El día en que Moncloa y el PP pactaron a Lesmes como candidato al Constitucional

Carlos Lesmes será hoy el gran ausente de la celebración de la fiesta nacional. En su agenda, el 12-O estaba marcado en rojo, según adelantó este periódico. Se había propuesto presentar su dimisión antes de la efeméride si no había un acuerdo entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo para desbloquear el CGPJ. Cumplió su palabra. Sánchez acumulará en su currículo catástrofes como la pandemia, la erupción del volcán de La Palma, la guerra en Ucrania y también la mayor crisis del poder judicial hasta el momento. El hasta ahora presidente del CGPJ y del Supremo ha sido un actor principal en este vodevil, donde a lo largo de los años han cambiado los negociadores, los candidatos y las líneas rojas.

Ahora, desde el PSOE y el PP se traslada que se “negociará en serio”. Las listas de nombres para renovar el máximo órgano de gobierno de los jueces se desempolvarán estos días. Hay nombres que llevan desde los tiempos de Mariano Rajoy, otros que se fueron incorporando desde uno y otro bando en diferentes momentos. Es el caso de Lesmes. Según han confirmado a El Confidencial, la Moncloa y el PP pactaron su desembarco en el Constitucional como candidato de consenso. Durante muchos meses, su nombre ha sido un fijo. En la etapa de más avances, con Bolaños y el ex secretario general del PP Teodoro García Egea como mediadores, era uno de los tapados.

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En las conversaciones con el vicesecretario Esteban González Pons como emisario de Feijóo, no se ha mencionado al presidente del Supremo como aspirante. En el equipo de Presidencia son más tajantes cuando se les pregunta por Lesmes: “No se ha hablado en ningún momento de nombres. De ningún nombre”. Para Génova, un perfil como el de Lesmes, al que siempre se le ha situado cerca de los conservadores, era una garantía en un escenario donde tenía poco que decir. Los relevos del TC correspondían dos al Gobierno y dos al CGPJ, aunque estos últimos también entran en la ecuación de los políticos por aquello de “buscar los equilibrios”.

¿Qué había detrás para que la Moncloa lo tuviera en sus oraciones? Aquí entra en juego lo que desde el ámbito judicial se ha venido deslizando y que en el PSOE es “un secreto a voces”. El ministro Bolaños estableció una buena relación con Lesmes, al que en un momento dado consideró clave para sus intereses dentro del CGPJ. De hecho, prueba de esta confianza es que echó sobre su espalda el desbloqueo del TC una vez que cambió la Ley del Poder Judicial para que los vocales pudiesen hacer nombramientos. Se le puso como tope el 13 de septiembre, Lesmes fracasó y la Moncloa también.

Pasó todo el verano sondeando a magistrados del Supremo para que accediesen a ser postulados al tribunal de garantías. Tanteó a los vocales conservadores para intentar que hubiera deserciones y votasen junto a los progresistas los nombramientos. Entre los magistrados 'afines' al PP sembró gran desconfianza por sus “presiones” para cumplir con lo establecido en la ley que de forma exprés había cambiado por segunda vez el PSOE para hacerse con el control del TC.

El inicio del curso marcó un punto de inflexión. 'El Mundo' publicaba un entrecomillado en el que se advertía en fuentes gubernamentales de que “si el CGPJ no nombra, que Lesmes se olvide de ir al Constitucional”. Fue una bomba tanto en Presidencia como en la magistratura, donde corría que su 'jefe' tenía un pacto para acabar en el Constitucional. Es decir, era juez y parte. “Como presidente del CGPJ, en esta coyuntura me parecería indecente que yo me prevaleciera del cargo para obtener esa ventaja. Quien está diciendo otra cosa está mintiendo interesadamente. No tengo ninguna intención de ir al TC en las actuales circunstancias. Y en el futuro inmediato, por supuesto que tampoco. Y dentro de tres años, cinco, seis, no lo sé”. Así de tajante se mostraba Lesmes en la toma de posesión del nuevo fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, donde buscaba los micrófonos de los periodistas para salir al paso de los que cuestionaban su imparcialidad. Estaba al límite.

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Lesmes se autodescartó entonces de las maniobras para llegar al TC mientras apuntaba a la Moncloa. "Yo no sé si alguien del Gobierno ha dicho eso [que aspira al TC]. Si alguien lo ha dicho, miente, porque saben perfectamente que no quiero ser candidato. Así se lo he puesto yo de manifiesto a todos mis interlocutores de los últimos meses", se revolvió.

El 7 de septiembre soltó la artillería pesada. Aprovechando su discurso de apertura del año judicial, fue él quien marcó los tiempos. Anunció que dejaría el cargo si los partidos no llegaban a un acuerdo para desbloquear el CGPJ y el TC. Desde entonces y hasta el pasado fin de semana, ha pasado el mes reuniéndose con vocales para urgirles a renovar, hablando con Bolaños y Pons para medir la temperatura de los contactos. No quería marcharse sin dejar atado el Constitucional. Entre los vocales cercanos, lo achacan a su “sentido de la responsabilidad” y lo desvinculan de ningún interés personal. Un magistrado que ha trabajado durante años a su lado desliza que quizás el plan era que Lesmes acabase entrando en la vacante del Senado dejada por Alfredo Montoya tras sufrir un ictus. La única certeza es que sí estuvo en las listas.

Este domingo, se despedía rumbo al Supremo, donde reingresará en su plaza como magistrado 'raso' de la Sala de lo Contencioso-Administrativo. Ocho años y 10 meses después. En su despedida volvió a cerrar la puerta al TC. "Por lo que a mí se refiere, y para que no haya ninguna duda al respecto, quiero poner de manifiesto mi firme voluntad de regresar de forma inmediata al servicio activo en la carrera judicial y servir en el Tribunal Supremo como magistrado durante los próximos años, para poder paliar mínimamente, con mi modesta aportación, los graves perjuicios que se están produciendo. La reincorporación a mi destino permitirá que la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, tras la próxima jubilación de uno de sus magistrados, mantenga, al menos por un tiempo, el mínimo imprescindible de integrantes para poder constituir sus secciones de enjuiciamiento".