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Conexión Cáceres-Myanmar: la reunión con golpistas que casi chafa el Gran Buda extremeño
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Esperan los permisos a final de año

Conexión Cáceres-Myanmar: la reunión con golpistas que casi chafa el Gran Buda extremeño

La construcción de un templo budista en Cáceres no termina de ver la luz. El último traspiés fue el encuentro que mantuvo la fundación impulsora del proyecto con representantes de la junta militar que dio un golpe de Estado en la antigua Birmania

Foto: Imagen del proyecto para construir un centro budista en Cáceres (Fundación Lumbini)
Imagen del proyecto para construir un centro budista en Cáceres (Fundación Lumbini)

Ha transcurrido más de un año del golpe de Estado en Myanmar. Desde entones, una junta militar gobierna el país y mantiene en prisión a antiguos representantes y líderes. El pasado mes de julio, mandaron a la horca a cuatro activistas tras décadas sin aplicar la pena de muerte. Entre ellos, la nobel de la paz y jefa del Gobierno civil, Aung San Suu Kyi. Y un mes después, se reunían con los impulsores de un futuro centro budista en Cáceres: la Fundación Lumbini Garden. El viaje a una de las cunas de la doctrina formaba parte de la búsqueda de apoyos y financiación para el macroplan en curso, que espera contar con los permisos para su construcción a finales de año. Pero el encuentro estaba fuera de agenda, y no ha gustado demasiado en Extremadura.

Aunque el proyecto nace de la iniciativa privada, ponerlo en marcha conlleva la cesión de un terreno de titularidad pública. Y esto aún ha de aprobarse en el pleno municipal. El impacto de la noticia no lo pone fácil. La semana pasada, el Ayuntamiento cacereño convocó una comisión para debatir la polémica. En ella compareció Ricardo Guerrero, responsable de las relaciones institucionales en la FLG. Esta organización plantea levantar un complejo budista de más de 100 hectáreas que coronaría una estatua gigante de Buda, de casi 50 metros y hecha de jadeína blanca.

Foto: Ciudadanos de origen birmano protestan contra el golpe de Estado en Bangkok, Tailandia. (EFE)

Guerrero, además, también consta como presidente y fundador de la Asociación Hispana de Buddhismo, una asociación religiosa fundada en 2012, según su página web. Durante las explicaciones ofrecidas por el representante budista, a las que podían replicar otros grupos políticos presentes, el principal argumento de la entidad fue que la reunión con los golpistas fue totalmente improvisada. La fundación aseguró que la idea inicial del viaje era sobre todo verse con la Asociación Nacional del Jade, que iba a donar este material para descontarlo del coste final de la inversión. Pero que, una vez allí, fue el Gobierno el que solicitó el controvertido encuentro.

Como el plan ya lo habían presentado al régimen anterior, previo al golpe de Estado, decidieron seguir adelante y aceptaron. Pero dicen haber ido más allá: aseguran que aprovecharon la reunión 'exprés' para pedir a la junta militar –en la que estaba Sitagu Sayadaw, un monje budista acusado de amparar crímenes de lesa humanidad– que iniciara un proceso de paz en Myanmar. A lo que sus interlocutores, cuentan, reiteraron el compromiso de convocar elecciones democráticas el próximo año. Además del director de relaciones institucionales, en la comisión también participaron las dos personas que estuvieron con los golpistas: el presidente de la fundación, José Manuel Vilanova, y la empresaria cacereña que la patrocina, también vicepresidenta de la Confederación Empresarial de Turismo de Extremadura (CETEX), Pilar Acosta.

Sin constancia del viaje

"Cuando empecemos con la construcción del Gran Buda, el gobierno de Myanmar será otro", auguró Guerrero. Pero nada es definitivo, pues se trata de un Ejecutivo militar que accedió al poder por la fuerza. También garantizaron que la Fundación Lumbini no había recibido ninguna comunicación expresa del Ministerio de Exteriores prohibiendo o desaconsejando el viaje al país asiático. Fuentes diplomáticas confirmaron a este periódico que no tenían constancia del viaje a Myanmar y solo se "tuvo conocimiento del mismo a posteriori". Aunque lo cierto es que el departamento que dirige José Manuel Albares sí aconseja, de forma genérica, no viajar al país salvo causa excepcional o justificada. No obstante, esta es una recomendación que extiende a toda la ciudadanía, y no fue dirigida de manera explícita a la Fundación.

"No hemos dejado de condenar el golpe de Estado y las violaciones de derechos humanos en el país", señalaron desde la diplomacia española, alineándose con la postura de la Unión Europea y en apoyo a la Asociación Nacional de Asia Suroriental (ASEAN), una organización compuesta por una decena de estados del sudeste asiático. Entre ellos, Myanmar. Tras el golpe de Estado, los países que conforman la ASEAN llegaron a un pacto de cinco puntos para solventar la crisis birmana, que contemplan desde el fin de la violencia hasta las visitas de mediadores al país. Pero la situación continúa siendo grave, y desde Exteriores admiten un deterioro de la situación humanitaria, económica y social.

Foto: Protestas contra el golpe militar en Yangon, Myanmar. (Reuters)

Aun así, las justificaciones ofrecidas por la Fundación Lumbini recibieron el visto bueno del Ayuntamiento, donde gobierna el PSOE. Aunque admitieron que el encuentro fue un error, el proyecto sigue en marcha. Y, al menos de momento, no está previsto que este asunto pueda marcar el punto y final al sueño budista en Extremadura. Pero los grupos políticos de la oposición sí se mostraron visiblemente contrariados. El PP, por ejemplo, consideró que seguir adelante tras la reunión podía perjudicar la imagen de Cáceres, mientras que en Unidas Podemos criticaron que la estatua de Buda vaya a estar construida con "jade manchado de sangre", en referencia al que se adquirirá de manos de la asociación birmana. Algo que el alcalde de la localidad, Luis Salaya, contraargumentó diciendo que las minas de las que se extraen están controladas por empresas privadas desde antes del golpe militar.

En la reunión, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, estuvo también representado por su actual jefe de Gabinete, Carlos Javier Rodríguez. Lo cierto es que, en un primer momento, este proyecto se presentó a la Comunidad de Madrid en tiempos de Manuela Carmena. La exalcaldesa dejó abierta la puerta a la propuesta, que se enterró definitivamente con el nuevo Gobierno de José Luis Martínez-Almeida. El PP terminó desechando la idea. Fue entonces cuando el plan de levantar un ambicioso centro budista se trasladó a Cáceres. Lo curioso es que, en estos momentos, el complejo más grande de occidente ya está en España y se ubica en Benalmádena (Málaga). Es la Estupa de la Iluminación, una estructura de más de 30 metros de altura y unos 26 metros de base.

La segunda traba: edificar sobre una Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA)

Para avanzar en el intento de levantar un centro aún mayor en Cáceres, el Ayuntamiento ya aprobó hace dos años –y por unanimidad– el hermanamiento de la ciudad extremeña con Lumbini (Nepal), la localidad que da nombre a la asociación promotora del proyecto, y una de las cunas del budismo. Semanas después de la reunión con la junta militar birmana, y tras celebrarse la comisión para aclarar el asunto, fuentes del Ayuntamiento reiteran a El Confidencial que por su parte no existe ya ningún conflicto con la Fundación Lumbini. Que el plan sigue adelante. Sí añaden que el único escollo que aún podría encontrar el proyecto tiene más que ver con el espacio elegido para levantar el complejo, que con la polémica política. Se refieren a que la estatua y el templo budista planea construirse sobre un espacio ZEPA (Zona Especial de Protección de Aves).

Se trata del cerro del Arropé, a pocos kilómetros de Cáceres. La amplitud del espacio lo convierte en idóneo para acoger las grandes instalaciones que contempla el borrador, y siempre se defendió la posibilidad legal de hacerlo allí al no tratarse de ningún entorno hotelero ni de viviendas. Por lo menos, no lo refleja el primer boceto. Esta es una de las 71 zonas ZEPA que existen en toda Extremadura. En total, ocupan una superficie terrestre de más de 1.100.000 hectáreas, una cuarta parte de todo el suelo en la comunidad autónoma, según datos del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. En Cáceres, la apuesta del alcalde para lograr obtener las licencias es que el cerro del Arropé deje de estar catalogado bajo esta condición, pues cree que la zona "nunca" debió protegerse.

Ha transcurrido más de un año del golpe de Estado en Myanmar. Desde entones, una junta militar gobierna el país y mantiene en prisión a antiguos representantes y líderes. El pasado mes de julio, mandaron a la horca a cuatro activistas tras décadas sin aplicar la pena de muerte. Entre ellos, la nobel de la paz y jefa del Gobierno civil, Aung San Suu Kyi. Y un mes después, se reunían con los impulsores de un futuro centro budista en Cáceres: la Fundación Lumbini Garden. El viaje a una de las cunas de la doctrina formaba parte de la búsqueda de apoyos y financiación para el macroplan en curso, que espera contar con los permisos para su construcción a finales de año. Pero el encuentro estaba fuera de agenda, y no ha gustado demasiado en Extremadura.

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