló un interventor en un mal lugar en el mal momento. ¿Cómo van los trenes a Pamplona en los Sanfermines?”, se pregunta.

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